
‘De la angioplastia coronaria y la reestenosis’ fue el título de la conferencia en la que afirmó que se siente un privilegiado porque «la investigación experimental me ha dado la oportunidad de comprender», y apuntó que «es imposible imaginar cuáles serían los conceptos fisiopatológicos actuales sobre las enfermedades cardiovasculares sin los conocimientos de fisiología y anatomía obtenidos en los laboratorios de hemodinámica». Tras explicar que la enfermedad coronaria ateroesclerótica es «la causa más frecuente de morbi-mortalidad en los países desarrollados», señaló que el tratamiento fue inicialmente farmacológico, y posteriormente el desarrollo de la cirugía cardiaca permitió el tratamiento quirúrgico. Se pasó de las operaciones ‘a corazón abierto’, a las intervenciones no tan agresivas, realizadas mediante el cateterismo.
La similitud anatómica y fisiológica entre la especie porcina y la humana ha facilitado el estudio de las enfermedades que afectan al hombre. Fernández-Vázquez finalizó su discurso con una reflexión sobre el rigor científico y la medicina basada en la evidencia. «Tenemos que aprender a inclinarnos con humildad ante la inmensidad de todo lo que ignoramos, y solo con un espíritu humanista, de valores humanos embebidos en la ciencia, conseguiremos huir del crudo empirismo y del dogmatismo estéril».