Diario de León

Cómo adornar el ramo leonés de Navidad

Cintas bordadas, roscas, peras, manzanas y otros productos propios del invierno son idóneos, según Ramón Prieto, para decorar el ramo. ¡El abeto europeo tiene en esta tierra los días contados!

Publicado por
EMILIO GANCEDO | texto DANIEL GARCÍA | fotos
León

Creado:

Actualizado:

Muchos son los investigadores, etnógrafos y folcloristas de dentro y fuera de León que han aventurado una explicación acerca de qué es y qué representa el ramo leonés de Navidad. Lo único que se puede afirmar con total seguridad es su origen prerromano: aunque se cante en el templo con motivo de distintas celebraciones religiosas, la Iglesia nunca lo ha reconocido como un elemento propio. Al igual que el pendón, se guarda en la ermita o en la iglesia parroquial, pero, como aquél, parece estar vinculado sobre todo al pueblo como comunidad humana, a ese mismo que se expresa y administra en forma de concejo abierto: es la aldea y su junta vecinal, el núcleo más visible, peculiar y representantivo de la identidad y la población leonesas. Por eso, más que hablar del origen del ramo, de elucubrar acerca de lo que representa, habría que decir, en primer lugar, que es una tradición específicamente leonesa que no sólo protagoniza o encabeza determinados rituales navideños, sino también otro tipo de celebraciones repartidas a lo largo del año, tales como fiestas patronales, romerías o peticiones. Y que también sirve para adornar y embellecer todos esos acontecimientos y los mismos lugares en los que tiene lugar éstos. En esencia, se trata de una estructura de madera, en ocasiones muy simple, en otras más elaborada, que se adorna con cintas bordadas, velas, frutos de temporada, puntillas, bolas y hasta estampas religiosas, y que es portada en las ceremonias mencionadas. Esto es, una especie de árbol de Navidad, pero en leonés. Y como no sería bueno que esta tradición se perdiera, resulta necesario que se recupere, estudie, divulgue y propague tanto el canto que acompaña a los ramos como el mismo objeto, tan bello en su humildad, y que perfectamente podría sustituir en nuestros hogares al foráneo «árbol de Navidad» llegado del Norte de Europa y el mundo anglosajón. En cuanto a la estructura del canto, ésta ya ha sido estudiada en profundidad por diferentes autores, y sobre el origen del ramo, tan sólo decir que algunos investigadores opinan que, en origen, fueron instrumento de culto en ritos propiciatorios de los ciclos naturales con motivo del solsticio de invierno, un momento en el que todos los pueblos han solicitado, a lo largo de la Historia, el acabamiento del invierno y la llegada fecunda de la primavera; algo que coincide, además, con la fiesta cristiana de la Navidad. En cuanto a las tipologías y adornos concretos, Ramón Prieto Valdés, director del grupo de cultura tradicional leonesa Tenada y propietario de la tienda de indumentaria Capa y Manteo, nos explica que la mejor decoración para el ramo o ramu es la que no es recargada: se puede elegir entre frutos del otoño y el invierno, como manzanas o peras carujas , rosquillas que cuelgan por medio de cintas, telas bordadas, velas o cirios, etc... Algunos se «vestían» igual que una mujer, especialmente los triangulares, con mantones, pañuelos, ¡hasta medias de seda y enaguas! Después de la fiesta, la «decoración» del ramo se solía subastar, regalar o rifar. ¿Cuántos tipos de ramos hay? Los tipos son muy variados, y, en última instancia, dependían y dependen de la habilidad del curiosín del pueblo, del vecino que confeccionara el armazón de madera, cosa que antes hacían casi todos por cuanto que el trabajo de la madera estaba muy extendido. En general se puede hablar de tres o cuatro tipos; el triangular, más sencillo y característico de las Riberas y el Páramo, los redondos, que presentan, además de la peana y el mástil, una especie de estructura circular -en ocasiones móvil- de la que se colgaban las decoraciones y con agujeros para colocar las velas (los redondos abundan más en Omaña), y por fin, otros ovalados o en forma de «cola de pavo real», realizados toscamente pero no por ello menos fascinantes, sobre todo por sus vivos colores y por la gran antigüedad de los que conservamos. Otro tipo de ramo es el llamado rastro , muy similar a este apero agrícola: un sencillo listón de madera con agujeros, unido al mástil, en el que se colocaba toda una hilera de velas o cirios.

tracking