Diario de León

En el 500 aniversario de la imprenta en León

Una joya leonesa en Havard

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Todo libro tiene su propia historia, breve unas veces, larga e interesante otras.

Hace ya casi ciento treinta años, el sábado 22 de abril de 1893, ‘La Estafeta de León’ traía en primera página una noticia, tomada del periódico astorgano ‘La Luz’, que transcribo a la letra:

«Libro notable.— Dice ‘La Luz’ de Astorga: «En la filial de una parroquia de esta diócesis, se conserva en buen estado un ejemplar del Ritual que se usaba en este Obispado con anterioridad al Romano. Dicho Ritual está impreso en León en el año 1526, por orden de Fray Álvaro Osorio, obispo que fué de Astorga.’— Celebraremos que se custodie con el cuidado que se merece».

Hasta ahí ‘La Estafeta de León’. La noticia, por escueta, era insuficiente para identificar la obra: sí, se trataba de un libro de carácter litúrgico (un ritual, es decir, según la RAE, «un libro que enseña el orden de las sagradas ceremonias y administración de los sacramentos»), que el obispo de Astorga había mandado imprimir en León en el año 1526, que se guardaba en la filial de una parroquia de la propia diócesis astorgana, y que estaba en buen estado de conservación. Nada más: ni título, ni detalles del colofón, ni características bibliográficas o tipográficas de un volumen que, si por algo llamaba la atención, era por su antigüedad y, a pesar de ello, por su buen estado de conservación.

Entonces acudía uno al libro de Clemente Bravo ‘La imprenta en León’, publicado en 1902, tan solo nueve años después de la noticia que daban ‘La Luz’ y ‘La Estafeta’, y no podía menos de sorprenderse al no encontrar en sus páginas la más mínima mención a ese ‘ritual’: según su autor, el único libro impreso en León en 1526 fue el de las ‘Constituciones sinodales’ del obispado de León, del que dice quedaba un único ejemplar en el archivo de la Colegiata de San Isidoro.

Así las cosas, nada más volvió a saberse del ‘ritual’ astorgano de 1526, que parecía haber caído en el olvido.

Hasta el 26 de julio de 1937, en plena Guerra Civil española.

Esa es la fecha que lleva una carta mecanografiada que la librería ‘Maggs Brothers’ de París envió a Philip Hofer, conocido coleccionista norteamericano de libros antiguos. ‘Maggs Brothers’, fundada en Londres en 1853, era una de las más importantes librerías europeas de libros antiguos y manuscritos, con doble sede en la capital británica y en París, esta última en la rue de la Boëtie, muy cerca de los Campos Elíseos.

La carta en cuestión ofrecía al coleccionista estadounidense un libro titulado ‘Manuale secundum consuetudinem Astoricensis ecclesiae’ [‘Manual según el uso de la Iglesia de Astorga’], fechado a 27 de septiembre de 1526 e impreso por Juan de León «en la nobilísima y real ciudad de Leon». La carta describía también brevemente el volumen: 126 hojas, 39 líneas por página, tintas roja y negra, numerosa anotación musical, tipo de encuadernación, etc.; detallaba incluso que el texto contaba con numerosas letras capitales xilografiadas y con «un magnífico grabado xilografiado, a página completa, que representa la Crucifixión». Y añadía el precio: 50 libras esterlinas (que en la época era una cantidad ciertamente elevada).

No se discutió el precio: trece días más tarde, el 8 de agosto, llegaba a París la contestación: «Sí, envíenlo a Shawn, PH». En efecto, el 31 de ese mismo mes el Manuale llegaba a manos de Philip Hofer, que en ese momento contaba treinta y nueve años. Al hojear el volumen el bibliófilo pudo leer en el colofón (traduzco del latín):

‘Obra muy útil para los sacerdotes que administran los sacramentos de la Santa Madre Iglesia: llamada Manual: perfectamente ordenada, revisada y con cuidadosa atención corregida […] Y fue impresa en la muy noble y real ciudad de León. A costa de Juan de León. En el año del Señor de 1526, 27 de septiembre’.

Al año siguiente, 1938, Hofer fundaba en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, el Departamento de Imprenta y Artes Gráficas, del que fue muchos años director: allí tuvo su despacho y allí trasladó su importante colección de libros antiguos, entre ellos el ‘Manual’ leonés de 1526. Cuando falleció en 1984, legó a la Universidad su biblioteca personal, calificada como «de gran valor y de una extraordinaria calidad». Hoy se halla ubicada en la Biblioteca Houghton de esa Universidad, donde el ‘Manual’ de 1526 puede consultarse.

La historia de la imprenta en León ha recuperado así una joya muy valiosa, sobre todo por el extraordinario estado de conservación en que se encuentra, nada frecuente en impresos del mismo lugar y época.

Con todo, son muchas las preguntas que aún quedan por contestar: ¿cómo pasó ese ‘Manual’ de la filial de una parroquia astorgana a manos de un particular?, ¿quién fue ese tal?, ¿fue vendido o robado?, ¿quién y cuándo lo sacó de España y lo vendió a la librería parisina de Maggs Brothers, y por cuánto dinero?

Es posible que todavía hoy haya quien tenga respuestas para alguna de esas preguntas: de momento, ese no es mi caso.

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