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Detección

El coronavirus pone a prueba a Coyanza en día de mercado

Entre el desconcierto y la prudencia, decenas de personas se sometieron a las PCR tras haber pasado por la peluquería que dio un positivo

León

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Pasadas las once de la mañana, a treinta grados a la sombra, hombres, mujeres, niñas y niños fueron llegando, en coche y a pie, a la explanada-aparcamiento del centro de salud de Valencia de Don Juan.

Con puntualidad y sin saber muy bien dónde ponerse, las personas que, desde el pasado 24 de julio hasta el 5 de agosto, habían pasado por la peluquería de la ciudad, una de cuyas trabajadoras dio positivo a coronavirus, acudieron a la llamada de los equipos de rastreadores de Atención Primaria, lanzada a través de un mensaje de colaboración del Ayuntamiento de Valencia de Don Juan y de la noticia publicada desde la noche anterior por Diario de León.

Paciencia

Largas colas de coches y pacientes peatones cumplieron con civismo el trago de hacerse la PCR

María Dolores Duque fue una de las primeras en llegar. «Me han dicho que si no vengo en coche no me hacen la prueba», comentó con preocupación al policía municipal destacado en la operación. El agente le tranquilizó: «No se preocupe, ¿cómo no se la van a hacer?».

De eso se trataba ayer en la capital coyantina. De llegar al máximo número de personas que hubiera tenido contacto con la peluquería. «Estuve el martes», comentó María Dolores mientras se excusaba por llegar a pie: «No voy a comprometer a un taxista para esto», aclaró con la sensatez que se espera en momentos como el que ayer, jueves, día del tradicional mercado que llena sus calles de bullicio, se vivió en Valencia de Don Juan.

Poco antes de las 12 del mediodía, con el calor arreciando, las colas de coches se hicieron visibles en la estación de autobuses, primero, y por el Camino de los Juncales después. Dos profesionales de enfermería llegaron en la ambulancia que itinera por las diferentes zonas básicas de salud. En el poco tiempo que duraron en colocarse el buzo protector la cola se había multiplicado. A decir verdad nadie sabía muy bien de dónde salía tanto coche.

Seguridad

Profesionales de enfermería bajo la protección de los buzos para extraer las muestras

Para entonces, las cámaras y móviles ya asediaban el paisaje. ¿Y esos para qué están?», preguntó un hombre mientras una mujer con prisa dijo que había llegado la primera y ahora no sabía cuando le iba a tocar. Tenía prisa por ir a atender a una persona enferma. Pero más prisa le corría saber si tiene o no el virus, le recordó una mujer a su lado. Y esperó.

Sin instrucciones previas, con civismo y paciencia, la gente aportó lo que en ese momento tocaba después de un leve alboroto por aquello de que «¡yo llegué primero!». No hay mucho que discutir porque lo que importa es aclarar si el virus se ha expandido o, con un poco de suerte, pasa de largo por Valencia de Don Juan. Hoy se sabrán los resultados.

La gente, pese al desconcierto, actuó con civismo. JESÚS F. SALVADORES

De momento, ayer, el día se agitó más de lo esperado alrededor del centro de salud. «Pero, ¿qué sucede aquí?», preguntaba una mujer que no salía de su asombre por la cola de ida y vuelta que se formó frente al centro sanitario. «Que están haciendo las pruebas a las personas que estuvieron en la peluquería», le aclara otra más enterada. «¡Madre mía!», exclamó. «Habrá que ir con cuidado, entonces», dijo mientras siguió su camino al consultorio.

Pasada más de media hora las pruebas continuaban a los que se acercaban en el coche. Más de un centenar de personas, casi 200, tenía apuntadas en la lista de la jornada el enfermero. Las mujeres mayores que fueron a pie todavía tuvieron que esperar largo rato para que les hicieran la prueba. Con la debida distancia. El coche no es una obligación, pero en estos casos se recomienda como cortafuegos del virus si es que alguien lo lleva ya consigo. Que solo sea una prueba, Valencia.

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