Diario de León

Medio Ambiente

«El calor y la sequía serán favorecidos por los eclipses en 2020»

El cambio climático afecta a los pronósticos del calendario de San Jorge de Francisco Alonso. Un año más vuelve a las librerías de León con sus consejos de laboreo y albañilería para afrontar la sequía y el calor que marcarán

León

Creado:

Actualizado:

Nadie diría que con las lluvias que inundan los últimos días de 2019, y con la abundante nieve que se ve en las montañas leonesas desde la capital, el próximo año se barrunte con calor y sequía. Esta es la predicción que hace el calendario de Agricultura y Construcción San Jorge, del arquitecto leonés Francisco Alonso, que «señala los días serenos de laboreo y albañilería».

Marcado por los ciclos lunares y por la tradición ofrece consejos para la siembra —apio con Luna nueva, acelgas con Luna llena, coles y calabazas con Luna vieja y podar viñas, recoger fruta, trillar, moler y segar hierba con Luna menguante—, preparados biológicos para combatir las plagas y enfermedades, humedecer y nutrir el compostero.

El ajenjo y la capuchina se utilizan contra pulgones y el ajo y la cebolla sirven para combatir enfermedades de la fresa y la zanahoria. La nicotina sirve contra los insectos perforadores, chupadores y mosca blanca entre otros bichos. Arcilla, sulfato de cobre, sílice se usan para sanear troncos y mejorar los suelos.

En cuanto a la construcción, los movimientos de tierras, zanjas y pozos es recomendable que se hagan con la Luna en menguante. La tierra para tapia y barro para adobes tiene la misma recomendación. La obra enterrada, como sótanos y muros, debe evitar los días acuosos. Los revocos de cemento deben hacer en menguante y a la intemperie evitando días Leo; los de cal, igual y evitando días Géminis y los de barro han de evitar los días Agua.

El almanaque nació como aportación cultural a una asociación con el ánimo de «preservar las tradiciones». Pronto, el refranero se enriqueció con los conocimientos sobre agricultura biodinámica, que Alonso adquirió de su maestra Marie Thun (1920-2012), una alemana que dedicó su vida al estudio de los efectos del cosmos sobre la práctica agrícola y cuyas observaciones son la ‘biblia’ de la agricultura biodinámica.

«Marie Thun me incitó a que, siendo arquitecto, trabajara los ciclos y ritmos de la construcción», apunta. De esta forma, incorporó a su calendario los días más adecuados para el laboreo agrícola, la albañilería y la salud, con especial hincapié en la alimentación. «Interpreto sus enseñanzas y recomiendo su calendario, porque el mío está adaptado al clima mesetario», apostilla.

Basado en los ciclos de la Luna —explica Alonso— el almanaque de San Jorge es repetitivo como el satélite terrestre, pero «tiene en cuenta el sentido alimentario de lo cosechado y la importancia de los cereales sanos y sus derivados (pan, pitas, pizzas, papillas y germinados hechos en casa ) en la alimentación», explica Alonso. Otra característica, ahora que está en auge el horneo del pan en casa, es que incorpora para cada mes los días mas propicios a la fermentación de las «levaduras» y «hurmientos» naturales.

Los fenónemos más significativos de este calendario están determinados por la posición zodiacal, que este año se presenta «concentrada hacia la parte ascendente de la eclíptica». «Este hecho conlleva más conjunciones y eclipses que afectarán naturalmente al clima, a los cultivos y a las influencias de relación social que le son propias. Por  su localización frente a las constelaciones, favorecerán el calor y la sequía», subraya el arquitecto.

El calendario de San Jorge, un guiño del autor al patrón de su pueblo, San Esteban de Nogales, cumple casi tres lustros de andadura. En este tiempo, el cambio climático se ha convertido en un fenómeno que no pasa inadvertido para las predicciones que hace año tras año. A pesar de que el pronóstico que realiza tiene «una tendencia vibratoria y energética, no climática convencional», el cambio climático, admite, «aumenta la dificultad predictora hecha desde la expectativa astronómica» al acentuarse «los contrastes y variaciones climáticas con picos aleatoriamente fracturados».

«Los agentes asociados como capa de ozono —emisiones de carbono, frecuencias de tele— comunicaciones y otros, no solo inciden en el debilitamiento del filtro atmosférico a las radiaciones solar y cósmica, sino que también influyen en las variaciones locales de los microclimas y en la reactividad o inhibición de las plantas y los seres vivos a estos agentes por su presencia  a la vez por sus efectos», explica.

De esta forma, «el dicho popular ‘quien quiera decir mentiras que se ponga a hablar del tienpo’, se ve ahora superado en la complejidad reactiva que produce el cambio climático y en las respuestas ya evidentes de nuestro bello planeta», añade el arquitecto especializado en bioconstrucción.

«Cualquier agricultor sabe mejor lo que está pasando con el cambio climático que todos los que están en Madrid estos días», apostilla. Ante los periodos de sequía y escasez de agua derivados del cambio climático, que se presentan de forma cíclica, el calendario habla «el tiempo para acolchados» como una herramienta agrícola de preservación de la humedad. Los riegos con lunas llenas son otra estrategia de ahorro ante la escasez, al igual que «las aradas en lunas propicias de menos evaporación». 

La nueva agricultura —sentencia Alonso— «sin duda requiere un aumento de conciencia sobre la cantidad y calidad del agua». Y es que no se trata solo de sequía y escasez del líquido elemento, la contaminación de las aguas es otro problema del que «hay que tomar conciencia global».

tracking