Más sexo en primavera

LEÓN

La primavera la sangre altera, dice el refrán. Y la ciencia lo corrobora. El aumento de la luz y de las temperaturas tiene sus efectos sobre los humanos. «La luz aumenta la secreción de vitamina D, que tiene su incidencia en la producción de testosterona y por tanto en la variable de deseo sexual», explica el sexólogo leonés Miguel Ángel Cueto, sexólogo y director de Cepteco (Centro Piscológico de Terapia de Conducta). Además, la vitamina D también activa las endorfinas conocidas como hormonas de la felicidad», añade.

Estas reacciones químicas, a las que añade el disfrute de más tiempo libre, hacen que aumente los factores de enamoramiento. El alto nivel de estrés con que se vive el día a día, que es el más elevado de la historia, también influye en que las personas presenten un mayor nivel adaptativo al disfrute de cosas satisfactorias, entre ellas el sexo, explica el experto.

Todo esto lo dicen los estudios desde hace tiempo. Ahora, una investigación desarrollada por la Universidad Ben Urion de Israel desvela otros factores. En concreto dice este estudio que «marzo es el mejor mes para tener sexo gracias a que es el pico de la producción de esperma para los hombres», según apunta una nota de Boston Medical Group, empresa especialziada en salud sexual masculina. «Al ser el tránsito de invierno a verano, es la época del año en la que la producción de semen tiene una mejor calidad y cantidad», aclara.

Además de la subida de la temperatura y del aumento de la luz, otros factores que influyen en el deseo sexual son los alimentos de temporada.

Las fresas, que ya se empiezan a consumir a finales de enero con los actuales cultivos intensivos del sur, son una de las frutas que tienen componentes conocidos como afrodisíacos porque afectan directamente a las glándulas endocrinas que liberan el estrés del organismo.

El aguacate, con su alto componente en ácido fólico, vitamina B6 y potasio, o los espárragos, que estimulan la liberación de histamina, también influyen en la química sexual.

El calor también magnifica los olores, lo que moviliza con más intensidad el deseo sexual debido a que «estos aromas inciden directamente sobre las feromonas, cuya única finalidad es la de atraer la atención del sexo opuesto». La primavera, en suma, es la confirmación de que el invierno ha quedado atrás. Y así mientras para algunas especies, sobre todo de montaña, el otoño es la época del apareamiento, en el ser humano funciona más la primavera. Antiguamente se veía muy claro en los nacimientos.

Pero no todo podían ser buenas noticias. Durante la primavera también se manifiestan las alergias que pueden mermar el deseo sexual «debido al malestar que supone el picor de ojos, los estornudos y la desgana en general», explica el Boston Medical Group.

Además, este mayor deseo sexual puede poner en evidencia los problemas que se han ocultado durante el invierno, como por ejemplo la disfunción eréctil o la eyaculación precoz.» Para evitar que supongo un trauma para la pareja, lo recomendable es acudir a un experto», agregan.

Según el doctor Benítez, director médico de Boston Medical Group, «son trastornos más comunes de lo que creemos. Lo fundamental es buscar la solución para recuperar la satisfacción sexual y disfrutar de los placeres que ofrece la primavera. Actualmente existen diversas opciones de tratamiento cuyo objetivo principal es poder mejorar la calidad de vida de los pacientes».

El instituto no hace mención a la sexualidad femenina. La realidad es que las mujeres sienten despertar el deseo sexual con igual intensidad que los hombres, aunque no se las tenga en cuenta en los estudios.