Diario de León

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Las apuestas ya son parte del ocio juvenil

La población entre 14 y 24 años integra la visita a los salones de juego a sus rutinas, seducida por el alcohol gratis y la publicidad

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Doménico Chiappe | Madrid
León

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Los cumpleaños de los jóvenes ya se comienzan a celebrar en los salones de apuestas. Hay buen ambiente y licor gratis. Además, siempre hay una cerca, de tal modo que se puede integrar con la rutina del trabajo o del estudio.

En tres años, las apuestas entre los menores de edad pasaron del 13,6% al 22,7% en la modalidad presencial, y de 6,4% al 10,3% en la ‘on line’, asegura Beatriz Martín Padura, directora general del Centro Reina Sofía, que ha presentado el estudio ‘Jóvenes, juegos de azar y apuestas’, con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

Aunque los jóvenes empiezan a dar sus primeros pasos en los juegos de azar sin dinero, gracias a los bonos que ‘regalan’ las casas de apuestas, pronto pasan a dejar sus ingresos reales. Más del 30% de los hombres que participaron en la encuesta habían jugado dinero, por un 15% de las mujeres. Un 10% más que dos años antes en ambos casos.

Los jóvenes, incluyendo a los menores de edad, son parte importante del ‘bote’ de 65.000 millones de dinero apostado que reconoce el gremio de compañías de azar.

«Además empieza a ser algo habitual y colectivo, una actividad más del grupo de amigos, una parte normalizada del ocio juvenil», dice Martín Padura. Entrar a los salones es parte de una noche de diversión con su grupo de amigos.

Una encuesta revela que los participantes se iniciaron cuando eran menores de edad

«Aparece un nuevo modelo de ocio, que antes no existía pero que ahora está totalmente naturalizado», sostiene Eulalia Alemany, directora técnica del Reina Sofía, durante la presentación de esta investigación realizada entre abril y mayo de 2019 con una muestra de 30 individuos de Sevilla, Valencia y Madrid.

«No genera extrañeza entre los jóvenes y se integra en sus recorridos y rutinas en los que parar en el salón de apuestas no genera mayor alteración. Las pérdidas se consideran parte del ocio y se asumen de forma colectiva. Como parte del grupo, cada uno nunca pierde. Es así en la etapa inicial. Luego viene una segunda etapa en que el dinero es propio».

Primerizos y menores

Una vez iniciados, con pequeñas pérdidas y recompensas, asumido el azar como diversión y demostrada la facilidad de apostar, viene la fase de consolidación del hábito y la posterior ludopatía entre quienes sufran adicción por el juego. Los participantes reconocieron haber empezado cuando aún eran menores de edad, asegura el informe, gracias a la permisividad de los salones de juego o a la suplantación de identidad en el juego ‘on line’.

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