Diario de León

Demografía

La España que crece y el León que mengua

La provincia pierde 3.475 residentes en 2019, el 39% de los 9.616 que mermó Castilla y León El padrón baja a 460.001 habitantes, cifra que se acerca a la de los años 30 del siglo XX

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León

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Cuatro de cada diez habitantes que se pierden en Castilla y León son de la provincia leonesa. De los 9.616 residentes menos que registró la Comunidad en el padrón de 1 de enero de 2019, 3.745 (39%) corresponden a la provincia de León. Así se desprende de los datos definitivos del último padrón publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que sitúan a la provincia con una población de 460.001 habitantes (-0,81% respecto a 2018).

Una tendencia que se ha agudizado en las dos últimas décadas y que alejan a la provincia leonesa del crecimiento demográfico del conjunto. Un total de 303.228 personas más se inscribieron en el padrón municipal en 2018 en España. En términos relativos, la provincia leonesa es, después de Zamora, la que más porcentaje de residentes ha perdido en el último año en todo el país. León ha perdido el 0,81% de su población respecto a 2018 y Zamora el 1,15%.

Después de décadas en declive, la población leonesa se acerca cada vez más, en número, a la que había en la provincia en los años 30. Los cuatro grandes municipios de la provincia —León, Ponferrada, San Andrés y Villaquilambre— ven mermado su padrón de habitantes en este último año. Esta tendencia a la baja se inicia en la capital a mediados de los años 90: ha pasado de 142.242 habitantes en 1996 a los 124.303 el año pasado, 469 menos que en 2018.

En Ponferrada el declive se inicia a partir de la segunda década de este siglo. En 2010, la capital del Bierzo alcanzó su cénit demográfico con 68.767 habiantes. Nueve años después, ha perdido 4.093 habitantes, de los cuales, una cuarta parte corresponden a la diferencia de 2019 respecto a 2018: 955.

El decrecimiento de San Andrés del Rabanedo es más reciente. El tercer municipio, que contaba con 23.226 habitantes en 1996, alcanzó su pico más alto de población en 2015 con un padrón de 31.745 residentes. A partir del año siguiente empezó la merma y en 2019 se ha quedado en 30.615, lo que suponen 1.130 habitantes menos en cuantro años, de los cuales 205 son respecto a 2018.

Ni siquiera Villaquilambre, que durante años ha aspirado a superar la barrera de los 20.000 habitantes, se libra del declive demográfico. Por segunda vez vuelve a perder población: tiene 38 habitantes menos que en 2018. El cuarto municipio, quebró en 2016 el aumento continuado que experimentaba desde los años 90 (7.048 habitantes en 1996) y pasó de 18.615 personas a 18.583. En los dos años siguientes recuperó unos pocos habitantes.

En total, 160 municipios de la provincia leonesa —el 75,8%— pierden población en el padrón de 201 frente a los 47—22,2%— mientras que cuatro municipios —Bercianos del Real Camino, Berlanga del Bierzo, Onzonilla y Vega de Infanzones— se quedan como estaban.

 

Entre los que aumentan población, Valencia de Don Juan, Valverde de la Virgen y Santovenia de la Valdoncina, Sariegos, como también Hospital de Órbigo, Garrafe de Torío, Cabañas Raras, Camponaraya y La Bañeza, Cistierna y Chozas de Abajo son beneficiarios de su posición central como cabeceras de comarca o de la atracción que aún mantienen algunos municipios periféricos de las capitales leonesa y berciana.

Más llamativo es el aumento poblacional, aunque de escasos habitantes, en pequeños municipios como Algadefe, Ardón, Los Barrios de Luna, Benuza, Brazuelo, Burón, Candín, Carucedo, Castilfalé, Gordaliza del Pino, Gordoncillo, Gradefes, Grajal de Campos, Mansilla Mayor, Molinaseca, Murias de Paredes, Noceda del Bierzo, Puebla de Lillo, Riello, San Pedro Bercianos, Santa Colomba de Somoza, Truchas, Vega de Valcarce, Vegaquemada, Villamartín de Don San Sancho, Villamol, Villaselán, Castrotierra de Valmadrigal o Villamoratiel de las Matas. Las elecciones locales celebradas en mayo han podido influir en un trasvase de avecinados.

También son de destacar los municipios mineros que, aparte de Cistierna, repuntan su censo como son Torre del Bierzo, Villagatón e Igüeña. Villamanín también recupera algunos residentes. Por el contrario, persisten en pérdidas otros emblemáticos ayuntamientos antaño carboneros como Villablino, Bembibre, Fabero, Sabero, Toreno, La Pola de Gordón y Matallana de Torío.

Astorga baja de los 11.029 habitantes que tenía en el padrón de 2018 a los 10. 867 de 2019, mientras que La Bañeza gana 31 vecinos y se sitúa en 10.338 habitantes. Desciende el padrón de Benavides, Carrizo, Carracedelo, Cubillos del Sil, Folgoso de la Ribera, Castropodame, Boñar y Cuadros entre los municipios de más de 1.000 habitantes.

Dos concejalías menos

El municipio de Turcia experimenta un descenso significativo al descolgarse de esta franja de habitantes. Ha pasado de tener 1.005 habitantes en 2018 a los 993 de 2019, lo que en el horizonte de unas elecciones municipales locales supondrá una merma de representación en su Corporación municipal si no logra recuperarse. Pasaría de nueve a siete representantes municipales.

Fresno de la Vega, por su parte, baja de los 500 habitantes de 2018 a los 496 del último padrón, aunque en este caso no redundaría en menos representación política en las futuras elecciones locales ya que el tramo de 7 concejalías está previsto para los municipios de 250 a 1.000 habitantes.

Villarejo de Órbigo, por su parte, baja de la franja de 3.001 a 2.974 habitantes, aunque tampoco incide en su representación.

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