Zanahoria en vez de remolacha

Una triturados los precios de la remolacha por la liberalización del mercado del azúcar, José María Pérez Falagán, agricultor de 52 años de Posada y Torre de la Valduerna (municipio de Villamontán), ha decidido probar con la zanahoria para uso industrial como alternativa ante la similitud de trabajo que existe entre ambos cultivos. Pérez Falagán es un remolachero de los de siempre. Ha llegado a cultivar «casi siete hectáreas» de raíz para su molienda en la fábrica de La Bañeza, con una media de producción de «120 toneladas por hectárea en los últimos diez años», cifra que indica su buen trabajo en una producción muy esforzada y en una zona en la que falta de infraestructuras de regadío —el agua llega a sus fincas por acequias de tierra— obligan al productor a un mayor esfuerzo para conseguir elevados niveles de productividad.

Treinta y cinco años en el sector remolachero en una comarca «que siempre fue remolachera» marcan su trayectoria. Pero «el fracaso en el precio» de la remolacha le ha impulsado «a probar nuevos productos». Pérez Falagán mantiene este el cultivo de remolacha, «pero muy poca», en concreto dos hectáreas, a la espera de ver cómo evolucionan los precios del azúcar en el mercado europeo, que serán los que determinen un precio al productor.

«Ahora mismo la zanahoria, a 55 euros por tonelada, dobla al de la remolacha», señala mientras observa la parcela de tres hectáreas que ha sembrado de zanahoria este año a modo de prueba, junto a otros cuatro agricultores de Riego de la Vega, Toral de Fondo, Quintana de Fon y Alija del Infantado. En total se han sembrado 16 hectáreas de zanahoria para uso industrial. En concreto, la producción leonesa acabará en una fábrica riojana, triturada, como el precio de la remolacha, pero para convertirla en potitos para bebé.

La iniciativa parte del técnico de la firma Rajorsa, Jaime Rodríguez, que ya introdujo el cultivo de la cebolla en las vegas bañezanas. Rodríguez probó el año pasado ocho variedades de zanahoria en media hectárea de Toral de Fondo, a fin de seleccionar la que mejor se adaptase a la zona. Ayer señaló que los buenos remolacheros cuentan con experiencia para sacar adelante este nuevo cultivo, reservado hasta el momento a la producción en las huertas. «Una finca de tres hectáreas de zanahoria no se ha visto en León jamás», indicó.

La remolacha «se pela en noviembre, como la remolacha; se saca con la máquina de las patatas, cambiando el cabezal; y se amontona, igual que la remolacha, para trasladarla en camiones a la fábrica. Una vez allí, se lava y se tritura para elaborar purés».

No se trata de una zanahoria para consumo en fresco: es menos sabrosa: y, a falta de cuatro ,eses para su recolección, puede alcanzar los dos kilos de peso. «La idea es conseguir unos rendimientos por hectárea de 90 a 100 toneladas por hectárea». Al igual que la remolacha, si llegara un otoño lluvioso, el cultivo puede quedar en la parcela «hasta enero o marzo», cuando el estado del terreno permita su recolección. Ambas raíces se abonan y riegan de manera muy similar y comparten enfermedades —oídio y cercospora—.

Los cultivadores de zanahoria han aprovechado la maquinaria de siembra de cebolla, «pero en vez de seis líneas lleva ocho». Así, se consigue una densidad de «cercana al millón de plantas por hectárea, frente al medio millón de la cebolla». El objetivo pasa ahora por sembrar en líneas que permitan el arranque con la cosechadora de remolacha, que permitirá «un arranque cinco veces más rápido y con menor coste».

Los números

El técnico explica que los ingresos brutos de la zanahoria oscilan «entre 5.000 y 5.500 euros brutos» por hectárea, a los que hay de descontar 1.500 de semilla, abono, fitosanitarios y estiércol», además de los gastos comunes a otros cultivos, como la renta de la parcela y el agua de riego.

El precio de la zanahoria se ha cerrado por contrato con una empresa riojana. En este primer año se ha acordado con la industria la siembra de dieciséis hectáreas, que se ampliarán para el siguiente en función del resultado que se obtenga.