Diario de León

Las autonomías se rebelaron contra el plan más restrictivo de Sanidad

La mayoría rechaza la propuesta de la ministra Darias de adelantar el cierre de comercio no esencial a las 20.00 horas durante la Semana Santa

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La mayoría de las comunidades autónomas se rebeló ayer contra el plan del Ministerio de Sanidad de adelantar el cierre del comercio no esencial a las 20 horas durante la Semana Santa. El departamento de Carolina Darias había sondeado a las comunidades para tratar de pactar esta medida, pero se encontró con el rechazo de varias de ellas, que alegaron la imposibilidad de explicar a los ciudadanos un endurecimiento mayor de las restricciones después de haber restringido ya el desplazamiento entre regiones o su compromiso con el sector de la hostelería. Castilla y León había anunciado que sí sería favorable a adelantar el toque de queda a las 20.00 horas.

Hasta ahora, con más o menos debates, las propuestas del Ministerio habían sido aceptadas por las comunidades: cierres perimetrales, toques de queda o número de personas reunidas en los domicilios. Sin embargo, por primera vez, la propuesta del Ministerio no pasó el corte del Consejo Interterritorial. Con los datos en la mano, Sanidad trató de convencer a todos los consejeros para aprobar mayores limitaciones en las próximas festividades. Darias recordó que España está en un cambio de tendencia, con diez comunidades en las que crece la incidencia acumulada a siete días por encima del 50%, un indicador adelantado sobre la incidencia a 14; y con variantes como la británica, "que es prevalente en el territorio nacional, por encima del 50%, y representa el 70 o el 80% en algunas zonas". "Tenemos que revertir esta tendencia, lo digo claramente. Porque si no, sabemos cuál es camino, con el desenlace final de fallecimientos", argumentó la ministra.

Así, desde el punto del vista del Ministerio, era necesario "extremar las medidas de control" en un momento "clave", y eso se traducía en el cierre temprano del comercio no esencial y de la restauración, que a juicio de Sanidad, generan aglomeraciones y disparan el número de contagios. Semana Santa puede ser el punto de inflexión que haga explotar una temible cuarta ola en España, sin que el insuficiente número de vacunaciones llegue todavía a tiempo de frenar la curva de casos.

Una vez que las comunidades rechazaron el pacto, Sanidad cambió de estrategia: recordó que el acuerdo de hace dos semanas, que fija el cierre perimetral autonómico, un toque de queda a partir de las 23 horas, limitaciones a las reuniones sociales de entre cuatro y seis personas, y la prohibición de encuentros entre no convivientes en domicilios, sigue vigente y ofrece garantías suficientes. Pero a la vez, pidió a cada comunidad que establezca por sí misma, dentro de las competencias delegadas por el estado de alarma, más restricciones. "En el Consejo Interterritorial hemos hablado de cómo hacer efectiva la declaración del 10 de marzo y de que ellas tienen la posibilidad de restricciones añadidas", dijo Darias. Y citó algunas ideas que ya están llevando a cabo algunas regiones y que el resto de las comunidades pueden decretar: "Confinamiento perimetral por provincias o adelantar el cierre de la restauración a las 18 horas". Control de fronteras Pero no solo el Gobierno planteó ayer medidas más severas. También algunas comunidades pidieron un control exhaustivo de las fronteras y criticaron al Ejecutivo por permitir la llegada de extranjeros mientras que los nacionales no pueden desplazarse de una autonomía a otra. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ayer participó en el Consejo Interterritorial, alegó que "la Unión Europea recomendó evitar la restricción de los movimientos dentro de su territorio". Se han establecido, dijo Marlaska, otras medidas "complementarias", como la petición de pruebas PCR en los aeropuertos para los europeos que lleguen a España y que una vez que estén en el país, los extranjeros cumplan las mismas medidas que los españoles, como no desplazarse de la comunidad en la que aterrizan. Además, el ministro del Interior negó que se fuera más permisivo con los visitantes que con los españoles. "Se actúa ante incumplimientos de nacionales y extranjeros", aseveró.

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