Diario de León

TODAS LAS FORMAS DE SEXUALIDAD

«En Castilla y León es más difícil ser 'trans'

Una madre activista de Chrysallis pide que Sacyl acceda a cambiar el nombre de los menores que hacen el tránsito de un sexo a otro Las jornadas de Awen LGTBI+ piden inclusión

Ana María Ayuso, madre de una niña transexual y activista de Chrysallis. FERNANDO OTERO

Ana María Ayuso, madre de una niña transexual y activista de Chrysallis. FERNANDO OTERO

Publicado por
ANA GAITERO | LEÓN
León

Creado:

Actualizado:

«La identidad sexual no se adquiere a los 18 años, se asienta a los 2 o tres», afirmó ayer la activista de Chrysallis y madre de una niña trans, Ana María Ayuso, en las jornadas formativas de Awen LGTBI+ sobre las nuevas realidades.

Ayuso presentó el programa de acompañamiento positivo a las personas que hacen la transición del sexo asignado al que sienten como suyo de la asociación creada en 2013 por 15 familias y que actualmente reúne a más de 950 en toda España.

La experiencia personal con su hija Paula, como se llama ahora, sirvió de hilo conductor de la exposición. El acompañamiento familiar, subrayó, no es suficiente. Necesita que «todo el entorno sanitario, social y educativo también realice ese acompañamiento positivo», cosa que no ocurre en Castilla y León.

«Ser trans en Castilla y León es más difícil que en Aragón, Madrid o Cataluña», subrayó. En concreto, subrayó que el protocolo sanitario «excluye a los menores». Sacyl no se ha avenido hasta ahora a cambiar el nombre de las personas menores de edad que hacen el tránsito en la tarjeta sanitaria. Tampoco está autorizado el tratamiento hormonal de menores antes de los 16 años ni el uso de bloqueadores «que se dan con normalidad a personas cissexuales con pubertad precoz o a mujeres en la menopausia», denunció Ayuso.

En cuanto al cambio del nombre en el Registro Civil, valoró positivamente el giro que ha dado el tema con la nueva instrucción de la ministra de Justicia, que ordena que se inscriban sin trabas. Pero desconfía de la reacción de la judicatura. «Para cambiar el nombre a un menor te piden cartas, felicitaciones, exámenes e incluso informe de disforia de género que implica pasar por la consulta de psiquiatría, esperar un año y que decida el psiquiatra», explicó.

La inclusión de las personas trans tampoco se reconoce en los libros de texto donde, señaló, se sigue enseñando el sexo binario (hombre-mujer) sin contemplar otras realidades como la transexualidad o la intersexualidad.

En su caso personal, considera que vivir en el medio rural, contra todo pronóstico, ha favorecido el acompañamiento positivo a su hija.

tracking