Diario de León

Perros y árboles por amor al planeta

Danzad, danzad... por El Bosque de Sury

Un albergue para perros de difícil acogida y un bosque para repoblar terrenos baldíos de Chozas de Arriba están bajo el paraguas de El Bosque de Sury. A su favor llega a León mañana la Ecstatic Dance

León

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La laguna de Fuente Blanca de Chozas de Arriba, un humedal de alto valor paisajístico y ornitológico, es el punto de referencia de El Bosque de Sury. Y Daniel Martínez Muñoz, un leonés que vendió su apartamento en el barrio de Pinilla y se trasplantó al campo, es el alma de este proyecto en el que confluye «plantación participativa» de árboles autóctonos con la acogida de perros abandonados o heridos. Sury, un perro que Daniel rescató de la calle, da nombre a este sueño que adquirió forma de asociación en 2016.

«Sury me enseñó lo agradecidos que son los perros y me involucré con ellos. Me hice voluntario de la protectora y acogí a tres», explica. Como aquello le sabía a poco y, sobre todo, no quería dejar sus perros por ir a cuidar a otros decidió comprar una finca, la cercó y allí levantó su casa.

Desde este enclave, en la frontera de la Valdoncina con el Páramo y entre dos sendas del Camino de Santiago, El Bosque de Sury fomenta el amor por la naturaleza y lo hace con el ejemplo. Limpió la laguna de Chozas de Arriba de basura y sacó 89 euros de la chatarra, comenta. Por reciclar, composta hasta los excrementos de los perros y el riego para los árboles funciona con energía solar.

La reforestación participativa y un albergue para perros abandonados, pilares del proyecto

El proyecto de reforestación participativa ‘Deja un árbol en el camino’ ocupa una décima parte de la hectárea y media de la finca. Todos los árboles —robles, encinas, álamos y chopos— se plantan con donaciones. , da cobijo, cura o sana a una veintena de perros y recicla tuberías de desagües de PVC para convertirlas en sillas de ruedas para perros que dona a protectoras de animales o personas sin recursos.

Periódicamente, visitan con uno de los canes a personas con grave discapacidad del centro de Asprona de Armunia. Las redes sociales y el fluir de peregrinos del Camino de Santiago se han convertido en sus aliados. La reforestación y el albergue han conseguido ayuda por valor de 6.500 euros, según se publicita en la página web de El Bosque de Sury.

Una discoteca de Carrizo de la Ribera dona un árbol por cada 100 entradas, una barbería se ha comprometido con 12 árboles al año... Son microayudas que suman para un macroproyecto de humanidad con los animales y responsabilidad con el planeta.

Daniel Martínez Muñoz se gana la vida de lunes a viernes como repartidor de paquetería y otra de sus pasiones es la música. Esta afición es la que le ha llevado a sumar fuerzas con Pablo Rodríguez Crespo, facilitador de crecimiento personal que trae a León este sábado la primera experiencia de Ecstatic Dance para difundir esta forma de meditación y liberación emocional a la vez que se colabora con la causa de El Bosque de Sury. Ecstatic Dance León ofrece dos horas de baile libre que se inicia con un ritual de dinámica de grupo y concluye con un círculo para cerrar el ciclo.

Sesión de Ecstatic Dance. RODRÍGUEZ CRESPO

No se utiliza la palabra. Solo hay que mover el cuerpo como cada cual lo sienta y quiera expresar escuchando el ritmo. «Bailar durante media hora u hora y media tiene un efecto catárquico», comenta Pablo Rodríguez Crespo. El baile y la música ayudan a entrar en «un estado de atención» y ofrece el beneficio de la energía que genera el grupo.

«En el momento en que empiezas a expresar el cuerpo los estados emocionales se liberan», explica el facilitador de crecimiento personal. «Puedes ver surgir tus emociones», añade.

Dedicar la sesión de Ecstatic Dance al proyecto de El Bosque de Sury tiene «un valor añadido», explica. «La intención que se pone en las cosas es muy importante», comenta. El encuentro deja de ser un mero acto lúdico y ofrece la posibilidad de conectarse a un proyecto. «Es ofrecer tu energía —porque el dinero cuesta ganarlo— para un fin benéfico», explica.

Pablo Rodríguez Crespo dirige la sesión de Ecstatic Dance y Daniel Martínez pone la música, un trabajo en equipo

Los beneficios de esta técnica se basan en las experiencias de las personas que ya la han probado en Madrid, Ponferrada, Barcelona, Asturias y ahora en León. Pablo Rodríguez Crespo lo descubrió bailando de crío en las discotecas. En una época, finales de los años 80-90, en la que llegó a abusar de las drogas vivió «experiencias de apertura muy fuertes con el baile».

Aquello tuvo malas consecuencias. «El abuso de drogas me metió en un estado de depresión durante doce años», comenta. El descubrimiento del yoga y la meditación, la filosofía oriental, supuso un cambio de paradigma en su vida. «Todas las experiencias que de niño no había sabido explicar mi contexto cobraban sentido con la filosofía oriental»,

Desde hace cuatro años practica el baile libre, basado en varias técnicas aunque la fundamental son los cinco ritmos de Gabrielle Roth, técnica de la que deriva el Ecstatic Dance. Elena Barquilla, top model de los años 80, es una de las celebrities que práctica los cinco ritmos. En octubre participó en un taller en León. Mañana se presenta la ocasión para danzar con su derivada, la Ecstatic Dance, y poner une nueva semilla en El Bosque de Sury.

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