Cannabis, alcohol y cocaína disparan la labor psiquiátrica del Hospital

cristina fanjul | león

«El abuso de tóxicos, sobre todo de éxtasis, cocaína y cannabis, en personas con susceptibilidad abre la caja de los truenos». El jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital de León, Francisco Luis Rodríguez Fernández, se muestra categórico y los datos le avalan. Según la doctora experta en adicciones María Jesús González González, el alcohol y la cocaína son las sustancias con mayores porcentajes de trastorno mental asociado. De hecho, asegura que, con una ratio del 11%, la cocaína es la que más aumenta el riesgo, mientras que en los opiáceos, la disminuye a un 6,7% y en el caso del alcohol, al 2,3%. Asimismo, la directora del Centro Médico de las Adicciones explica que la cocaína tiene una comorbilidad psiquiátrica que ronda un porcentaje de entre el 40 y el 45%. «El cannabis está asociado a trastorno mental en un 10% de los casos y los consumidores tempranos tienen dos veces mas riesgo de desarrollar un trastorno psicótico que los que no consumen», subraya la experta, que añade que en la aparición de estos efectos tiene gran relevancia el cambio que se ha producido en el cultivo del cannabis por la obtención de variedades de plantas con un contenido alto en Tetrahidrocannabinol (THC) y bajo contenido en cannabidiol. «Los THC tienen gran efecto psicotrópico mientras que el cannabidiol carece de psicoactividad», explica al tiempo que advierte de que el consumo de cannabis causa trastornos psicóticos, incrementando el riesgo en consumidores ocasionales en un 40%, porcentaje que aumenta si se produce cronicidad.

El alcohol es, según sus datos clínicos, una de las tres principales causas de suicidio junto a la depresión y la esquizofrenia. «En mi experiencia, el trastorno mental que aparece en un porcentaje muy elevado de consumidores excesivos de alcohol es la depresión», asegura. Asimismo, sostiene que el alcohol y la cocaína son las sustancias con mayores porcentajes de trastorno mental asociados. «En cuanto al tipo de enfermedad, las mas frecuentes son los trastornos de personalidad, los psicóticos y los afectivos. También aparecen con frecuencia desórdenes de hiperactividad, déficit de concentración, retraimiento social, problemas de conducta alimentaria y conflictos con la autoridad», asegura.

Por su parte, Francisco Luis Rodríguez explica que hay determinadas personas que tienen un gen que actúa como una puerta. «La droga es la llave para abrirla. Si se toma cannabis y se abre esa puerta, producirá un episodio psicótico», describe el psiquiatra, que avisa de que si se producen brotes sucesivos, la psicosis puede derivar en una esquizofrenia, un trastorno bipolar o una depresión recurrente. El jefe de Psquiatría del Hospital añade que el problema es que la psicosis es una enfermedad del pensamiento. Es decir, el paciente no es consciente de que la sufre, con lo que la mentalización del problema no es fácil de lograr. «Los episodios psicóticos son tóxicos para el cerebro. Nadie sale de uno de ellos de la misma manera que entra», destaca.

También se refiere al alcohol y defiende que tomarlo todos los días es «jugar al borde del precipicio». Francisco Luis Rodríguez se refiere a los hábitos de consumo de los jóvenes para alertar de que la búsqueda de la embriaguez como un fin en sí misma ha incrementado las consultas psiquiátricas. «Hay control de la edad por ley, pero se bebe más que antes, con lo que podría decirse que en el futuro habrá más problemas», sostiene el responsable de la salud mental en el Hospital, que advierte además de que si no se ponen medidas, el consumo actual provocará más problemas de alcoholismo.

María Jesús González sostiene que las personas dependientes de sustancias tienen un riesgo cuatro veces mayor de padecer un trastorno mental asociado y, de la misma manera, las personas con enfermedad mental tienen 4,5 veces mas riesgo de padecer una dependencia. Calcula que aproximadamente el 6o% de los pacientes atendidos en su consulta tenía al menos un diagnóstico psiquiátrico adicional y alerta de que los adolescentes son un población especialmente vulnerable. «La posibilidad de la aparición de un episodio mental aumenta cuanto más precoz es el inicio de consumo de sustancias». Además, advierte de que existen factores de riesgo para la aparición de un desorden mental en estas edades. Entre ellas, subraya los antecedentes familiares de consumo, la patología dual, los rasgos de personalidad vulnerables a la enfermedad mental y el déficit de atención e hiperactividad. Por otro lado, también incide en la negligencia en el cuidado de los hijos, la ausencia de cohesión familiar, y las pautas educativas alteradas como factores determinantes en el desarrollo de drogodependencias que pueden degenerar en enfermedades mentales. Por último, subraya la importancia del grupo de iguales como causa de la dependencia, así como la accesibilidad a las drogas.

Según los datos ofrecidos por los estudios de los organismos estadounidenses sobre enfermedad mental y consumo de drogas, los pacientes con trastorno mental grave presentan elevada prevalencia de abuso o dependencia alcohólica (22%) y de otras sustancias (15%). Un 47% de los esquizofrénicos y el 56% de los bipolares padecerá un trastorno dual en algún momento de su vida, mientras que entre el 70 y el 90% de los esquizofrénicos padecen una dependencia a la nicotina. Además, el 21% tienen dependencia al cannabis, el 18% a los estimulantes y un 5,3% a los opiáceos.