Diario de León

Un siglo cuidando a los demás

Cien años de cuidados

El Colegio Oficial de Enfermería de León cumplió un siglo de vida  en 2017 que remató ayer con la presentación del libro ‘El arte de cuidar’, de Diego Buenosvinos. La obra recorre desde los orígenes de la unión de practicantes en la calle Las Fuentes hasta el alto nivel formativo y científico alcanzado en el siglo XXI con 3.600 personas colegiadas en León

Cuidados a un paciente en un centro sanitario de león. La novena provincia de la enfermería era Reino de León. ARCHIVO HISTÓRICO DEL DIARIO DE LEÓN

Cuidados a un paciente en un centro sanitario de león. La novena provincia de la enfermería era Reino de León. ARCHIVO HISTÓRICO DEL DIARIO DE LEÓN

León

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El arte de cuidar. Cien años del Colegio de Enfermería de León, es la historia del último siglo de una profesión de la que hay constancia en los archivos del antiguo hospicio provincial desde 1857 —hay registro de nóminas de enfermeras y enfermeros— y mucho antes como practicantes. Además, en 1915 la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, fue la impulsora del cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja.  

Diego Buenosvinos Fernández destaca «el esfuerzo tan grande que durante décadas ha hecho la enfermería para formarse, mejorar y crecer». El periodista y escritor también pone de relieve «el apego al paciente, el desvelo y la constancia», así como el nivel de «los trabajos científicos» que desarrolla la enfermería en León en los últimos años.  

El colegio, que nació impulsado por un grupo de practicantes leoneses, tuvo su primera sede en la calle Las Fuentes. Desde allí se lanzaron las primeras propuestas para la mejora de la profesión a través del asociacionismo. Fue en la calle Santa Cruz donde «comenzó a dar sus primeros pasos con fuerza y a unir a los profesionales Practicantes», comenta Buenosvinos.

 

En 1904 se permite a las mujeres ser practicantes. Ahora son el  80% de las personas colegiadas

 

El buceo en los archivos ha sacado a la luz hechos tan significativos como que en 1919 el colegio de León editó la revista El Practicante Leonés, una singular publicación que por aquel entonces tuvieron en nueve cabeceras colegiales, entre 45 colegios y dos agrupaciones. «Precisamente, cien años después, no llegan a doce las provincias que tienen un monolito dedicado a la enfermería como León cuenta con uno en La Palomera», apostilla el autor.  

Hechos que dan cuenta de la vitalidad del colegio leonés de enfermería desde sus comienzos hasta la actualidad. Y también de una sociedad que confiaba al asociacionismo la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. El nacimiento del colegio coincidió con la reedición, poco después, del Boletín de la Unión Sanitaria Leonesa y la fundación, en 1922, de la Federación Nacional de Colegios de Practicantes con ocho regiones. No deja de ser curioso que la provincia leonesa aparezca en esta nomenclatura con la denominación Reino de León, como recoge la publicación con la que serán obsequiadas las 3.600 personas colegiadas a día de hoy.

El autor del libro conmemorativo, Diego Buenosvinos, con el presidente del Colegio de Enfermería, José Luis Blanco.JESÚS F. SALVADORES  

Desentrañando la historia de esta profesión en la provincia también ha palpado Buenosvinos «la importancia que ha tenido siempre León, con una historia y un patrimonio tremendo que nunca hemos valorado y tiene un peso enorme para seguir creciendo», apostilla.  

El presidente actual José Luis Blanco Valle señala que el libro desvela las raíces de la profesión en León «enraizando con profunda armoniosidad, el pasado de un colectivo que se brindó en cuerpo y alma por el cuidado del enfermo y conseguir su curación a base de sabia profesionalidad».

 

En los comienzos la novena provincia del colegio era llamada Reino de León

 

Otro hecho histórico que marcaría el futuro sanitario de la provincia de León —valora el autor— fue la carta que en 1922 recibió el presidente del Colegio de Practicantes en la que le instan a separar los servicios de Barbero y Practicante del Hospicio de San Cayetano. «Precisamente en este local de beneficencia tenemos constancia de nóminas y estadísticas de diferentes épocas y en los que, desde 1859, figuran ya profesiones como Enfermera, Celador, Ama de Lactancia o Enfermero», explica.  

León estaba sujeto a los cambios que se producían en España y en Europa en aquellos ‘felices’ años 20. En 1923 se produce un hito para la profesión con la creación del Montepío Nacional al que el presidente leonés, Ignacio Martínez Galán, aporta las bases del reglamento.  

