Diario de León

Cuando León sabe a canela

Miguel Ángel Carnero está a punto de celebrar el veinte aniversario de su ya famoso obrador de confitería

CUEVAS

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MARCELINO CUEVAS | texto
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Los huesos de santo y los buñuelos son especialidades de repostería que no pueden faltar en estos días cercanos a Todos los Santos. Son el mejor complemento para poner el toque dulce en estas fechas en las que, el que más y el que menos, se detiene a pensar en aquella tremenda frase: «polvo eres y en polvo te has de convertir». Por eso hemos escogido hoy para nuestra página gastronómica las dulces delicias de Canela, una de las confiterías con más prestigio de la capital leonesa. Miguel Ángel Carnero Díaz, confitero vocacional, lleva al frente del establecimiento de la calle José María Fernández, donde se encuentra su obrador, desde hace diecinueve años. La segunda confitería, con el mismo nombre, se abrió hace once en la muy céntrica calle dedicada al rey Ordoño II. La gran especialidad de Canela son, precisamente, sus «canelas», unos deliciosos pasteles muy solicitados desde la mayoría de las provincias españolas, sobre todo desde Asturias, donde son grandes consumidores de esta especialidad. «Es un pastel -nos dice Miguel Ángel- que esta creado con una masa frita, una crema muy suave, cubierto con azúcar lustre, y que lleva como base la canela que le da nombre». Pero, naturalmente, una confitería no puede vivir de una sola especialidad, a lo largo del año son muchas las dulces variedades que salen del obrador de Canela. «No nos gusta la rutina, por eso procuramos que nuestra oferta cambie cada temporada, así ni se cansan nuestros clientes ni nos cansamos nosotros. Ahora estamos en los Santos, por eso preparamos, con el mejor estilo tradicional, los buñuelos y los huesos de santo en distintas versiones. Luego vendrán las navidades, con el turrón, las pastas de almendra, los polvorones, todo lo típico de este tiempo feliz. Por cierto que todas estas elaboraciones, completamente artesanas, tienen muy poco que ver con las que se ofrecen fabricadas en serie, están mucho más cuidadas. En enero tenemos los imprescindibles roscones de Reyes. En la Semana Santa, una de las mejores épocas para las confiterías, ya que viene mucha gente atraída por las procesiones y les gusta conocer la repostería tradicional del lugar, en esas fechas hacemos las teresitas y las monas de Pascua . Luego en el otoño tenemos las rosquillas de San Froilán y las tortas de avellana. Y, naturalmente, durante todo el verano, nuestros helados artesanos, en los que combinamos todas las frutas imaginables. Intentamos que nuestros clientes cambien muchas veces de sabores a lo largo del año». Miguel Ángel Carnero asegura que tanto la confitería como la hostelería de León están a gran altura y, además, mantienen unos precios asequibles. «Yo, prácticamente cada año visito París para conocer las últimas novedades en el mundo del dulce, y también Barcelona, Madrid, e incluso otras ciudades pequeñas en las que se elaboran grandes especialidades confiterías, me gusta fijarme en lo que hay en cada lugar, y creo que pocos pueden superar a León». No quiere olvidar Miguel Ángel sus bombones, de los que elaboran más de cincuenta variedades. «El gusto por el chocolate -explica- está teniendo un gran crecimiento. Durante los últimos años la demanda de bombones y de otras especialidades basadas en él tienen gran demanda. Se están haciendo, sobre todo en Cataluña, grandes elaboraciones de las llamadas de autor, en las que se mezclan nuevos sabores con diseños emparentados con las últimas tendencias artísticas. Nosotros volcamos mucha creatividad en nuestros bombones, que son una de las especialidades más solicitadas de la casa. Trabajamos con cacaos naturales y los mezclamos con frutos secos, con frutas del tiempo y con algún que otro sabor sorprendente. Los elaboramos también en grandes placas, al estilo antiguo, y se venden por trozos». Tartas y caramelos En el obrador de Canela trabajan en este momento 16 personas y en la atención directa al cliente otras 9, lo que hace que esta pequeña industria ofrezca trabajo a 25 personas, una gran plantilla para cuyo mantenimiento hace falta vender muchas pastas, muchos pasteles, muchos bombones, muchas tartas¿ y muchos caramelos. Otra de las especialidades de la casa son sus tartas. «Es algo que está estrechamente ligados a los momentos festivos. Normalmente nos solicitan tartas para celebrar cumpleaños, bodas, bautizos, y fiestas de la más variada índole. Nosotros procuramos volcar nuestra creatividad en ellas y hacerlas siempre pensando en el destinatario. Una tarta que servirá de postre en el cumpleaños de un niño, tiene que estar llena de elementos festivos, mientras que si es para una persona mayor la decoración debe de ser más sobria. También es diferente si lo que se trata es de conmemorar algún acontecimiento dentro de una empresa. A mí, personalmente, me gusta muchos hacer las tartas para los niños, me divierto haciendo monigotes y animalitos, y me resulta gratificante pensar lo bien que se lo pasará el niño mientras sopla las velas en día de su fiesta». Pues así es Canela, un obrador y dos tiendas destinadas, desde hace casi 20 años, a endulzar los mejores momentos de los leoneses. Por cierto que en el obrador ya están preparando las primeras pruebas de los turrones las próximas navidades y podemos asegurarles que son riquísimos.

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