¿Y si los estragos de Brasil por el covid sacuden a un país de 1.350 millones de habitantes?

India se ha convertido esta semana en el segundo país más castigado por el coronavirus y el mundo empieza a evaluar sus impredecibles consecuencias. Aquejado por una cepa nueva, con una población hastiada que relaja las medidas de seguridad y el Ramadán recién comenzado entre sus 150 millones de musulmanes, el aumento de infecciones -acompañado por el colapso de hospitales y crematorios- anticipa una catástrofe humanitaria en el país más habitado del planeta.

Sus repercusiones amenazan con desestabilizar la lucha contra el virus en Asia, pero también llegan a Europa. India es el principal fabricante mundial de vacunas -entre ellas, la de AstraZeneca- y el vértigo de la pandemia ha llevado al Gobierno del nacionalista Narendra Modi a reducir las exportaciones y abastecer mejor sus 'vacunódromos'.

La nación se ha convertido en el laboratorio global sobre el riesgo de la 'doble mutante', la variante del coronavirus identificada el pasado 29 de marzo y de la que poco se conoce, salvo que parece tener una extraordinaria fuerza replicante: los contagios se han multiplicado por diez en menos de un mes hasta contabilizarse 1,5 millones solo en las últimas dos semanas. El registro publicado este martes confirma su agresividad, con 168.000 nuevos enfermos y 839 fallecidos en un día, la tasa más alta en cinco meses.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) examina la evolución con inquietud. India superó el lunes a Brasil como el segundo epicentro de la epidemia después de Estados Unidos. Pero si en la nación latinoamericana, con 212 millones de ciudadanos, los estragos están siendo atroces, con casi 4.000 muertes diarias y una dramática falta de oxígeno y fármacos, nadie sabe la envergadura que pueden tener en un lugar donde conviven 1.350 millones de habitantes y existe un alto grado de miseria.

Cada vez se disputan más las camas para los enfermos críticos, nadie conoce el número exacto de contagiados -se supone que muchos eluden informar a las autoridades para poder salir a la calle en busca de comida o cumplir con trabajos precarios- y hay crematorios que funcionan día y noche.

También en Brasil se ha autorizado el entierro de los cadáveres de madrugada para ganar tiempo. La región más castigada es la central (112 millones de personas) y la enorme ciudad de Mumbai, donde el Gobierno prevé imponer un cierre muy severo. Hasta este martes, 13,5 millones de indios habían contraído la enfermedad y un número notable ha sido víctima de la 'doble mutante', un virus con las mutaciones E484Q y L452R que mejoran su adhesión a las células.

Modi ha sido estos días muy crítico con el relajamiento de las normas de prevención. Hace nueve meses la Policía golpeaba con varas a quien no cumplía el confinamiento; hoy cada vez se ve más gente sin mascarilla en la calle.

También aumenta el número de negocios que desafían los cierres.

Y hace unos días, las televisiones mostraban a cientos de miles de hindúes sin protección alguna bañándose en el Gangés mientras celebraban la festividad del Kumbh Mela en Uttarakhand , al norte del país. Quienes anoche iniciaron el Ramadán deben evitar las reuniones familiares multitudinarias o las concentraciones en las mezquitas.

Guardar para casa

Europa ha comenzado a sufrir el efecto de esta desestabilización.

Media docena de gigantes farmacéuticos convierten al país en el coloso de las vacunas. Produce el 60% de las dosis que se distribuyen en el mundo, desde la polio y el sarampión hasta el coronavirus. Su principal compañía, Serum Institute, tiene firmado un contrato con Astra Zeneca para hacer mil de los 3.000 millones de dosis que esta firma anunció para este año.

A la vista de la complicación sanitaria, el Ejecutivo ve la salida en la inmunización general. Y ha pasado de ser un país exportador que enviaba más suero fuera de sus fronteras del que se quedaba para sus ciudadanos a un modelo proteccionista más parecido al promovido por Ursula van der Leyen en la UE.

Nepal, que se nutría de los laboratorios de su vecino indio, ya se vio obligado a cerrar su campaña a mediados de marzo al cortarle Nueva Delhi el suministro.

La situación incomoda a la farmacéutica, situada entre la estrategia gubernamental y los requerimientos del extranjero. Marruecos, Arabia Saudita, Reino Unido y varios gobiernos americanos han redoblado la presión sobre la empresa, toda vez que los problemas de producción en las plantas europeas han causado una importante merma en la despensa internacional del controvertido fármaco anglosueco.

India ha conseguido activar un plan de inmunización que avanza al paso de tres millones de inyecciones al día. Este martes autorizó de urgencia el empleo de la Sputnik V para aumentar la munición contra la covid-19. En Europa, mientras, se rebasó el millón de fallecidos en la pandemia sin que su agencia del medicamento siga sin mostrar un interés inmediato en evaluar el suero ruso, pese a pedirlo varios países de la Unión.