Billete sin recargo para la prótesis de María

María Rodríguez, una joven leonesa de 23 años, utiliza una prótesis en su pierna izquierda y recientemente ha denunciado la falta de accesibilidad para viajar con un repuesto apto para el agua con la compañía aérea Volotea. Para las vacaciones que tiene previstas para el treinta de julio, Rodríguez explica que necesita una prótesis acuática especial que le permita ducharse en un baño sin la adaptación requerida, así como bañarse en el mar si lo desea. Según cuenta, hasta el momento esta situación nunca había supuesto un problema para ella a la hora de tomar cualquier transporte pero en esta ocasión, la compañía Volotea, con la que tenía comprado su vuelo de Asturias a Lanzarote, le solicitó que compre un asiento adicional para poder garantizar que dicha prótesis pudiera viajar en la cabina del avión. “Nunca me había pasado nada así, todos los mensajes que recibo de ellos son contradictorios y sin sentido y nadie me da una confirmación de que no tendré problema cuando llegue al avión” denunció María. Según explica, durante años ha viajado en avión con la prótesis acuática sin ni siquiera tener que avisar de que la llevaría. Desde la llegada de la pandemia y el consiguiente aumento de las restricciones y permisos necesarios para viajar, decidió asegurarse y hablar con la compañía antes del vuelo para informar de la situación, pero nunca, hasta ahora, se había encontrado con ninguna traba al respecto. “Tengo otro vuelo de Madrid a Catania con Ryanair y me han enviado el certificado para llevar la prótesis sin ningún problema solamente proporcionando las medidas, el peso y el material del bulto”, explica. Al parecer, en un primer momento desde Volotea también le dijeron que podría llevar la pieza ortopédica sin problema, pero a los pocos días, le aclararon que no podían garantizar que hubiese espacio suficiente en la cabina para un bulto extra si no adquiría otro billete. “En otras ocasiones me han dejado llevarla entre las piernas sin problema, además, con el certificado de discapacidad tengo embarque preferente por lo que podría colocar mi equipaje antes que nadie” cuenta Rodríguez. Algunos de los operadores con los que ha podido hablar a través del servicio habilitado para personas con movilidad reducida le indicaron que, en caso de no haber espacio en la parte superior, se buscaría una solución, pero la confirmación oficial de que eso sería así no llegaba. Además, María apunta que, aunque no le importaría llevarla encima, no quería arriesgarse a facturar la prótesis y que le ocurriera algo, dado el alto coste de la pieza y su carácter esencial para su día a día.

Final Feliz

Para intentar buscar luz en esta situación que mantenía “impotente” a la joven, María Rodríguez decidió recurrir a las redes sociales, y gracias a ellas ha conseguido un desenlace feliz. De este modo, a través de un vídeo en TikTok, narró su historia solicitando a sus seguidores que hiciesen llegar de nuevo el caso a la cuenta de la compañía. Rodríguez encontró gracias a este vídeo el calor de cientos de usuarios de la red que se han volcado para apoyarla, e incluso asesorarla sobre cómo proceder. “Lo único que quiero es que se sepa, no por mí, sino por todos los que vendrán detrás” apuntaba al hablar de la decisión de hacer su caso público. El tiktoker , Alan El ruedas , con casi un millón de seguidores y que sufre una lesión medular que le mantiene en silla de ruedas, se puso en contacto con la afectada y se ofreció para actuar de mediador con Volotea. También desde la cuenta de Instagram Lawtips le ofrecieron asesoramiento legal. Tras esa oleada de apoyo, un día después la denuncia pública, Rodríguez recibió sus ansiadas disculpas por parte de la compañía aérea acompañadas de la confirmación de que podría volar con su prótesis. Además, Volotea le aseguró que mejorarían la atención a personas con movilidad reducida.