Diario de León

La joya de la Vía de la Plata

Salamanca y León están más cerca en la nueva exposición permanente del museo de las alhajas. Historia e indumentaria con un trazado común

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a.g. valencia
León

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Los más de 200 kilómetros que separan León de Salamanca comparten historia, mucha de ella común. Un trazado y una forma de vida al abrigo de la Vía de la Plata. El leitmotiv que rige el día a día y cada una de las colecciones del Museo de las Alhajas en La Bañeza, la joya convertida en joyero. La ciudad acaba de estrenar la quinta exposición permanente en este emplazamiento, una muestra que hace un guiño a las provincia vecina del Viejo Reino, a sus textiles y su joyería tradicional, mucha de ella transportada por los arrieros, que en sus viajes desplazaban, también, las piezas, únicas, para las collaradas y los días de fiesta.

Una radiografía de la sociedad de antes que ayuda al visitante a entender una forma de vida que ha marcado el presente y proyecta el futuro de estas tierras. El clima, seco y muy frío, ha sido el mejor conservador de esta indumentaria, durante décadas guardada en enormes arcas, lejos de la luz. Ahora, se muestra con todo su esplendor, uniendo aún más a León, a La Bañeza, con Salamanca.

El Museo de las Alhajas — en la calle Juan de Mansilla de La Bañeza— es un museo etnográfico especializado en joyería e indumentaria tradicional de los siglos XVI a XVIII y una delimitación geográfica que al ser la Vía de la Plata alcanza a Salamanca, Zamora y León.

La joya de la corona de esta quinta exposición permanente es, como destacan sus responsables, el traje de La Alberca — en primer término en estas páginas—. Se trata de un traje de vistas, del siglo XVI al XVIII, y es el más representativo de la indumentaria tradicional española. Los textiles son lo más antiguos de su tipología, destacando los bordados y el punto forjado y enrejado realizado en plata y a bolillo.

La joyería merece un capítulo especial. En este traje de La Alberca se superan las diez onzas de plata, con el coral de gran tamaño y las patenas leonesas del siglo XVI, esas que en muchas ocasiones transportaban los arrieros.

La muestra recoge igualmente indumentaria y joyería de otras zonas de la provincia salmantina. Trajes de niño y mocedad, trajes de Candelario, Mogarraz o de Vitigudino. En el traje de mujer de Aldeadávila de la Ribera, de 1918, llama la atención el terciopelo de seda, el manteo de paño. Además, va acompañado de una fotografía, donde la hermana de la dueña posa con él a principios del siglo pasado.

Son trajes de fiesta, de personalidades de la época que tuvieron un alto poder adquisitivo. Indumentaria conservada de generación en generación.

Las manilas tampoco dejarán indiferente al visitantes. Una vitrina específica recoge varios de estos ejemplares. Manual y minucioso trabajo. Uno de los expuestos, un mantón de manila de campo rojo y bordados multicolor, de 1870, tiene 220 personajes con distintas caras de marfil. Éste procede de Madrid, de una persona bañezana.

En cuanto a la joyería de la exposición permanente muchas son las alusiones a la provincia leonesa, por ese afán arriero del transporte de las piezas. Bajo estas líneas, el collar leonés (9) recoge tres Castrinas, tres vírgenes del Castro, una Tau y una advocación a San Francisco. Popular y arte religioso. Como la patena (7) dedicada a santo Toribio, quien fuera obispo de Astorga. Es cultura y es tradición. Valor para vestir la Vía de la Plata.

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