Diario de León

El uso equilibrado de nitrógeno evitará la contaminación del agua

La ULE aboga porque se permita un abonado acorde a las producciones

Una cosechadora recogiendo el maíz. MARCIANO PÉREZ

Una cosechadora recogiendo el maíz. MARCIANO PÉREZ

León

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«Lo que provoca contaminación no es distribuir más o menos cantidad de kilogramos de fertilizante por hectárea, sino que el abonado nitrogenado que el agricultor distribuye no sea aprovechado por el cultivo y termine siendo arrastrado a las aguas superficiales y subterráneas, ocasionando que se contaminen con nitratos», afirma el profesor de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de la Universidad de León, Pablo Pastrana Santamarta, quien defiende que sector y los agricultores de la comarca del Páramo deben estar atentos a que el nuevo programa de actuación que recoja el aporte máximo de nitrógeno para el maíz sea más acorde con los niveles de producción que se están alcanzando, y que abogue por adaptar ese valor en función de la producción de cada explotación y del balance del nitrógeno en el suelo de cada parcela. Según señala, «esto permitirá mantener el equilibrio entre la rentabilidad de las explotaciones y el buen estado de las masas de agua, para que sea posible mantener la actividad económica principal en estos municipios».

Son algunas de las conclusiones de la conferencia que el profesor impartió en la que llevó a cabo un análisis de la zona vulnerable denominada ‘Páramos de León’, que incluye a los municipios de Bercianos del Páramo, Laguna Dalga, Laguna de Negrillos, Pobladura de Pelayo García, Santa María del Páramo, Zotes del Páramo y Urdiales del Páramo, con una ponencia titulada ‘Zona vulnerable a nitratos Páramos de León’.

Pablo Pastrana
«Lo que contamina no es echar más o menos kilos, sino que el abonado no sea aprovechado por el cultivo»

Pastrana recordó que el pasado 15 de julio entró en vigor el decreto por el que estos municipios se designaron zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero, y se aprobó el Código de Buenas Prácticas Agrarias, que limita el uso de fertilizantes nitrogenados, así como distancias mínimas entre los cursos de agua, pozos de abastecimiento y la aplicación de fertilizantes como abonos orgánicos como estiércoles y purines.

Señala que la zona ha modernizado sus sistemas de riego con importantes inversiones públicas y privadas, siendo el maíz el cultivo mayoritario con más del 75% de la superficie.

Según Pastrana el punto más limitante para la zona Páramos de León está en que se ha fijado un aporte máximo de nitrógeno para el maíz de 230 kg N/hectárea. «El dilema que se le plantea al agricultor está en que incumplir el límite supone poner en riesgo la percepción de los pagos de la PAC, y cumplirlo hace que sean inviables las producciones ya que las necesidades del cultivo superan esos límites».

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