Diario de León

Comida real

Comprar, pero más cerca

Más de 40 productores, 1.200 consumidores y casi 200 distribuciones han dado forma en cuarto años a un proyecto que ya genera más de 20.000 euros al año. Se llama La Colmena Pica-pau y promueve un consumo responsable en el que el productor y el consumidor son los únicos protagonistas

Sobre estas líneas, Natalia Castro, en el centro de la imagen. FERNANDO OTERO

Sobre estas líneas, Natalia Castro, en el centro de la imagen. FERNANDO OTERO

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Un viaje muy interesante», así define Natalia Castro los cuatro años de recorrido de La Colmena, una iniciativa que aúna consumo y responsabilidad, otra forma de comprar que trata de acercar a productor y consumidor y llevarlos a una dimensión en la que no hay intermediarios. Comenzó con mucha fuerza en 2015.

«De Madrid hacia arriba no había nada parecido», recuerda su impulsora. Desde entonces hasta ahora con conseguido congregar a más de 40 productores, 1.200 consumidores y casi 200 distribuciones dentro de un proyecto que genera más de 20.000 euros al año. «Tuvimos que empezar de cero. Los productores no conocían el modelo y no sabían si aquello iba a funcionar. Fue un trabajo muy duro», explica Natalia Castro.

Aquella primera colmena comenzó con ocho o nueve productores ofreciendo alimentos como miel, queso o frutos de la huerta. Ahora se acercan a la treintena los que dan vida a este curioso intercambio de intereses entre los que ofrecen y los que compran. Ambos se dan cita los jueves, de 19.00 a 20.30 horas, en el bar Pica-pau de la calle Santisteban y Osorio de la capital leonesa para entregar y recoger los productos que se han solicitado previamente a través de Internet o de la aplicación de La Colmena.

Se trata de un mercado efímero, un punto de encuentro semanal al que muchas veces acude gente nueva, pero que cuenta con un grupo de seguidores muy fiel. Castro destaca la relación que se ha ido generando entre unos y otros durante este tiempo. «No quería un proyecto que fuera demasiado rápido, buscaba que los productores no compitiesen, sino que se sintiesen cómodos», apunta. Y lo consiguió.

«No quería un proyecto que fuera demasiado rápido, buscaba que los productores no compitiesen, sino que se sintiesen cómodos», apunta. Y lo consiguió.

Ahora, el que vende quesos ofrece también vinos de otro productor y viceversa, lo que da buena cuenta de la relación positiva de colaboración que se ha establecido entre unos y otros. Han vuelto a conversar y esto ha permitido ajustar el producto y, al mismo tiempo, hacer un consumo consciente. Un «espacio de convivencia» que a su impulsora le entusiasma. La Colmena Pica-Pau —que nació con el nombre de La Colmena Colaborativa en la calle Serranos— surgió en la cabeza de Natalia, una consultora que siempre ha estado atenta a las distintas iniciativas relacionadas con la sostenibilidad que iban surgiendo.

Encontró un artículo en Red Emprende Verde que le llevó a saber del proyecto de La Colmena. Aquel plan de consumo local Sobre estas líneas, Natalia Castro, en el centro de la imagen. En las otras imágenes, algunos de los productos que se venden en La Colmena Pica-Pau y uno de los últimos encuentros. fernando otero perandones que conectaba a quienes siembran o elaboran con quienes consumen le gustó. Al ver que no existía en León nada parecido, se puso en contacto con el coordinador del proyecto y así empezó.

Imagen de algunos de los productos que se venden en La Colmena Pica-pau . FERNANDO OTERO

 

Aunque es una red nacional, cada colmena funciona de una forma particular. Para ella, es su pequeño espacio de activismo. «León merece algo así», asegura. En La Colmena Pica-Pau, uno de los objetivos es impulsar y mejorar el consumo tradicional, el de toda la vida. Con esa misma intención, llegan aquí consumidores que se han ido sumando de forma ininterrumpida a este movimiento que ya es imparable. «Cada vez somos más críticos.

Se ha generado un movimiento, el ‘real food’ o comida real, que demuestra que cada vez nos preocupamos más por lo que consumimos y que está en la misa línea del compromiso medioambiental»

Se ha generado un movimiento, el ‘real food’ o comida real, que demuestra que cada vez nos preocupamos más por lo que consumimos y que está en la misa línea del compromiso medioambiental», explica Castro. La Colmena Pica-Pau es una muestra más de que existe una tendencia hacia los productos ecológicos y hacia los proyectos innovadores. Productos de primera calidad que llegan de la mano de «gente comprometida, soñadora y con un buen hacer que se traslada a sus productos», pero también suman quienes los consumen, «personas preocupadas por la alimentación, el medioambiente y el desarrollo rural».

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