Un 35% menos de contagios en seis días.
Baja el virus en León sin bajar la guardia
La tercera ola decae pero «no hay que bajar la guardia», advierte Maribel Fernández, la enfermera jefe de La Bañeza, que no puede describir con palabras lo vivido en la primera ola. Ayer trabajó en el cribado de León para aislar al virus menos visible: las personas asintomáticas.
La afluencia fue constante a lo largo de todo el día y las colas llegaron por Doctor Fléming hasta la calle Industria. MARCIANO PÉREZ
Los indicadores epidemiológicos de la provincia volvieron a experimentar ayer un nuevo descenso al situarse la incidencia acumulada a 14 días en 1.169,9 casos por 100.000 habitantes y en 458,11 a siete días. La situación vuelve a los niveles del 21 de enero, cuando la tercera ola empezó a subir de forma vertiginosa hasta alcanzar su cénit el 29 de enero, con una IA por encima de los 1.450 casos por 100.000.
La tercera ola, que acumula cerca de un 30% de los contagios confirmados de la pandemia, decae pese a que desde el lunes hasta ayer se han registrado 1.852 contagios en la provincia, un 35% menos que los seis días anteriores, del 26 al 31 de enero, con 2.906 positivos registrados en la provincia.
Los casos activos han tocado techo con los 15.000 que se alcanzaron el miércoles. Ayer se experimentó una nueva bajada al situarse en 14.284 personas que sufren la enfermedad al mismo tiempo en la provincia.
Aplauso ciudadano
En el ámbito hospitalario la tendencia a la baja se observa desde el 1 de febrero. El lunes se alcanzaron 444 personas hospitalizadas en la provincia en planta y ayer sumaban 383. En las UCI el pico más elevado de esta tercera onda se produjo el 3 de febrero, con 68 personas ingresadas en unidades de críticos, mientras que el día 5 había 65.
«Todo lo que podamos hacer para aislar a los casos asintomáticos es una buena idea», comentaba ayer Arancha, una vecina de Trobajo del Camino, que se acercó al Palacio de Exposiciones a hacerse el test de antígenos. Fue su segunda vez.
Entre las 9.837 personas que participaron en el cribado los pequeños Bruno, de 20 meses, y Mario, de cuatro años, figuran en la lista de benjamines que prestaron sus fosas nasales para cercar al virus. Lo hicieron sin rechistar, aunque salieron a la calle con cara de susto y sin hacer mucho caso a las golosinas. Su padre se quejaba: «A mí me sangró la nariz».
Fue una jornada extenuante para los 11 voluntarios de Protección Civil. «Ha sido un día ajetreado, coordinando las filas para que la gente esté en su sitio», afirmó Secundino Larín, jefe de unidad y uno de los más antiguos de la agrupación de la capital, que acaba de cumplir sus veinte años ocupada en labores de pandemia.
La enfermera jefe del centro de salud de La Bañeza, Maribel Fernández, hizo hincapié en la naturaleza puntual del cribado. «Es un cribaje con resultados in situ y no significa que mañana o pasado no estemos contagiados. Hasta que estemos vacunados y tengamos inmunidad de rebaño no se puede bajar la guardia», puntualizó.
Con apenas un respiro para la comida y un café, los diez equipos sanitarios consiguieron dar fluidez a las largas colas que se produjeron durante la jornada con la afluencia de población de Armunia, Trobajo del Camino, Valverde de la Virgen y otras zonas no convocadas. Luis Javier, de La Palomera, aseguró: «Vengo por colaborar con un asunto muy serio que se debe atajar a nivel nacional y local, pero hay que estar siempre alerta. Nos podemos contagiar en cualquier momento». Familias enteras como Mercedes y Celia, Marcos y Manuel , de Trobajo del Camino, acudieron para «estar más tranquilos porque tenemos a dos personas de riesgo, enfermas de cáncer en casa». Graciano, de Armunia, tendrá que volver mañana. Se cortó la cola cuando llegó.