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Las bandas afrontan otro año sin procesiones, su mayor fuente de ingresos

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EFE

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Por segundo año consecutivo, una Semana Santa sin procesiones por la pandemia repercute directamente en las bandas musicales, un colectivo dependiente en muchos casos de las actuaciones programadas en estas fechas para subsistir y que está en una situación de inestabilidad que en ocasiones ha supuesto el cese de su actividad.

“La Semana Santa es la principal fuente de ingresos de una banda de música”, sobre todo para las pequeñas, señala a Efe Antonio Grande, secretario de la Banda de Música de Nueva Carteya (Córdoba), que desfila en la localidad cinco días durante la Semana Santa, dos contratados por el ayuntamiento y tres por cofradías. Su presupuesto anual ronda los 20.000 euros y la Semana Santa supone la mitad, por lo que se ha visto mermado en un 50 %.

En su caso, han podido seguir adelante gracias a los contratos públicos. El año pasado decidieron no cobrar a las cofradías por los servicios que ya habían contratado y tuvieron que ser anulados por la pandemia. “No estábamos mal económicamente y el gasto que habíamos desarrollado lo cubrimos con la partida del ayuntamiento. Pero al no producirse actuaciones no pudimos ingresar dinero. Esperábamos solventarlo este año, pero ha sido imposible”, detalla.

Estos dos años sin actuar en Semana Santa suponen no arreglar instrumentos o no comprar trajes. "Solo tenemos lo básico para el día a día. Las bandas estamos sufriendo”, explica.

En 2020 todo pilló por sorpresa. Apenas tres semanas antes del comienzo de la Semana Santa se decretó el estado de alarma, lo que obligó a cesar la actividad tras meses de trabajo. Sin embargo “este año ya éramos conscientes de que no iban a producirse actuaciones”, comenta por su parte el director de la Agrupación Musical Jesús Despojado de Jaén, Gabriel Escabias.

Su formación musical actúa en Semana Santa por toda la geografía andaluza y ahora mismo están "en la ruina, pagando el local gracias a una buena provisión de fondos que ya se está acabando", cuenta a Efe Escabias.

Para su banda, la Semana Santa representa el 80 % de los ingresos y aunque los contratos están firmados, “las hermandades no nos van a llamar ni están obligadas a pagarnos porque no hemos trabajado”.

Para Las Cigarreras, una de las bandas más punteras en Sevilla, la situación es diferente. Su presupuesto también depende en parte de estas fechas, pero al recibir las hermandades una subvención y tener un gran número de miembros, “rara es la rescisión de contrato con las bandas”, reconoce a Efe su director de Comunicación, Juan José Delgado.

En León existen quince formaciones musicales, de las cuales el 80 % dependen de las cofradías. No funcionan con contratos sino a través de invitaciones, por lo que no cobran por actuar en las procesiones, explica Miguel Díez, director de Agrupación Musical de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno (León).

“Como la cofradía tiene sus propios fondos te permite no estar pendiente de un contrato", lo que supone también no tener problemas de ingresos.

La solidaridad de las cofradías

Pero para muchas otras bandas la situación es dramática. El año pasado, algunas cofradías fueron conscientes del trabajo realizado durante meses y tuvieron “un gesto caritativo" y “nos dieron lo que pudieron”, explica Gabriel Escabias.

Por ejemplo, la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Evangelista de Las Cabezas de San Juan (Jaén) llegó a un acuerdo en 2020 con las hermandades, donde cada una aportó lo que pudo. Este 2021 no percibirá ingresos, pero como la Semana Santa estaba en duda no han hecho ningún tipo de inversión.

La Agrupación Santa Marta y Sagrada Cena, una de las tres formaciones independientes de León, actualmente están “en una situación delicada” porque siguen haciendo frente a gastos fijos. Los contratos en esta fecha le suponen entre el 85 y el 90% de los ingresos.

Cuando en 2020 cancelaron porque “esto no estaba previsto en ningún sitio”, algunas hermandades les hicieron aportaciones pequeñas, pero otras, “las más humildes”, no pudieron.

El peor de los casos, la desaparición

El azote de la pandemia ha provocado la desaparición de formaciones musicales. La Banda de Cornetas y Tambores María Auxiliadora de Jaén cesó el año pasado, “una difícil decisión” adoptada debido a la “falta absoluta de liquidez para afrontar la actividad propia de una formación musical”.

El exdirector de la banda, Daniel Barranco, explica que el 100% de sus ingresos provenían de sus tres funciones previstas en la Semana Santa de 2020. La banda expresó en un comunicado la “falta de empatía” de las hermandades a las que iba a acompañar.

Otra banda que también se ha extinguido ha sido la del Santísimo Cristo de los Milagros en Sanlúcar de Barrameda tras siete años en activo. El motivo, en este caso, fue la incertidumbre por la evolución del coronavirus, la escasez de contratos y los gastos fijos a los que tenían que hacer frente.

Las formaciones musicales enseñan así la peor cara de la pandemia, a la espera de la vuelta a la “normalidad” y de una Semana Santa que les devuelva sus principales vías de subsistencia. 

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