Diario de León

Patrimonio

La zona leonesa de Picos de Europa muestra sus joyas arquitectónicas en seis nuevas rutas

La Junta tiene catalogados 110 hórreos en Valdeón y Sajambre donde se conservan otros muchos edificios singulares

Nueva cartelería en Sajambre y Valdeón. DL

Nueva cartelería en Sajambre y Valdeón. DL

León

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La vertiente leonesa del Parque Nacional de Picos de Europa tiene la peculiaridad, prácticamente única en Europa, de incluir dentro de los límites del espacio protegido núcleos enteros de población, lo que ha permitido que sus dos municipios, Posada de Valdeón y Oseja de Sajambre, atesoren un importante patrimonio arquitectónico en sus pueblos.  

Por este motivo, la Junta de Castilla y León ha querido poner en valor todo este patrimonio con seis nuevas rutas —en funcionamiento desde hace ya casi un año— que representan una alternativa a los numerosos trazados que ofrece el parque para conocer todos sus recursos ambientales y paisajísticos.  

«Es otra forma de conocer el parque, más familiar, cultural y amena», comenta el director conservador de la vertiente leonesa del Parque Nacional de Picos de Europa, Mariano Torre, que asegura que este importante proyecto de difusión cultural ha permitido también documentar y poner en valor los edificios históricos de los dos valles.  

Las rutas se dividen entre los dos valles, tres en Valdeón y otras tres en Oseja. Para ello se han instalado un total de 33 paneles y se han editados dos folletos informativos con todos los detalles de los trayectos.  

Los hórreos de Valdeón  

El recorrido propuesto pretende facilitar el descubrimiento de los pueblos del valle de Valdeón (a excepción de Caín que se visita en el recorrido de la Ruta del Cares), de su arquitectura tradicional y de sus elementos más destacados, como las casas con corredor y, sobre todo, los hórreos.  

La ruta se articula en tres circuitos o ramales (a Soto y Caldevilla, a Cordillanes y a Prada y Santa Marina) que pueden realizarse de forma independiente, según los intereses de cada visitante. Todos se inician en el núcleo constituido por Posada y Los Llanos y discurren por caminos aptos para todo tipo de público. Están diseñados para pasar un rato agradable y tranquilo descubriendo el valioso patrimonio asociado a las construcciones tradicionales que todavía custodia el valle.  

El primero de los ramales, de 2,3 kilómetros, propone acercarse a Soto y Caldevilla, donde se conservan algunos de los hórreos más arcaicos no solo de Valdeón, sino de toda la montaña leonesa oriental. Podrán descubrirse otros recursos, como la capilla del Carmen, la iglesia de San Pedro, la bolera o la casa del pueblo de Caldevilla, con su campana. Utiliza el camino tradicional de Soto, al que se accede justo tras abandonar el caserío de Posada hacia el sur, cruzando el puente sobre el río Cares. Tras atravesar Soto por su calle principal, prosigue hasta Caldevilla, siguiendo las indicaciones del sendero señalizado.  

El segundo ramal (2,7 kilómetros) se dirige a Cordiñanes, que conserva varias casas tradicionales, algunos hórreos, el viejo molino o la cuadra del toro, que reflejan las formas de vida locales a lo largo del pasado siglo XX. Transita por un camino tradicional conocido como camino del Bustio, y comparte su trazado, entre Posada y Cordiñanes, con la Ruta del Cares. Abandona Posada por el puente que franquea el Cares y termina muy cerca del mirador del Tombo, por lo que para llegar al pueblo debe retroceder unos metros y volver a cruzar el río por el puente de Cordiñanes.  

El tercero y último, de 3,2 kilómetros, lleva a Prada y a Santa Marina, localidades que custodian interesantes muestras de distintas tipologías de casas tradicionales, así como un relevante conjunto de hórreos. Discurre por el trazado de la antigua carretera entre Posada y Santa Marina.  

Valle de Sajambre  

El recorrido propuesto pretende facilitar el descubrimiento de algunos de los rincones más singulares de los pueblos de Sajambre, de su arquitectura tradicional y sus elementos más destacados, entre los que los hórreos adquieren un especial protagonismo.  

Los tres recorridos parten de Sajambre, capital del valle, que conserva numerosos recursos de arquitectura popular, además de su imponente iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la recoleta ermita de San Roque, así como algunos edificios de principios del siglo XX, como el Ayuntamiento, o la recién inaugurada Casa del Parque, en la Fonseya.  

El primero de los recorridos, de 2,5 kilómetros, propone la visita a Vierdes y Pío, siguiendo un camino tradicional de comunicación entre los pueblos, popularmente conocido como el Camino Real de Sajambre. Se trata de dos pueblos pequeños que conservan casas con corredor, portaladas y algún hórreo de interés.  

El segundo recorrido, de 1,8 kilómetros, se dirige a Ribota, el pueblo ubicado a menor altitud del valle, junto al río Sella. Es un bonito pueblo escalonado en la ladera, que destaca por su estado de conservación, con casas de piedra, corredores y balconadas a mediodía y un interesante conjunto de hórreos. Aunque no está contemplado en esta ruta, entre Ribota y Soto existe un camino que permite conectar ambos pueblos. Todo el recorrido, tanto Oseja-Ribota como RibotaSoto, sigue el trazado del sendero señalizado.  

El tercer ramal y último es el más largo (4,2 kilómetros), y ofrece magníficos miradores naturales del valle. Discurre siguiendo el trazado de la Senda del Arcediano entre Oseja y Soto de Sajambre, un camino fácil de seguir atendiendo a la señalización y las marcas blancas y rojas con que está indicado. En Soto, además de vistosas casas con corredor o con galerías acristaladas, resultan de interés la escuela-museo, la fábrica de la luz, los lavaderos, fuentes, el potro y algún molino rastrero.

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