Diario de León

«Estuve a punto de convertirme en monja»

Carmen Lomana y el periodista conversaron durante casi tres horas sobre la vida de la empresaria.

Carmen Lomana y el periodista conversaron durante casi tres horas sobre la vida de la empresaria.

León

Creado:

Actualizado:

Un particular recorrido por la mente caleidoscópica y las ideas de la mujer del momento. Parte del goce es la novedad. La otra parte la ponen unos penetrantes ojos castaños y unas piernas de vértigo. Sólo que sonríe poco.

-Dijo una vez Madonna, que a lo mejor tampoco es paradigma de nada: «Soy mujer, soy rica y soy independiente. ¿Eso me convierte en una zorra? Pues perfecto». ¿Lo ve usted un poco así?

-Así es. Sin embargo, todas las zorras de verdad que están casadas con viejos por dinero son señoras bien . Y creo que Madonna sí es un paradigma.

-¿Se ha sentido devorada por las damas de la «high class»?

1397058884 Habrán comentado, pero nunca he notado nada de eso. Sólo una persona me ha querido quitar en el panorama, que ha sido Nati Abascal. Lo ha intentando, pero no ha podido tampoco.

-Pero si parecen íntimas.

-Es muy cínica, porque ella es encantadora conmigo cuando estoy delante, pero luego me entero de que intenta hacer cosas raras en algo tan absurdo como asistir a un desfile de Mango cuando, además, voy a los de alta costura. Es más, cuando coincidimos en los desfiles de París ella está trabajando y yo estoy invitada como cliente.

-Respecto a lo de que se cuela en las fiestas...

-Creo que no hay una casa en Madrid de la gente que funciona en sociedad que no me haya invitado. Demasiado, lo que pasa que no voy porque es un aburrimiento: no te vas a pasar el día de fiesta en fiesta.

-¿Y qué hace cuando no está de vacaciones?

-Tengo la responsabilidad de gestionar mi vida, no las mil patentes que dicen, que no tengo ninguna. De las patentes no se vive.

-¿A qué se dedica entonces?

No tengo por qué dar explicaciones. Es que todo el mundo se pregunta de dónde saco el dinero, por qué vivo bien... Si es que yo veo que a nadie le hacen esa pregunta.

-En eso tiene toda la razón.

-Me han preguntado cuántos años tengo. Ya he dicho que 62. ¿Cuántas mujeres dicen eso en televisión? Como decía Oscar Wilde: «No te fíes de una mujer que dice sus años».

-¿Es usted títere de su inconsciente?

-No siempre se puede vivir en la inconsciencia. Tienes que ser muy pragmático si quieres vivir en esta selva. Lo bueno de la vida es que tiene muchas facetas. Esta gente que siempre es igual me da un aburrimiento...

-El territorio de la inestabilidad siempre es más productivo.

-Hay que dejarse llevar por la vida, no ser tan estructurado.

-¿Qué está pasando con Carmen Lomana?

-Me lo tendrás que decir tú porque yo no tengo ni idea. Me quiero ir dos meses fuera de España, donde no me conozca nadie para asimilar esta locura y mirarlo con distancia.

-¿Va a dejar la televisión?

-No, me encanta. Pero sí voy a dejarlo una temporada.

-¿Qué necesidad tiene dehacer un programa?

-Hay que dejar que la vida fluya. Nunca jamás en mi vida me imaginé que iba a estar como ahora, en medios de comunicación. Y los chicos del reality son un cielo y tienen unos valores increíbles.

-A riesgo de que me hunda, ¿qué cambiaría de mí para convertirme en una de las joyas de su programa?

-[ Tras hacer un pequeño repaso con la mirada.. .] Nada, si eres fantástico, educado y culto.

-¿Tiene miedo de algo?

-Siempre he sido una persona muy discreta y de mi vida privada se sabe bastante poco, pero es que tampoco hay mucho que buscar. Tengo una vida limpia e intachable, por eso me siento muy tranquila en un plató.

-¿Nos cansaremos de Carmen Lomana?

