Codirectoras en toda regla

Las mujeres han aportado la voz y también el silencio en ‘Puta mina’. Porque son codirectoras, como recalca el cineasta Chus Domínguez, porque no sólo han contado y puesto las voces. Han sido parte activa del proceso de montaje, han decidido lo que había que sacar y lo que no y para ello se han sumergido en técnicas audiovisuales que hasta ahora desconocían. «Me ha gustado muchísimo la edición. No tenía ni idea. Ahora cuando veo ‘El Intermedio’ ya sé cómo se hacen los videos manipulados», comenta Raquel Balbuena. El Laboratorio de Antropología Audiovisual del Musac, patrocinado por la Fundación Daniel y Nina Carasso, es la incubadora de este trabajo comunitario en el que interesa «más el proceso que el trabajo final», dice Chus Domínguez. Por eso, su colega Andy David dijo que «‘Puta mina’ nunca pisará la alfombra roja». Belén Sola, coordinadora del Deac, donde se inscribe el Laav, señaló que se pretende «generar proyectos con la comunidad desde sus iniciativas e intereses» con la aportación de Chus Domínguez. «Son proyectos que parten de las voces de las gentes y enriquecen el museo», subraya. En el proceso han experimentado el compañerismo y el respeto. Han creado un grupo.