Diario de León

Lola Rebollo | Ingeniera electrónica especialista en microfabricación

«No hay que dejar de soñar, hay que reinventarse siempre»

La leonesa Lola Rebollo ofrece hoy una conferencia para niñas y adolescentes como mentora del programa Stem Talent Girl. Ingeniera electrónica, tratará de despertar las vocaciones femeninas para las carreras tecnológicas, que crearán 3.000 puestos

León

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Lola Rebollo es ingeniera electrónica con la especialidad de Microfabricación por Wilkes University (USA, 1996). Comenzó su carrera profesional en Harris Semiconductors y mas tarde en Lucent Technologies, formando parte del proyecto PEBB para el Gobierno Americano. En el 2003 regresa a España dónde ha desarrollado distintos cargos de responsabilidad en varias multinacionales. En 2019 funda L’OLA Consulting para cubrir puestos de ínterin management tecnológicos en distintas empresas.

—Qué mensaje directo lanzará a las niñas y adolescentes que asistan hoy a su conferencia?

—Que tengan sueños y los persigan. Le damos mucha importancia a las estadísticas, a la falta de presencia del sexo femenino en carreras científicas o a la falta de referentes, algo que para mí nunca ha sido una traba. Además de perseguir los sueños, el mensaje es el de la formación continua. Pueden ir reinventándose profesionalmente según las circunstancias de la vida, siempre soñando con el objetivo final, pero el continuo aprendizaje es la base para llegar a su objetivo..

—Las matriculaciones en las carreras de ingeniería en general, y especialmente en mujeres, bajan, a pesar de que cada vez se solicitan más puestos de trabajo en el sector tecnológico. ¿Por qué pasa esto?

—Todos buscamos esa respuesta. Las matriculaciones bajan. Los puestos de trabajo del futuro según el análisis que ha hecho una StartUp de inteligencia artificial, detalla que hay 3.000 puestos de trabajo que se desarrollarán en los próximos años pero que aún no existen. Esta StartUp alinea la formación curricular a un trabajo futuro, midiendo más de cincuenta dimensiones académicas y capacidades personales. Estamos animando a los jóvenes a estudiar carreras de ingeniería pero además deberían cursar asignaturas muy específicas para alcanzar un trabajo en la nueva era digital: ciberseguridad, inteligencia artificial, machine learning, blockchain, etc.. Orientando más las capacidades individuales a los trabajos de la nueva era podremos despertar mayor interés por las carreras técnicas.

—¿Las universidades están al día en su diseño curricular para dar respuesta a las demandas de las empresas tecnológicas?

—Las universidades, como cualquier ente público, suelen ir lentas en hacer ajustes curriculares. Ahí está la base del problema, obtenemos licenciados que no son aún potenciales trabajadores porque no están alineados con las necesidades de la industria y las empresas. Se están ajustando, pero es más lento que en otros sistemas educativos como la Formación Profesional, donde los currículos se cambian con más agilidad que en proyectos de cuatro o cinco años. Si bien es cierto, cada vez más ofertas en  formación focalizados a estas demandas.

—El papel de las mujer en las StartUps es todavía minoritario

— Muy minoritario. Yo he sido emprendedora, primero comencé como inversora, tengo participaciones en catorce StartUps. Entré en este mundo a través de grupos de redes de mujeres inversoras, no somos muchas, representamos menos del 10% a nivel global. Pasé de ser inversora a ser emprendedora coliderando una StartUp de tecnología blockchain. Hay temas tabús para las mujeres como es el de hablar de dinero frente a inversores. A diferencia de los hombres, nosotras tendemos a presentar StartUps focalizándonos más en el beneficio social y sostenible, que en el retorno de la inversión. Tanto los hombres como las mujeres inversoras, sabemos que lo que interesa es obtener rentabilidad a nuestra inversión pero si además, se apoya una causa que se ajusta a nuestro código ético como es mi caso, con inversiones relacionadas con sostenibilidad del medio rural, oncología y capacidades cognitivas, pues incluso mejor.

—¿Qué proyectos sociales tiene?

—Formo parte del proyecto Talent Girl de la Fundación Asti y además mentorizo una red de varias mujeres en la zona donde resido, en Sueros de Cepeda, para ayudarlas a descubrir quiénes quieren ser en el futuro. Son trabajadoras del mundo rural que regentan negocios locales o familiares y con una edad media de cincuenta años. Abordamos los miedos y las oportunidades, trabajamos en proyectos y ejercicios para montar empresas afines al mundo rural aplicando los avances tecnológicos. Hacemos  dinámicas cada dos meses, es una actividad altruista que ofrezco en mi tiempo libre. También, en el ámbito rural, apoyo la iniciativa de ¿Quién es el jefe, la marca de los consumidores, iniciativa social y colectiva que por primera vez da voz y voto a los consumidores para decidir lo que queremos consumir, también a qué precio y dónde queremos que vaya nuestro dinero. En el caso de la leche, tiene especial interés en el bienestar animal y la calidad de la misma, siendo la Cooperativa Gaza de nuestra Comunidad Autónoma la pionera en unirse a la iniciativa..

—¿Cuándo decidió que quería ser ingeniera electrónica?

— Siempre me gustaron las herramientas de montaje. Jugaba mucho con los legos. Todo lo que pasaba por mis manos lo desmontaba. Mi asignatura favorita siempre fueron las matemáticas. Yo tenía que dar forma todo esta inquietud, decidí que iba a ser ingeniero topográfico. Mi familia consideraba que ésta no era profesión para mujeres, e intentaron convencerme para que estudiara Enfermería o Arquitectura, pero yo, que siempre he sido rebelde, me opuse y finalmente estudié una ingeniería.

—¿Cuál es su sueño a día de hoy?

— Me acabo de incorporar a un nuevo proyecto en el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), trabajar aquí era parte de mi sueño. Conseguir una sociedad más justa, más diversa y más segura.

—¿Ha encontrado alguna dificultad para el desarrollo profesional por ser mujer?

—No. El talento se demuestra con trabajo duro y de calidad. Me he  movido siempre en entornos muy masculinizados, nunca me vi diferente. En mis comienzos, los hombres demostraban una actitud bastante paternalista, pero esto, afortunadamente, está cambiando. Me gustaría que las mujeres fuéramos valoradas por competencias y habilidades independientemente del sexo. El talento no tiene género.

—¿Es partidaria del sistema de cuotas?

—A ver, es buena pregunta. Creo que el sistema de cuotas es necesario para que tengamos igualdad de oportunidades, a partir de que haya paridad, debe prevalecer el talento independientemente del sexo. Es cierto que el sistema de cuotas está permitiendo demostrar que somos capaces de realizar un trabajo del mismo nivel y al mismo nivel en el sector que nuestros compañeros los hombres.

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