Diario de León

CANTO RODADO

sin alas

señalar al aeropuerto de león como emblema del despilfarro es lo fácil. lo difícil es evitar el poder centrípeto de valladolid

León

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Un aeropuerto sin vuelos, un hospital sin licencia y con dos plantas cerradas por falta de personal de enfermería, un Palacio de Congresos con más nombre que destino, un luchódromo sin aluches, un Centro de Alto Rendimiento para Deportistas sin atletas, una gimnasta olímpica, Carolina Rodríguez, que aprovecha la hora de comer para entrenar en el Palacio de Deportes porque tiene que adaptarse a los horarios de los equipos de balonmano y baloncesto. Faltaría más.

No son historietas del TBO. Es lo que pasa en León. Hay tema para comparsas de carnaval y para chirigotas. Lástima no vivir en Cádiz. Sobre todo para los niños y niñas, maestros y maestras que tienen que soportar temperaturas invernales en las aulas de los colegios de San Andrés y Trobajo del Camino por falta de dinero para el gasóleo. Y el alcalde, Goyo Chamorro, tan pichi. Haciéndose fotos con los niños y las niñas en el vestíbulo del Consistorio. Para resguardarles del frío.

La España del despilfarro

Las obras, que antaño eran la prueba de amor de los políticos por sus pueblos y ciudades, se han vuelto en contra de la ciudadanía y de algunos políticos. Particularmente del ex presidente Zapatero. El aeropuerto de León figura en la lista roja de la España del despilfarro. Pero no el de Valladolid, que vive de las subvenciones públicas que paga la Junta, a la chita callando, con dinero de todos y de todas mientras el alcalde pucelano vocea a diestra y siniestra contra León.

El aeropuerto de León está en la antología del derroche porque le cortaron las alas antes de empezar a volar. La obra la pagó el Estado, pero la Junta nunca arrimó el hombro a este proyecto. Ni siquiera la actual presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, nuevo blanco de la afilada cuchilla que León, el De la Riva, tiene por lengua. Algún día se cortartá a sí mismo.

Centro artificial, eje natural

La estrategia de convertir a Valladolid en el centro (artificial) del noroeste, liderada por los paladines de la Junta, desde el consejero de Presidencia, José Antonio de Santiago, al de Economía e Industria, Tomás Villanueva, empieza a dar frutos. La crisis se ha convertido en la excusa perfecta para cortar todas las alas que empezaban a crecerle a León como eje (natural) del noroeste ibérico.

La ligazón con Portugal a través de la autovía León-Braganza es la primera y una de las que más calado tiene para situar a León como eje logístico del noroeste. Pero hablar de autovías en los tiempos que corren es como mentar a la soga en la casa del ahorcado. Salvo que se trate de la León-Valladolid, esa autovía que servirá para aligerar el tiempo que emplean los correos de la Junta en hacer los mandados de la capital leonesa a la pucelana. La autovía para consagrar la fuerza centrípeta de Valladolid sobre las nueve provincias y una Comunidad.

La amputación de Rajoy

Sin alas, también, trabajadores y trabajadoras. La reforma laboral abrió el telón de la gran obra de Rajoy ante Europa, o sea, ante Merkel: La amputación de los derechos laborales conseguidos a lo largo de los años de la democracia. El derribo del emblemático edificio del INSS en León —paradigmático solar del vacío reinante— fue casi premonitorio del desmantelamiento social y laboral (y negocio redondo para el rentista que realojó a los funcionarios en la otrora sede de Telefónica).

El hachazo laboral es tan fuerte que a los sindicatos no les ha quedado más remedio que tocar las campanas a rebato para resucitar a la clase obrera del sueño. O más bien para autorresucitarse. Total que hoy hay dos manifestaciones. La del 15-M sale a las 11.30 horas de Botines y la otra del edificio de los sindicatos. O se juntan o nos vencen.

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