Diario de León

EVA SANCHO. Fundadora de Tienes Coach? Empoderadora de Domo

«El coaching dota de creatividad y responsabilidad a las personas»

secundino pérez

secundino pérez

León

Creado:

Actualizado:

LEÓN

La valenciana Eva Sancho, fundadora de Tienes Coach? participó en León las II Jornadas Internacionales sobre Género y Exclusión Social de la Universidad de León con taller sobre «Potencialidades, posibilidades, alternativas y herramientas de las mujeres: Y en este puzzle, ¿quién tiene la pieza que falta?».

—¿Qué es el coaching?

—El coaching es una metodología que trabaja con las personas para que establezcan o produzcan un cambio o simplemente consigan un objetivo elaborando planes de acción de ellos mismos, que conecten con ellos mismos. Se fomenta mucho el autoconocimiento y la responsabilidad sobre la propia vida. Sobre qué puedes hacer tú respecto a tu vida, desde tu ámbito.

—Aplicado al ámbito de la exclusión social por razón de género, que es de lo que trata en su taller. ¿Qué aporta de nuevo e importante el coaching?

—No quiero usar la palabra empoderar, pero ese es el sentido. Dota a de responsabilidad y creatividad a las personas y las organizaciones para que establezcan sus propias alternativas para conseguir lo que quieren y lo que se plantean. El coaching promueve la búsqueda de alternativas y la asunción de la responsabilidad de uno para activar la palanca.

—Aquí se está hablando de cuestiones como conciliación de la vida familiar y laboral, violencia de género...

—Todo eso son situaciones muy concretas que exigen un cambio y muchas veces una toma de conciencia de la propia situación. Gráficamente, como ves en la pizarra, el papel azul es la situación actual y el verde la que queremos. El coaching trabaja qué vas a hacer en esa línea, qué te va a llevar al verde. Los papelitos amarillos que hay alrededor del azul son tomas de conciencia, en este caso son valores. Puedes tomar conciencia de creencias, de emociones, comportamientos... Todo eso son puntos de cambios. A partir de ahí yo no te voy a decir lo que tienes que hacer. Con esa toma de conciencia tú decides porque es la mejor manera de que, primero, cumplas contigo mismo; y segundo, que estés lo más satisfecho posible con el resultado final, porque lo has hecho solo, lo has hecho tú. Con respecto a la exclusión social y el trabajo de género el trabajo de coaching que yo hago en Tienes Coach? y en León con el equipo de Domo Innovación hacemos transformación de organizaciones sobre valores. No puedes quitar la perspectiva sistémica, pues es la que da con todos los elementos que confluyen en la situación que se ha dado y en el cambio.

—¿Tomar responsabilidad y conciencia individualmente implica que la sociedad también tome responsabilidad y conciencia de que hay mejorar situaciones?

—Ese es el carácter sistémico. No se trata de que una mujer cambie. Se trata de que las mujeres cambiemos, los hombres cambien, los políticos cambien, los educadores cambien. Se trata de valorar un cambio cultural en una sociedad a través de la educación y la sensibilización.

—Es muy difícil derribar algunos valores, por ejemplo, los patriarcales que sustentan gran parte de la exclusión de la mujer. ¿Cuáles son las estrategias?

—Es muy difícil, sí. Para mí las palancas fundamentales son la docencia y la educación, que es transmisora de valores per se y luego la toma de conciencia y las acciones individuales por goteo, la persverancia en el cambio, la no indiferencia.

—En el caso de violencia de género, ¿hay que dejar de victimizar a las víctimas?

—Es difícil usar las palabras en este campo porque quien es víctima se siente víctima y eso hay que reconocerlo. Desde el paradigma de la responsabilidad, hay víctimas que sienten que no pueden hacer nada. El paradigma de la responsabilidad es ser protagonista de la vida que tienes, juega con las cartas que te han tocado, pero juégalas. Dejar de victimizar a las víctimas desde mi punto de vista habría que hacerlo sin dejar de empatizar. Significa darles el poder, motivarlas, ayudarlas en el sentido de motivarlas a que generen su propio cambio. Si las consideramos víctimas establecemos una proyección que ellas asumen. Efectivamente hay que dejar de hacer esa proyección, pero hay que reconocer que tienen una situación muy dramática. Hay que empatizar sin empobrecer en capacidades y en responsabilidades.

—Hace poco un grupo de mujeres entraron a protestar en una óptica vestidas como salen en el anuncio sexista. ¿Son un reflejo de esa acción por goteo aunque no sean entendidas?

—Muchas veces no son entendidas pero generan una reflexión porque se han hecho. Si no pones el pie en el pedal y lo accionas y haces fuerza, la bicicleta ¿a qué no se mueve? Puede que te caigas porque no has accionado los dos pedales. Te ha salido mal pero la bicicleta se ha movido. Hay que ir paso a paso. Se ha conseguido mucho y tenemos que celebrar y reconocerse porque no estamos igual, hombres y mujeres. Que digamos qué bien no quiere decir que nos conformemos.

—El coaching surge en medio de una eclosión de terapias de todo tipo. ¿Qué valor añadido tiene?

—El coaching no es una terapia. Pero para mí cualquier relación de ayuda con la intención de ayudar a una persona es válida, desde ir al psiquiatra al Gestalt o el coaching. Para mí el coaching aporta una frescura y creatividad. Lo esencial del coaching es acudir al futuro, generar escenarios de futuro deseados y no incidir tanto en lo que no te gusta.

—¿Estamos pasando de un mundo paternalista a un mundo en el que se responsabilizan más los individuos?

—Se está reduciendo mucho a la responsabilidad individual. Eso tiene sus pros y sus contras. Esto es muy sistémico. Hay otras variables como son la política y la economía que establecen sus intereses de cambio. Aquí podemos estar todos muy implicados con la causa, pero si hay alguien que tiene el poder de tomar una decisión que va a repercutir en la sociedad al final estamos expuestos a esos interses. Hay que establecer acciones meditadas y colectivas que puedan hacer frente al retroceso.

tracking