Diario de León

MEDIO AMBIENTE

Valsemana acoge por primera vez a una osezna para su reintroducción

Rescatada en mayo en Asturias y curada en Cantabria, se aclimata ahora  en semilibertad

León

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De madrugada, y con todo el protocolo que requiere un traslado de estas características, se realizó la suelta, en el paraje leonés de Valsemana, de Saba, la cría de oso pardo rescatada el pasado mayo en Proaza (Asturias). Sin fotos, y sin apenas luz, para no estresar a la cría, los equipos técnicos y veterinarios de la Junta de Castilla y León, del Principado de Asturias y del Gobierno de Cantabria, junto con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica, y el asesoramiento de la Fundación Oso Pardo, consensuaron el traslado de esta osa al recinto leonés, una vez superado el cuadro neurológico que padecía y tras someterla a un chequeo exhaustivo. Desde el pasado mes de junio se encontraba en el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del municipio de Villaescusa, dependiente de la Consejería de Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria.  

La Guardería de Medio Natural del Principado de Asturias, en colaboración con técnicos especializados, recogió a la cría el pasado mes de marzo las inmediaciones del cercado de Proaza el pasado. Padecía desnutrición, deshidratación y alteraciones neurológicas, por lo que fue enviada a un centro veterinario para estabilizarla. Tras experimentar una leve mejoría se acordó su traslado al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre, en Cantabria, unas instalaciones específicas para el tratamiento de osos pardos donde a su vez ha contado en todo momento con el asesoramiento y colaboración del personal técnico y veterinario del parque de la naturaleza de Cabárceno.  

Durante los tres meses que ha permanecido allí ha estado de forma continuada bajo control veterinario, aunque sin contacto visual con sus cuidadores, y ha alcanzado un desarrollo óptimo, hasta llegar a los 23 kilogramos de peso.  

Según explica la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, las instalaciones de Valsemana facilitarán la aclimatación del animal al medio natural de forma previa a su reintroducción, dado que están aisladas, son amplias y cuentan con un adecuado enriquecimiento ambiental.  

Ubicado en una dehesa de 857 hectáreas en La Ercina, en la montaña oriental leonesa, este recóndito paraje, gestionado por la Junta de Castilla y León, se ha convertido en un centro de referencia a nivel europeo en el estudio, gestión y conservación del corzo, y es firme candidata para acoger el centro de cría del urogallo proyectado por el Ministerio para la Transición Ecológica en la Cordillera Cantábrica.  

«Nos parece que Valsemana es un lugar muy adecuado para realizar este tipo de reintroducciones de osos en la naturaleza después de estar en cautividad», destacaba en presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, que puso de manifiesta la necesidad de que la provincia de León cuente con un cercado habilitado para este tipo de intervenciones. «Es necesario que el ministerio designe un lugar concreto y que se hagan las inversiones necesarias para que se acondicione para reúna las condiciones necesarias», afirma Palomero.  

Lo cierto es que el incremento de la población del oso pardo en la Cordillera Cantábrica —cerca de 300 ejemplares según las últimas estimaciones— está facilitando la aparición de ejemplares, que por un motivo u otro, requieren la intervención humana para su supervivencia. Es el caso de crías huérfanas, osos heridos, casos de envenenamiento o animales problemáticos.  

En los últimos treinta años, doce osos cantábricos han pasado por algún tipo de cautividad en algún momento de su vida haciendo uso de instalaciones diferentes y con prácticas de manejo dispares.  

El caso más reciente fue el de Beato, el ejemplar rescatado en Liébana (Cantabria), después de vagar herido varias semanas hasta que fue trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) de Villaescusa.  

En León, es muy recordado el caso de Jimena, una osita huérfana rescatada en 2012 en Palacios del Sil, y que falleció por estrés cuando era trasladada para su liberación en Picos de Europa.

 

*Vídeo de la Junta de Castilla y León

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