Diario de León

Las enfermeras mártires de Somiedo

Exhumación de los cuerpos y traslado a Astorga

Con este capítulo 9 finaliza la serie dedicada a las Enfermeras Mártires de Astorga con la que Mercedes Unzeta Gullón ha rescatado de la memoria familiar cartas, documentos, vivencias e investigaciones propias sobre el caso.

Velatorio de las enfermeras en el Ayuntamiento de Astorga. UNZETA GULLÓN

Velatorio de las enfermeras en el Ayuntamiento de Astorga. UNZETA GULLÓN

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Mercedes Unzeta Gullón
León

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Tras la terrible noticia del asesinato de las tres jóvenes enfermeras se suceden en su ciudad los homenajes por parte de las autoridades, las asociaciones humanitarias, la prensa y la Iglesia. Su valor, su humanitarismo y su fe son ensalzados en escritos, oraciones, discursos y homilías. El lloro es unánime. Su juventud, su entrega caritativa y su actitud sensible, compasiva y piadosa, hacen de estas muertes un gran sinsentido y ocasionan a sus familias un dolor lacerante.

En los primeros meses de 1937 las tropas de los sublevados, ya tomado bajo su control el País Vasco, avanzan de este a oeste en el Frente Norte. A finales de agosto de este año han conseguido hacerse con Santander. Ante este avance las tropas republicanas van retrocediendo hacia Asturias, donde se concentran y se quedan aisladas pues Galicia llevaba tiempo en manos de los militares ‘nacionales’. Después de duros combates en septiembre las tropas del general Fidel Dávila Arrondo (sucesor del general Mola) avanzan desde Santander y consiguen abrir un pasillo de entrada en las tierras asturianas que, a excepción de Oviedo y el corredor que une la capital con Galicia, seguían en manos de los republicanos que se resistían fuertemente a caer en manos de los militares sediciosos.

Como si de una revancha calculada se tratara, el 27 de octubre de 1937, el día que justamente se cumplía un año exacto de la victoria de los republicanos en Somiedo en el ataque por sorpresa al destacamento militar de los sublevados instalados en los altos del Puerto y el fusilamiento de los mandos y de las tres enfermeras de la Cruz Roja, ese día exactamente se da por terminada la Campaña del Norte, pues finalmente obtienen la victoria de los entonces vencidos sobre Gijón y Avilés, las últimas resistencias. El 27 de octubre de 1937 se da por conquistada ‘la rebelde’ Asturias.

Ha llegado el momento de recuperar los cuerpos de los fusilados que habían quedado en zona republicana. Ahora se tiene el campo libre para investigar, interrogar y averiguar dónde están los cuerpos de las enfermeras. Durante todo este tiempo, y a pesar de la multitud de homenajes, misas y rezos que se les han dedicado, todavía las familias no pueden cerrar su duelo porque no han visto a sus hijas, su primera esperanza era verlas vivas, pero siendo ya eso imposible ahora necesitan ver sus cuerpos para despedirlas y tratar de cerrar las ansiedades y las emociones de un año de dolor.

El tres de noviembre del 37 el periódico La Luz de Astorga informa que ha habido una reunión en el Ayuntamiento para establecer los pasos necesarios para trasladar los cuerpos de las jóvenes astorganas desde Somiedo a Astorga. Se acuerda «solicitar de la autoridad competente el traslado de los restos mortales de las tres víctimas desde Somiedo a esta ciudad, en cuyo cementerio serán inhumados provisionalmente.» También acuerdan exponer al señor Obispo «que sean trasladados dichos restos a la Catedral».

La Comisión organizadora de homenaje a las enfermeras cuenta ya, el 21 de diciembre, con todos las autorizaciones precisas y espera que el temporal de nieve permita la exhumación de los cadáveres para su traslado a Astorga. Se llama al arquitecto de la Dirección General de Bellas Artes, señor Cárdenas para que diseñe el mausoleo de las enfermeras en la Catedral.

El 29 de enero de 1938 publica el Pensamiento Astorgano «La Comisión que esta madrugada salió para Somiedo con el fin de recoger los restos de las heroínas astorganas ha comunicado telefónicamente desde Villablino la imposibilidad de proseguir su viaje debido a la enorme cantidad de nieve acumulada en el puerto.»

La Comisión que salió en busca de los cuerpos estaba formada por una representación de familiares de las víctimas, varios comisionados del Ayuntamiento, Cruz Roja y Falange de Astorga.

Sorteando la abundancia de nieve, la Comisión logró llegar el sábado 29, por la noche, a Pola de Somiedo por el puerto de Leitariegos. El domingo 30 se procedió a la exhumación de los cadáveres que estaban enterrados en el prado llamado de D. Juan.

La labor de identificación no ofrece ninguna dificultad, pues las mártires parecen como si conservaran el don de la incorruptibilidad. Están enterradas alineadas junto con los dos falangistas con sus capas de enfermeras y absolutamente reconocibles. Son depositadas en las arcas de zinc que las familias han llevado junto con banderas de lana y banderas con crespón con las que se cubren las arcas. Los dos falangistas son enterrados allí mismo en un lugar cercano. Suscrita por las autoridades de Pola y por los comisionados se levanta un acta de entrega de los tres cadáveres en un acto sencillo y emocionante. La comitiva con los tres féretros de zinc sellados se puso en marcha por la tarde de ese mismo día. Hacen el regreso por el puerto de Pajares llegando a Astorga sobre las tres de la madrugada del día 31.

La Capilla ardiente se instala en el salón de Actos del Ayuntamiento donde se instalan los féretros envueltos en las banderas bicolor. En todos los edificios oficiales ondean las banderas a media asta y la población enluta la ciudad con colgaduras con crespones en sus balcones. Ese lunes cierran todos los comercios de la ciudad y durante todo el día doblaron las campanas de los distintos templos de la ciudad.

Comitiva funeraria hacia la Catedral. UNZETA GULLