Con el deporte se envejece más tarde

«Las personas mayores tienen poca cultura del ejercicio físico, pero los que lo practican conocen perfectamente sus beneficios». El primer encuentro Ciudad de León y Altafit para poblaciones especiales, organizado por el Ayuntamiento de León, tuvo ayer poca afluencia de público. Los organizadores y los ponentes acudieron cargados con una batería de recomendaciones para animar a «una sociedad leonesa cada vez más envejecida» a hacer ejercicio físico con la orientación personalizada de un profesional. «Queremos enseñar a la gente a cuidarse», asegura Fidel Altafit, graduado en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de León.

Que el ejercicio físico individualizado, adaptado a la edad y las características de las personas, tiene beneficios para la salud es una realidad a cuya divulgación se vuelcan cada vez más los profesionales sanitarios de León. Entre los datos que ofrecieron ayer los ponentes que participaron en las jornadas están los resultados tan llamativos como que previene hasta un 23% el número de caídas, que aumenta la fuerza, la coordinación y la estabilidad. Para demostrar con evidencias lo que se conoce con la práctica, Alba Labrador y Marina Sanchidrián dedicaron sus trabajos fin de grado en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte a medir y cuantificar la fuerza y la coordinación física antes y después del ejercicio en en un grupo de 21 personas mayores con una edad media de 75 años.

Los resultados de la investigación sobre coordinación de Marina Sanchidrián demuestran que el programa de acondicionamiento físico multicomponente (todas las capacidades físicas) mantiene e incluso mejora en muchos casos la capacidad física de los adultos mayores, sobre todo en el primer trimestre de entrenamiento, produce mejoras en la coordinación óculo-manual, óculo-pédica y capacidad de reacción «por lo que se verá reflejado en la capacidad adaptativa ante los estímulos en la vida diaria. «A nivel personal el programa de intervención fue muy satisfactorio por el buen ambiente y la motivación».

Alba Labrados, graduada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, habló del Programa de acondicionamiento físico para mayores , con resultados también de su investigación para el trabajo fin de Grado. Tras una sesión semanal durante 16 semanas los participantes en el proyecto mejoraron su fuerza, su estabilidad central y consiguieron hacer el doble de sentadillas en treinta segundos (12-17 frente a 29), que antes del entrenamiento. «El trabajo de fuerza reduce las caídas y aumenta la autonomía».

Para sacar el máximo rendimiento físico al ejercicio físico hay que cuidar la alimentación. De la nutrición de las personas mayores se ocupó ayer durante el encuentro la nutricionista Laura García, máster en trastornos alimentarios. «El proceso de envejecimiento conlleva una serie de cambios corporales, fisiológicos y funcionales que modifican las necesidades nutricionales de las personas. Sin embargo, éstos no suelen son bien atendidos por los propios mayores o cuidadores», explica Laura García.

Un estudio del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España señala que el 22,1 % de los mayores de 65 años de nuestro país está en riesgo de desnutrición. «La crisis económica, los problemas de salud característicos de esta etapa de la vida, la administración de medicamentos que disminuyen el apetito o la absorción de alimentos, la soledad y la depresión son, entre otros factores, los culpables de que este colectivo sea tan vulnerable a la malnutrición».

Con el envejecimiento aumenta la grasa corporal, los procesos digestivos y la absorción se ralentizan «lo que puede afectar a la absorción de vitaminas y nutrientes cono el calcio y el hierro». La pérdida de piezas dentales, que cada vez son más difíciles de reemplazar, el adelgazamiento de las encías y la pérdida de fuerza mandibular «suelen traducirse en un menor consumo de frutas y verduras crudas, con menor ingesta de fibra, por lo que el anciano ingiere menos hierro de origen animal». El gusto, el olfato y los sistemas cardiovascular, renal e inmunológico se desestabilizan «por lo que es necesario prestar más atención a la dieta».

Alimentación sana

■ Dieta mediterránea. Frutas, verduras, cereales integrales, aceite de oliva, legumbres y frutos secos con alimentos poco procesados, saludables, frescos y de temporada.

■ Entorno confortable. Comer en una zona tranquila, iluminada, libre de olores y hacer partícipe a las personas mayores para que elijan los ingredientes.

■ Atractivo de las comidas. Prestar atención a la presentación, formas, texturas, aromas y temperaturas.

■ Fácil masticación. Horneado, guiso, cocción al vapor, escalfado, plancha o cocido, evitando salsas y frituras.

■ Aliviar el estreñimiento. Frutas, vegetales, cereales integrales, legumbres y frutos secos.