Y el Hullero llegó a Bilbao

Un día después de inaugurar el servicio en León el pasado lunes, el presidente de FEVE, Eugenio Damboriena, presidió ayer el acto oficial de apertura de la línea en la estación de La Concordia de Feve en Bilbao, donde se dieron cita personal jubilado del ferrocarril de La Robla y varios representantes políticos nacionalistas, socialistas y del PP, entre ellos el presidente de este partido en Vizcaya, Leopoldo Barreda. Durante su desarrollo, se pudieron escuchar los gritos reivindicativos de un grupo de trabajadores que, instalados en el lado contrario del andén en el que se llevó a cabo el acto, reclamaban la negociación del convenio tras una pancarta firmada por varios sindicatos. «Más negociar, menos inaugurar» fueron algunos de los gritos de los concentrados. Damboriena recordó que una inversión de 64,6 millones de euros desde 1998 a 2003 ha permitido la recuperación del popular ferrocarril de La Robla, que enlazó durante casi un siglo las cuencas mineras de León y Palencia con la industria siderúrgica de Vizcaya. Desde esta semana, el popular ferrocarril vuelve a unir Bilbao y León con un servicio diario en cada sentido, que los responsables de FEVE no descartan ampliar en función de la demanda. Un acuerdo entre la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Fomento, a través de Feve, ha permitido la modernización y reapertura de la línea después de que en 1991 una resolución del entonces Ministerio de Obras Públicas suspendiese el tráfico de viajeros en parte de su recorrido por motivos de seguridad. Gracias a las obras desarrolladas, se han podido reabrir al tráfico 187 kilómetros (de Guardo a Balmaseda) del total de 339 kilómetros de que consta la línea, que atraviesa León, Palencia, Cantabria, Burgos y Vizcaya. Durante su intervención, Damboriena puso de manifiesto que «hoy abrimos lo que nunca se tuvo que cerrar» en una actuación que supone, además, «abrir puestos de trabajo y abrir una línea que comunica pueblos». El presidente de FEVE evidenció la carga de «simbolismo» que entraña la nueva puesta en servicio del tren de La Robla, del que dijo que representa «concordia» como el nombre de la estación en la que se procedió al acto de inauguración, en el que tampoco faltó «emoción» y «alegría» por parte del personal jubilado del viejo ferrocarril. Pedro Mena, en su día jefe de maquinistas del tren de La Robla y hoy jubilado, expresó su contento debido a «la continuidad» del ferrocarril de La Robla, en el que trabajó durante 47 años. De su trayectoria laboral, recuerda como especialmente duros los años de la posguerra por las deficientes condiciones en las que se hallaban vías y máquinas. En aquella época, según dijo, los trenes circulaban «por la habilidad y el esfuerzo» de los trabajadores.