Diario de León

El suspenso de WWF

Un estudio alerta de la protección de los espacios naturales. La investigación destaca la situación del lobo y el alimoche.

Imagen de dos lobos, una de las especies ibéricas más amenazadas. ANDONI CANDELA

Imagen de dos lobos, una de las especies ibéricas más amenazadas. ANDONI CANDELA

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cristina fanjul | león

WWF acaba de suspender a Castilla y León en una investigación en la que ha analizado el grado de desarrollo de los planes de gestión de sus espacios protegidos. Según el estudio, tan sólo Galicia, Andalucía, Cantabria y Madrid están por detrás de la comunidad, mientras que en los primeros puestos se encuentran el País Vasco, Baleares, Comunidad Valenciana y La Rioja. Y es que sólo un pequeño porcentaje de los planes de Castilla y León son instrumentos de gestión correctos en cuanto a incluir objetivos y medidas adecuadas, medibles y suficientes.

WWF ha estudiado siete planes básicos de gestión y conservación: Valle del Tiétar, Campo de Azaba, Cañón del Río Lobos, Sierra de Ayllón, Encinares de la Sierra de Ávila, Sierra de la Demanda y Hoces del Río Riaza.

Así, por ejemplo, en Encinares de la Sierra de Ávila faltarían medidas para eliminar barreras en los cursos de agua para la fauna piscícola o para mejorar el hábitats del sapillo pintojo y otros anfibios, mientras que en el Valle del Tiétar se echan en falta planes para asegurar la conservación del desmán ibérico, del lobo, del lince o alguna concreta para el topillo de Cabrera. Estos proyectos se harían necesarios también en Hoces del Riaza para la protección del lobo y el desmán ibérico. En el caso del Cañón del río Lobos, WWF pone el acento en el desarrollo de medidas concretas para especies como el desmán ibérico, la cual por su estado de conservación requiere de actuaciones directas para asegurar su conservación. Asimismo, la investigación denuncia que ninguno de los planes aporta datos numéricos de superficie ocupada por los hábitats ni tamaños poblacionales de especies, a pesar de que existe esta información para algunas especies como por ejemplo el lobo. Además, tanto los objetivos generales de conservación como los de conservación de cada elemento clave son muy generales, no cuantificados ni concretos.

Por manadas

En el caso del plan del lobo, WWF subraya que los planes no definen el estado de conservación favorable, sino que se establece un objetivo de número mínimo de manadas, con lo que no se puede confirmar que se asegure la conservación de la especie en el área analizada. En cuanto al alimoche, el análisis muestra que el objetivo de conservación marcado supone un empeoramiento de la situación actual de la especie, ya que es una reducción de la población reproductora.

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