Diario de León

Cordada de luz en la Vía Ferrata de Valdeón

Hito en el montañismo inclusivo en León. Ridouane Chakouch Laman es la primera persona con discapacidad visual que surca la Vía Ferrata de Picos de Europa. El hito se cumplió el miércoles con el apoyo de los guías del club Pandetrave en las primeras jornadas de montaña Valle de Valdeón que culminan este domingo en la romería de la virgen de la Corona

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León

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«Te sientes como el cielo. Parece que vas volando». La experiencia de surcar la Vía Ferrata de Valdeón, en el parque nacional de Picos de Europa, fue un reto para Ridouane y para la cordada que fue sus ojos durante las casi cuatro horas del recorrido.

Una docena de personas participaron en el hito. Asegurado por Ángel Millán y guiado por Patri Asensio, voluntarios desde Palencia y Asturias del Club Pandetrave de León, Ridouane Chakouch, con una discapacidad visual severa a causa de una retinosis fragmentaria, fue el protagonista de la hazaña.

En las extraplomadas recibieron el apoyo de un montañero excepcional, Isidoro Cubillas quien al homenaje que ha recibido en las primeras jornadas de montaña Valle de Valdeón suma una vivencia inédita en una tierra con tanta tradición de montañismo.

A sus 40 años, este hombre de origen marroquí que emigró a España hace más de 20 persiguiendo una vida mejor, ha cumplido un nuevo sueño. «Es una experiencia dura y que da respeto, que solo es posible con un equipo como el de ayer», asegura. «¡Eso quiero hacer yo!», afirmó cuando en la asociación Ibilki, en la que participa en el País Vasco planteó hacer una experiencia de viaje inclusivo en la Vía Ferrata con el Club Pandetrave. «Animo a todas las personas, se puede soñar, no hay que ponerse límites ni barreras», afirma quien se ha tenido que enfrentar a una ceguera sobrevenida por herencia y por los químicos del trabajo como electricista y que ha encontrado en el montañismo una «vía de escape».

Ridouane Chakouch, oriundo de la región de Amazig, conocida por el pueblo bereber, ha coronado otros hitos en la montaña como el Orbea y casi todos los picos del País Vasco, el Peña Lara, donde conoció a Pandetrave, y, el más emocionante, el Toudga en Marruecos.

«Ridouane se deja guiar muy bien y tiene una intuición enorme. Le iba cantando dónde están las grapas y sabiendo dónde poner las manos, sabía dónde poner los pies. Iba como una moto», cuenta Patri. Fueron cuatro horas de intensas emociones y mucha adrenalina, con paradas para disfrutar del paisaje y acompasar el ritmo del grupo. «Hacen falta muchas actividades de este tipo para normalizar, para que todo tipo de personas puedan disfrutar de la montaña», afirma la guía, que busca incorporar profesionalmente el montañismo inclusivo.

«Ha sido un experiencia increíble», asegura Ana Isabel Martínez de Paz, quien confiesa que pasó de las «dudas iniciales» al entusiasmo por la nueva experiencia de montañismo inclusivo estrenado en el año en que la Vía Ferrata de Valdeón ha inaugurado un espectacular nuevo tramo, con una Gymkana Turística.

«Vivimos momentos de adrenalina máxima en los muros más verticales y momentos muy bonitos de montaña clásica por el compañerismo, la sensación de compartir y la energía que se siente», asegura De Paz quien con César de Prado, otro veterano montañero, estuvo pendiente de las personas que completaban el grupo, especialmente de dos que no tenían ninguna experiencia.

Las jornadas, organizadas por el Ayuntamiento de Posada de Valdeón y la Federación de Montaña de Castilla y León y la colaboración de la Federación Española de Montaña en su centenario cuentan como aliados para el montañismo inclusivo con el Club Pandetrave de León y asociación Ilbiki de Euskadi, a la que pertenece Ridouane.

Además de la Vía Ferrata de Valdeón, el montañismo inclusivo tuvo otra experiencia para Pilar y Silvia que realizaron una excursión en silla joelëtte con apoyo de guías expertos para sortear sus dificultades de movilidad y otras dos personas con discapacidad visual lo hicieron gracias a otra herramienta que rompe barreras en la montaña como es la barra direccional. En la ruta participaron 30 personas.

«Ha merecido la pena. Las personas que tienen distintas capacidades tienen una moral increíble», comenta Ana Isabel Martínez de Paz. Cumplir un reto como el de la Vía Ferrata de Valdeón implica «confiar plenamente en los demás». Además, ha observado que «son muy cautos y no quieren ser un estorbo», precisa.

Las «ganas y la alegría», como afirma Pilar desde la joelëtte, han sido la tónica de las jornadas, que ha contado con montañeros de alto nivel como Sebastián Álvaro, exposiciones etnográficas y de montaña, documentales (como Camino, de la sección de montañismo inclusivo del Centro de Excursionista de Petrer.

La guinda fue el homenaje al montañero legendario de Soto de Sajambre, Isidoro Rodríguez Cubillas, como cara visible de la gran tradición montañera en la comarca.

 

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