Diario de León

Servicio de Medicina Intensiva

Carriedo: «Los profesionales están cansados física y anímicamente»

Demetrio Carriedo. M. PÉREZ

Demetrio Carriedo. M. PÉREZ

León

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Demetrio Carriedo es el jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Caule. Como la mayoría de los profesionales sanitarios lleva diez meses casi sin respiro. Sólo entre el 25 de julio y el 2 de agosto hubo 0 pacientes de covid en cuidados críticos. Dedica unos minutos por la noche a responder a las preguntas para que la población sepa lo que pasa dentro y lo que necesitan.

—¿Qué le pediría a la población leonesa dada la situación con esta tercera ola?

—Yo le pediría a la población lo mismo que las autoridades sanitarias, que se autoconfinen, que salgan lo imprescindible, ya que no nos confinan las autoridades, y que no bajen la guardia respecto a los contactos, con amigos o familiares no convivientes. Ya sé que es muy duro después de más de 10 meses de pandemia, pero es lo fundamental, para doblegar la curva de crecimiento, disminuir los ingresos hospitalarios, evitar el colapso del hospital y la consiguiente incapacidad para atender a los pacientes no covid. Mientras no consigamos la inmunización con las vacunas ese es el único camino.

—¿Cómo se sienten los profesionales que trabajan en la UCI?

—Tras todo este largo tiempo transcurrido de pandemia, los profesionales están muy cansados física y anímicamente, aunque en su mayor parte siguen manteniendo un alto grado de motivación, que resulta admirable. También sentimos indignación al ver en los medios de comunicación noticias de transgresiones de las normas contra la pandemia, en fiestas ilegales o manifestaciones negacionistas y la percepción de un insuficiente reproche social o penal. El personal está muy cansado, y muy estresado y ese alto grado de motivación que comentaba está con un alto riesgo de quebrarse.

Demetrio Carriedo se ha tenido que enfrentar, en el principio y final de su carrera profesional a situaciones críticas. Siendo MIR en Valladolid vivió el drama sanitario de la colza a principios de los años los 80. Cuando iba a dejar de hacer guardias, sobrevino la pandemia. Y sin parar.

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