-Espero que no.

-¿Sabrá irse?

-Sabré irme.

-¿Qué es lo que ha cambiado en su vida?

-Que tengo un cariño enorme de la gente. Eso es lo que tengo que asimilar y que no entiendo.

-Algo tendrá.

-Es como si yo te pregunto a ti por qué tienes encanto o por qué ligas mucho.

-Estoy seguro que usted tiene un séquito que le recuerda a menudo lo bien que lo hace y lo estupenda que está.

-Habrá otros muchísimos a los que no gustaré nada.

-La cosa es que engancha al público.

-Porque de repente han visto a una persona que tenía 80 leyendas absurdas que habían inventado cuatro brujas que no me conocían. El tema es que hice el programa «.doc» para ayudar a una periodista que se vino conmigo a París y a partir de ahí empezaron a colgarlo en Internet. No sé si es que les gustó o les parecí muy pija, que no sé muy bien lo que es eso de pija, o cómo hablo, que siempre he hablado igual.

-O porque va de lo que es.

-Las señoras de la sociedad no hablan, no opinan, no tienen criterio. ¿Has visto a Isabel Preysler o a Nati Abascal emitir un criterio sobre algo? Yo me comprometo con las cosas que están mal. Siempre me he comprometido con el momento que me ha tocado vivir.

-¿Por ejemplo?

-Pues si pienso que la Ley del Aborto es una burrada, lo digo.

-¿Y Zapatero?

-Si pienso que Zapatero lo está haciendo fatal, que es un tío que se le ha ido la pinza, que no sabe gobernar, lo digo, no tengo miedo. ¿Qué me van a hacer? Estamos en un país libre.

-¿Republicana?

-Cada vez más, absolutamente. Estamos rodeados de países republicanos que funcionan muy bien. El Rey ha sido el mejor relaciones públicas que hemos tenido y la Reina ha hecho su papel muy bien. Pero las monarquías europeas están haciendo el ridículo más sublime porque una monarquía es algo que tiene que hacer soñar, algo inalcanzable, una herencia por estirpe. Es totalmente obsoleto, pero ya que jugamos a Reyes hagamos de Reyes. Váyase a una ermita, abdique y cásese tranquilamente con el vecinito de enfrente. Y si no, no se ponga la corona.

-¿Le gustaría desterrar la imagen de frívola que proyecta?

-No. A mí la frivolidad me encanta. Juego con la frivolidad como quiero y forma parte de la inteligencia. No voy a ser tan trascendente. Sé que soy como soy: sé que no soy tonta, quién soy y dónde estoy. Y me gusta ser frívola cuando quiero. Lo tengo controlado.

-Un trío: Carmen Lomana, Isabel Preysler y...

-Mi novio.

-Hablaba más bien de un trío de elegantes...

-Es que a mí Isabel Preysler, que la adoro, no me parece elegante precisamente. Es una mujer que le da igual la moda, siempre va correcta, pero no es elegante.

-¿Le va la mujer repolluda?

-A la repolluda, ni ver. Y España tiende a la repolludez, sobre todo si van de boda.

-Las bodas...

-Uy, las bodas. Eso es patético, ¿o no?

-Ya le digo. Oiga, muchas mujeres de su edad se pasan las tardes de invierno en León tomando café con tortitas y jugando al parchís.

-Así están de gordas.

-¿Imagina esa vida?

-Jamás. Yo soy mucho más en la línea de la Duquesa de Alba: vivir la vida y luchar contra ella, tener un novio estupendo que me alegre la vida... y si puede ser, diez años más joven que yo.

-No entiendo por qué tiene que ser más joven.

-Me da igual eso, pero normalmente los de mi edad son muy aburridos y serios.

-Y por que están bastante mejor, supongo.

También, aunque hay gente joven que no está nada bien y al revés. Es un actitud.

-¿Qué quiere ser de mayor?

-Nunca lo pienso, pero cerca del mar y de un sitio salvaje donde rompa la rutina. Me encantan las playas de México y hacer una vida sin peluquería ni maquillaje, comer bien...

