Diario de León

Dia Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia

Las científicas florecen en León

El Departamento de Botánica de la ULE da luz a las pioneras y reivindica el valor de las plantas para evitar las pandemias

Departamento de Botánica de la Universidad de León en un laboratorio con las flores de homenaje a científicas. FERNANDO OTERO

Departamento de Botánica de la Universidad de León en un laboratorio con las flores de homenaje a científicas. FERNANDO OTERO

León

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Mil flores con los nombres de catorce botánicas históricas y del presente sembraron ayer el campus de Vegazana de color violeta en el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia. El Departamento de Botánica de la Universidad de León, integrado por una mayoría de mujeres, impulsó la ‘floración’ de estas científicas olvidadas o invisibilizadas a pesar de sus notorios logros.

Blanca Catalán (1860-1902), considerada la primera botánica española por sus trabajos pioneros, abandonó su carrera al casarse. Desde ayer más personas sabrán que fue la descubridora de la Saxifraga blanca, una flor que crece entre las piedras bautizada con el nombre de la científica en su honor.

Agnes Arber (1869-1960) dio un gran impulso al conocimiento de la morfología y anatomía de los vegetales en el siglo XX. Su nombre se desdibujó detrás de las iniciales de una dedicatoria en La pequeña historia de la Biología , de Charles Singer, sin mencionarla en el texto. Ni a Arber, ni a ninguna otra mujer.

Ynes Mexia empezó su carrera de botánica con más de 50 años, después de dedicarse al cuidado de la familia, y realizó una de las colecciones científicas más valiosas de México. Susanne Simard descubrió la red fúngica mediante la que los abetos intercambian intercambian nutrientes con los abedules.

Flores reivindicativas

Mil flores con los nombres de 14 botánicas fueron repartidas para visibilizar sus logros científicos

Son cuatro de las catorce botánicas cuyos trabajos y logros se conocen un poco mejor desde ayer, gracias a la siembra de flores las aulas y los pasillos de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ciencias Ambientales de la ULE.

Las nuevas generaciones de botánicas quisieron reconocer a sus antepasadas, que atravesaron numerosas dificultades para sacar sus trabajos a la luz o fueron invisibilizadas en la ciencia, porque «hicieron que nosotras estemos aquí», comentan Estrella Alfaro y Carmen Acedo sobre la iniciativa Historia de una flor .

La jornada de homenaje a las científicas lo fue también a la importancia de las flores y las plantas en general en la vida de las personas y del planeta. «Vivimos, crecemos, nos vestimos y respiramos gracias a las plantas», señalan. Además, recordaron que tienen un papel esencial y clave para el momento actual: «Las plantas purifican el aire y evitan pandemias», cuyas causas hay que buscarlas en las interacciones que alteran el medio ambiente.

Quitar la ceguera

En el Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia reivindicaron también el papel vital de las plantas

«No miramos lo que hay detrás de una flor», resaltaron. «A las plantas se las ve por todo el mundo pero hay cierta ceguera», comentan.

Cada flor que repartieron ayer en la facultad llevaba prendida una etiqueta con el nombre de una botánica y un código QR para conocer a las científicas a través de internet.

Las científicas traspasaron ayer las barreras de tiempo y especio en una presentación teatralizada que organizó el grupo de innovación docente ACBosCo. Caracterizaron a algunas de las botánicas más influyentes de esta ciencia, con el fin de dar a conocer los logros de grandes científicas de todas las épocas a través de su propia voz. La actividad, en formato de vídeo, se compartió a través de las diferentes redes sociales. Se invita a participar de forma activa con el hashtag #Botanicaesfemenino.

Por si fuera poco, un photocall que llevaron a Instagram a través de un código atrapaba la cara de la persona junto al nombre de alguna de las botánicas seleccionadas con la pregunta ‘¿Qué botánica soy yo?’.

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