Diario de León

Tocando la llengua

El primer Curso de Encuestadores de León celebró su parte práctica en las comarcas occidentales con resultados muy positivos

Publicado por
e. gancedo
León

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Se había celebrado anteriormente en Zamora y Asturias y la excelente respuesta registrada en aquellas tierras motivó su organización en León capital. Se trata del Curso de Encuestadores organizado por El Teixu, la red para el estudio y defensa del leonés, que contó con una parte teórica y otra práctica y que tuvo lugar entre los pasados días 10 de abril y el 23 de mayo. A las clases, impartidas por cinco filólogos, profesores y expertos en tradición oral, se apuntó una veintena larga de personas.

«En las diferentes ediciones que hemos hecho de este curso nuestra intención ha sido que los alumnos descubrieran la gran cantidad de conocimientos y saberes que residen en la tradición oral de nuestros pueblos y la gran riqueza lingüística aún hoy existente a lo largo de nuestra geografía -”explica su coordinador, Fernando Álvarez-Balbuena-”. El curso es una introducción al trabajo de campo en los aspectos lingüístico y etnográfico, pero nuestro objetivo final es que el interés por esas labores prenda en los alumnos. Esperamos que al descubrir, o al menos al intuir, el inmenso filón de saberes que está ahí, en la memoria y en la tradición de nuestra gente, se decidan a conocerlos directamente de boca de los depositarios de esa tradición, sin intermediarios. Y que luego puedan dar a conocer a los demás sus descubrimientos».

El leonés real

Pero, ¿es que hasta ahora ha existido un déficit de este tipo de iniciativas con sesgo científico en la región leonesa? ¿Las encuestas, estudios y otras actividades realizadas en torno al leonés han podido estar carentes de sistematización y rigor?

Ante esta pregunta, Álvarez-Balbuena tiene clara la respuesta: «Aunque la historia de los estudios de campo en León es antigua y rica, pienso que sigue siendo vital el recurso a la tradición para conocernos mejor a nosotros mismos de manera más profunda y más fiel. Además, en ciertos casos esa tradición está perdiéndose sin que nadie haya dejado testimonio de ella, lo que supone un empobrecimiento del acervo de León como pueblo».

A juicio de este profesor e investigador, «las actividades en torno al leonés o asturleonés han adolecido en ocasiones de falta de rigor, y el tipo de lengua que se ha fomentado no ha tenido siempre la fidelidad necesaria a la tradición lingüística. Lo peor que ha pasado en la defensa del leonés en los últimos tiempos ha sido el intento de monopolización perpetrado por la organización política Conceyu Xoven, que se dedicó a fomentar desde las instituciones un modelo de lengua ajena al leonés vivo, repleta de castellanismos y artificiosidades que solo recordaba torpe y vagamente al verdadero leonés que aún sobrevive en boca de las gentes del norte y occidente de la provincia. Ese monopolio de la vindicación lingüística formó un cóctel explosivo en combinación con otras miserias como el esencialismo, el victimismo, la xenofobia y la indulgencia con el nazismo, que ha hecho mucho daño a la defensa del leonés y ha dificultado un avance social real en la protección y el fomento de la lengua. Por suerte, durante esos tiempos, hoy felizmente superados, hubo también quien mantuvo la llama de una reivindicación lingüística más honesta y más cercana a la realidad».

«Desde mi punto de vista, la defensa de la lengua no se puede hacer de espaldas a los depositarios del idioma -”confirma el coordinador del curso-”. Los hablantes maternos del asturleonés, los que han heredado la lengua de sus padres y abuelos, tienen que tener la voz y el protagonismo en este proceso. En ese sentido, este curso quiere ser también un revulsivo moral, quiere contribuir a que la reivindicación de la lengua leonesa remita a sus hablantes patrimoniales. La defensa del leonés no puede volver a pasar por el fomento de una jerga sectaria, de uso estrictamente simbólico, parida en un despacho de la capital. La protección del leonés ha de centrarse en la lengua de los hablantes patrimoniales, y los avances que se logren han de revertir necesariamente, y ante todo, en ellos».

Trabajo de campo

En cuanto a las sesiones prácticas, que se llevaron a cabo durante el último fin de semana del curso, «los alumnos y los profesores nos dividimos en cuatro equipos y durante dos días nos repartimos por las comarcas de Laciana, Luna, Omaña, la Cepeda, el Bierzo nororiental, la Valduerna y la Cabrera. Las encuestas tuvieron, por lo tanto, más extensión que intensidad», relata Fernando Álvarez-Balbuena, quien, si algo tuviera que destacar de esa parte del curso, «sería el contacto que los alumnos pudieron tener con el asturleonés vivo. Me consta que en bastantes casos esa era la primera vez que tenían ocasión de oír leonés de boca de sus usuarios patrimoniales, lo que sin duda ha constituido para ellos una sorpresa y una experiencia que confío en que les haga ver de otra forma la realidad cultural de su tierra».

«El trabajo de campo permitió ver que el idioma resiste en algunas comarcas en las que el mantenimento de la lengua es bien conocido, como Laciana o Cabrera; pero nos sorprendió gratamente ver un nivel de conservación muy notable en otras zonas de las que se suele hablar menos, como la Cepeda o el Bierzo Oriental», afirmó este lingüista.

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