-Y por eso la acaban pillando siempre en top less.

-Lo que no voy a hacer es ponerme un burka para ir a la playa. Haré lo que me dé la gana. No hay que tener miedo del cuerpo, sobre todo si no estás como un centollo de gorda.

-¿De dónde saca la motivación para hacer todo lo que hace?

-Porque tengo mucha energía y mucha fuerza de voluntad.

-¿Disciplinada usted?

-Tremendamente.

-¿A qué hora se levanta?

-Me acueste cuando me acueste, no más tarde de las nueve o nueve y media. Es un defecto horroroso. Me parece feo estar en la cama mucho tiempo. Hasta por el servicio me da vergüenza.

-¿Le han hecho rabiar mucho los hombres?

-No tengo nada de resentimiento contra los hombres. Soy muy colegui . A mi marido le adoré como gran compañero.

-Veo que tiene fotos por toda la casa.

-Guillermo forma parte de mi vida. Luego he tenido muchos novios, novietes. Pero me he cansado y siempre los he dejado. No deberías poner eso porque podría sonar pretencioso, pero la verdad es que no me han dejado.

-A mí tampoco... (léase con sarcasmo)

-Eso es porque somos irresistibles.

-Otra cosa es que te dejen el corazón dando saltitos.

-Yo quizá he sido demasiado lista para darme cuenta que un hombre no estaba lo enganchado que yo quería y he pasado de él.

-¿Tengo que suponer que su primer achuchón fue en un Rolls Royce?

-Fue en un MG antiguo precioso, con ruedas de radio. Siempre he tenido novios con unos coches estupendos, pero no me gustaban por los coches.

-¿A qué le huele León?

-Tengo recuerdo de la casa de mis abuelos, de la primavera, el jardín con lilas. Recuerdo que salía a jugar a la plaza circular, bajaba por la noche y jugaba con los niños al corro, a la comba... Mi abuela no salía mucho de casa, pero me hacía mucha ilusión cuando me acompañaba allí.

-¿Cómo encontró León la última vez que fue?

-Una capital de provincia muy tranquila, donde la gente sale mucho de bares. Me sentí muy feliz porque estuve en el Húmedo y la gente fue tan cariñosa conmigo... De repente me salió todo lo leonés que se puede tener. Siempre me he sentido muy orgullosa de haber nacido en León y siempre que voy a León entro en la Catedral. Me gusta ese León antiguo.

-¿Y la gastronomía?

-Me encanta el picadillo con arroz. ¡Qué rico¡ Las morcillas... Pero sobre todo recuerdo el picadillo de La Gitana. Ahora suelo ir al Zuloaga y me encanta ir a Castrillo de los Polvazares a comer el cocido maragato de Maruja.

-Con esa figura, cualquiera lo diría.

-Todos dicen que si estoy operada o no. En España si te ven bien es porque te has operado y si te ven mal, también.

-Una siesta romántica, ¿junto a una cascada idílica de la montaña leonesa o en un oasis perdido?

-Debajo de una higuera, por su olor.

-¿Ha tenido alguna experiencia religiosa tipo las de Pitita?

-Ojalá la hubiera tenido, pero no. Debe ser muy satisfactorio.

-¿Tiene fe?

-Tengo los mismos motivos para creer que para no creer. Pero soy espiritual. En los momentos de mayor tristeza encuentro tranquilidad en sitios con energía espiritual. Cuando murió mi marido me sentaba horas en la iglesia, incluso estuve a punto de entrar en un convento. Menos mal que una monja me advirtió que no tenía vocación. Hubiera sido una monja muy f ashion , con hábitos de Chanel.

-¿Solidaria?

-Sí, pero estoy un poco harta de las cenas benéficas que sólo se organizan para lucir el traje de noche.

-¿León sólo?

-Desde luego León con Castilla no pinta nada. La comunidad histórica, lo natural, es la unión de los reinos de León y Asturias, como en su origen.

tracking