Diario de León

Feria de las Fiestas de San Juan de Sahagún

Valdellán y tres toreros con recursos

Adrián y Colombo salen a hombros y Serrano a pie por fallar con los aceros Noble encierro de la ganadería local, en el que destacaron tercero y cuarto, ovacionados en el arrastre

Fernando Adrián hizo gala del temple con el que maneja los engaños. ACACIO

Fernando Adrián hizo gala del temple con el que maneja los engaños. ACACIO

León

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Amenazaba la predicción meteorológica con tormenta a la hora del festejo pero descargó el aguacero de mañana, y dejó una tarde de toros en la que el viento molestó a los diestros, pero alivió la solana del respetable. Media plaza se llenó de esa mezcla de afición y jolgorio que inunda la fiesta en Sahagún, para presenciar un festejo con los toros locales de Valdellán, y tres toreros prometedores y triunfadores en el circuito, aunque aún no muy conocidos por el gran público.

Cumplieron con creces los tres (Sergio Serrano, Fernando Adrián y Jesús Colombo), exprimiendo las posibilidades de un encierro que en líneas generales fue noble y en algunos ejemplares adoleció de falta de fuerzas o de transmisión, mientras que dejó en otros el regusto de las embestidas repetidoras y humilladas. Destacaron tercero y cuarto. Este último, de nombre Pies de Plomo, se arrancó largo al caballo, fue codicioso y embistió incansable y humillando. Entre unos y otros dejaron deberes para el carpintero de la plaza, al rematar en los burladeros con fuerza.

Jesús Colombo, lucido en todos los tercios. ACACIO

Jesús Colombo, lucido en todos los tercios. ACACIO

Dos orejas cortó al primero de su lote, que hacía tercero, Colombo. El torero venezolano hizo gala de la soltura y variedad con las que maneja capote, banderillas y muleta. Tiró muy bien de un toro noble, fijo en la muleta, con el que alternó pases de enjundia con adornos, componiendo siempre la figura. Guió la embestida del buen Grajero, bajó la mano y dio distancia; y le dejó respirar entre tandas cuando el de Valdellán fue perdiendo gas. Recetó una eficiente estocada hasta la bola y paseó las dos orejas del colaborador toro.

Trasteo inteligente

El que cerró plaza salió con muchos pies pero enseguida echó las manos por delante. Blandito, Colombo le perdió pasos con inteligencia para alargar la embestida y alegró con variedad un viaje tardo, aunque humillado y noble cuando arrancaba. Animoso, puso lo que le faltaba al de Valdellán, que acabó aburrido tras un largo trasteo, saliendo desentendido de la suerte. Se tiró a matar pero dejó una entera desprendida y trasera que no fue suficiente. Se dilató la muerte del toro, que cayó tras tres descabellos y un aviso.

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Fernando Adrián dejó una excelente impresión. Serio y templado, se aplaudió su saludo capotero al berrendo lucero que hizo segundo, que embistió metiendo bien la cara, con nobleza y fijo en los engaños. No tenía mucha transmisión el astado, del que el madrileño tiró en fases de la faena en largos pases. Exprimió la embestida humillada por los dos pitones y dejó una estocada casi entera arriba. Paseó una oreja y el de Valdellán fue ovacionado en el arrastre.

Sergio Serrano perdió la puerta grande por su fallo con los aceros. ACACIO

Sergio Serrano perdió la puerta grande por su fallo con los aceros. ACACIO

Su segundo toro salió blandeando del caballo y fue más remiso a embestir, con un gazapeo que deslució su sosota embestida. Molestado en los naturales por el vendaval que a ratos se desató en la plaza, fue una faena voluntariosa y afanosa que concluyó con una contundente estocada arriba que le valió la otra oreja que le abría la puerta grande.

No acompañó a sus dos compañeros de terna Sergio Serrano, que se estrelló con el peor toro del encierro en el primero y dilapidó con el estoque lo conseguido frente al gran cuarto. El que abrió festejo clavó por dos veces (y otra tercera casi) de salida los pitones en el suelo para dar dos vueltas de campana que lo deslomaron. Esperó en banderillas y la suavidad de la muleta del torero de Albacete no consiguió que la embestida de su oponente tuviera transmisión alguna. A este lo mató bien.

Un gran toro

El cuarto salió rematando en los burladeros, se arrancó largo al caballo en un buen puyazo y mostró más brío que sus hermanos ya de salida. Inició faena doblándose hasta los medios y midió la embestida codiciosa y humillada del toro, que por momentos se mostró blandito de manos. Pronto y fijo, acabó revolviéndose con rapidez, incómodo en algunos momentos. Tuvo que perderle pasos Adrián, que remató un largo trasteo con una estocada desprendida y atravesada que escupió el astado, y necesitó de cuatro descabellos. Perdió su oportunidad de triunfo Serrano.

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