Problemas de conducta en perros con hipotiroidismo

Afecta a perros de entre cuatro y ocho años de edad y de cualquier raza, las más comúnmente afectadas son: Dobermann, Cocker spaniel, Labrador retriever, Golden retriever y el grupo de los terrier. Los síntomas más característicos se relacionan con alteraciones a nivel de la piel: el pelo pierde brillo, se cae de forma simétrica a la vez que se oscurece e incluso hay seborrea seca. Presentan letargia, intolerancia al frío y al ejercicio, aumento de peso sin que se asocie con una mayor ingestión de alimento. Éstos son los más relevantes y en ocasiones acompañados de trastornos cardiovasculares, neuromusculares y del aparato reproductor. La presencia de problemas de conducta asociados a esta enfermedad aún está sujeta a mucha contorversia. En ocasiones el diagnóstico es evidente cuando el animal muestra los síntomas típicos, pero otras veces es la agresividad el único signo evidente. Existen diferentes opiniones al respecto, pero lo que si está claro es que, estudios experimentales demuestran que en un animal hipotiroideo hay un aumento en el recambio de serotonina y a su vez la disminución de la serotonina disponible en el sistema nervioso incrementaría la agresividad. Entre otros problemas de conducta, menos frecuentes, relacionados con esta patología están: el miedo o la timidez extrema, conductas compulsivas, fallos en el aprendizaje, exceso de actividad, etc. Por ejemplo la disfunción cognitiva que es un desorden neurodegenerativo asociado con la edad, cursa con alteraciones a nivel del sistema nervioso central. En el caso de un perro hipotiroideo ésta puede ser provocada por un ateroesclerosis debida a la enfermedad y que secundariamente produce el daño vascular que explicaría las deficiencias neurológicas y cognitivas. Algunos animales agresivos presentan una serie de características específicas. El propietario no es capaz de relacionar ninguna situación concreta como responsable del episodio de agresividad. Responden normalmente a estímulos inconscientes e incluso pueden desviar su agresividad hacia objetos inanimados, sin provocación y de forma imprevisible. A veces se ven cuadros de agresividad por miedo, dominancia o hacia algún miembro de la familia. En cualquier caso es necesario seguir unos pasos para su diagnóstico definitivo. El dueño debe aportar la máxima información al veterinario sobre el comportamiento de su mascota. Ésto debe ir unido a la identificación de los síntomas más característicos y por supuesto a la realización de un análisis sanguíneo completo. Con el tratamiento adecuado la vida de un perro adulto con hipotiroidismo primario puede ser normal. Ahora, antes de sacrificar o abandonar a un perro por su comportamineto agresivo, debemos pararnos a pensar que quizá nuestra mascota esté incluida dentro de ese pequeño porcentaje de enfermos hipotiroideos.