Diario de León

De la mina a la vitrina: lo que ha hecho San Blas

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Desde su apertura en el año 2008 el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León se ha convertido en el referente turístico de una amplia zona de la montaña oriental. Con una media de 40.000 usuarios al año, su puesta en marcha ha transformado un valle y una comarca tan solo conocida por sus minas de carbón en un lugar al que la gente acude para ver su museo y el patrimonio minero e industrial que lo rodea.

Se da la paradoja de que durante los años buenos de la minería, el Valle de Sabero no contaba con restaurantes ni plazas de alojamiento y en la actualidad hay dos restaurantes, varias casas de turismo rural, un albergue de categoría superior y un pequeño hotel en construcción. Sin duda, la puesta en marcha del museo y su capacidad de atracción ha influido en este desarrollo del sector de la hostelería.

A la estela del museo se han ido sumando otros proyectos complementarios como el Canal de Aguas Bravas en el Río Esla, las Cuevas de Valdelajo o una red de rutas de senderismo, que apuntalan la oferta del centro para que el visitante amplíe su estancia en el valle.

Ni el museo ni el resto de proyectos turísticos pueden generar el empleo perdido, que solo se recuperará con proyectos empresariales, pero contribuyen a ello.

El otro gran cambio que ha traído el museo a la zona es la reactivación de la vida cultural. El centro se planteó desde sus orígenes complementar su labor museística e investigadora con una amplia oferta cultural estable a lo largo de todo el año. Con una media de 200 actividades al año y más de 12.000 personas disfrutando de ella, se puede decir que lo ha conseguido ampliamente.

«Forma parte de nuestras funciones y objetivos», afirman desde el museo. «Nuestra labor va más allá de conservar este singular edificio y su contenido para que lo disfruten los visitantes, o de recuperar como hemos hecho miles de piezas vinculadas a la minería. Nuestra obligación es dar a conocer el trabajo y la cultura siderúrgica y minera en todos sus aspectos, que son muchos. Y esto lo hacemos con las exposiciones temporales y con una intensa programación cultural dedicada a ello. Incluso con aquellas actividades no relacionadas de una forma directa con nuestra temática, ya que sirven para atraer nuevos públicos, que conocen así el edificio y el museo, y que de otra forma no vendrían».

A lo largo de todos los meses, el centro tiene una programación estable que incluye conferencias, ciclos de cine, seminarios y talleres, actividades para niños, lectura de libros, excursiones, presentación de piezas, etc. Y en fechas destacadas, el museo ofrece una programación especial con la presentación de libros de los principales autores a nivel nacional, conciertos de artistas de primera fila, obras de teatro, monólogos, etc.

Así, sus conocidas Noches de Ferrería, conciertos de pequeño formato, casi en acústico, han acogido a artistas como Pedro Guerra, Carlos Nuñez, Ara Malikian, La Banda de Sabina, Ariel Rot, Martirio, Raimundo Amador, Café Quijano, Solé Giménez, Ismael Serrano, David Demaria, Pitingo o Kiko Veneno entre otros.

En su programa Escritores en la Ferrería han participado para hablar de su obra y de literatura José María Merino, Luis Mateo Díez, Aurelio Loureiro, Julio Llamazares, Gustavo Martín Garzo, Adolfo García, Antonio Colinas, Antonio Gamoneda, Raquel Lanseros, Angeles Caso, Juan Carlos Mestre, Cesar Antonio Molina, Juan Ramón Lucas…

Sin tanto renombre pero sin duda tan importante es la labor realizada con los niños en su programación Guaje MSM. Conseguir que medio centenar de niños acudan a las actividades específicas para ellos propuestas por el museo en una zona con tantos problemas de población es todo un logro, y el museo acoge niños que vienen de todos los puntos de la montaña oriental e incluso de León capital para disfrutar y aprender con los planes previstos.

Dentro de esta actividad también hay una vertiente social y así el museo colabora con distintas organizaciones sociales como Mensajeros de la Paz o Cruz Roja y realiza actividades fuera del centro en lugares como el Hospital de León o residencias de ancianos del entorno.

También los centros escolares de la zona forman parte del programa Aula MSM con el que el museo ofrece a colegios e institutos de Sabero, Cistierna y Boñar talleres y charlas para sus alumnos.

Las casi mil personas que forman parte de su programa Amigos MSM, con una cuota anual de diez euros, dan muestra de hasta qué punto el museo ha logrado ser permeable a la sociedad que lo rodea y generar una dinámica cultural y social que puede competir en calidad y en asistentes con ciudades que multiplican por mil la población de la comarca.

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