En el bullir sindical de aquellos tiempos el Colegio de Practicantes de León fue, con el de Zaragoza, uno de los que se integró en 1925 en la Unión General de Trabajadores (UGT).

 

Desfile con trajes históricos de enfermería. COLEGIO DE ENFERMERÍA  

La colegiación obligatoria se estableció en 1929 para practicantes y un año después para matronas. Tras la sublevación contra la II República se reunieron en Burgos, sede de operaciones del frente rebelde, se reunieron en la ciudad representantes de colegios de practicantes de diversas provincias, incluida la de León.  

Al finalizar la guerra, destaca Buenosvinos la subida de una peseta por practicante del precio de la colegiación en 1939, año en el que se compraron 139 carnés para los colegiados.  

En 1942 se establece el seguro obligatorio de enfermedad para los profesionales. Particularmente significativa se considera la década de los años 50. «En 1953, se funden en una tres profesiones —practicantes, matronas y enfermeras— en Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS)», señala el autor.  

Es en esta década cuando se estrena la sede en Ordoño II. En 1958 se requiere el servicio de telefonía para el local que hasta los años 80 sería el punto de referencia de la profesión en León. Con la incorporación del teléfono se pretende «mejorar la atención a los colegiados».

Acta de la sesión celebrada el 25 de octubre de 1933 en junta general extraordinaria que menciona el envío de dinero a colegas de Bilbao para un recurso ante el Tribunal Supremo.  AHP LEÓN  

Las inquietudes por divulgar la labor profesional se reflejan en 1963 en la presentación de la revista colegial Técnica Sanitaria. Este mismo año, la sección de matronas decide aportar una peseta por colegiada por el uso de la sede «para ayudar a sufragar los gastos comunes», de modo que, aunque estaban unificadas las profesiones en la denominación de ATS, las matronas parece que estaban aparte.  

Otro hito lo marca, en junio de 1966, al creación de la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios femeninos por la Diputación provincial, que se completaría en 1970 con la creación de la sección masculina. Durante años recibían enseñanza segregada. Así lo vivió José Luis del Blanco.  

En 1904 se permitió a las mujeres obtener el título de practicante y en 1915 se da el empuje definitivo a las enfermeras con la Real Orden de 21 de febrero. Ni que decir tiene que la profesión de los cuidados devino en una ocupación feminizada a lo largo del siglo XX. Actualmente el 80% de sus efectivos son mujeres, comenta Buenosvinos.

Escultura de homenaje de Jorge Aller en La Palomera. RAMIRO  

La profesión cuenta con 385 colegiados en 1975 y dos años después consigue la diplomatura, primero con dependencia de la Universidad de Oviedo y ya desde 1979, de la Universidad de León. La labor del colegio en el impulso a la investigación y la actividad cultural se hace notar en 1985 con la creación de un premio científico y otro literario. La profesión se consolidad con la creación de la diplomatura en Ponferrada en 1998 y el recnocimiento de siete especialidades en 2005 y alcanza su cenit en 2015 con la creación de la Facultad de Ciencias de la Salud para ser grado universitario  

Los retos son muchos, admite José Luis Blanco. El primero «mantener lo que hemos logrado, mejorar la formación, conseguir la prescripción enfermera y la presencia en órganos de decisión y directivos para organizar y gestionar la sanidad», señala. Con un siglo a sus espaladas León encara el horizonte del 2020, Año Internacional de la Enfermería, y participa en la campaña Nursing Now para el empoderamiento profesional.

 

 

Barberos y practicantes

Empezaron como praticantes, oficio que hasta principios del siglo XX estuvo unido al de barbero, se diplomaron como ATS (Ayudantes Técnicos Sanitarios, agrupando a practicantes, matronas y enfermeras) y alcanzaron la categoría de grado universitario en 2015.

Los barberos estaban autorizados para hacer sangrados desde tiempo inmemorial. También existían los ministrantes que, junto a los practicantes, estaban autorizados para hacer cirugía menor en los pueblos bajo la supervisión del facultativo municipal. Barberos, ministrantes y sangradores son los oficios que dan origen a los dentistas a finales del siglo XIX.

En cuanto a la formación en León, antes que la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios que promovió la Diputación en 1966 existió la escuela tutelada por el Instituto Nacional de Salud en la antigua maternidad de la Avenida de Asturias y la Obra Hospitalaria de Nuestra Señora inauguró su propio centro en 1967.

La fisioterapia, por su parte, se desgaja de los ATS en 1980. El primer intento de crear una asociación de fisioterapeutas en León es de 1987. 

 

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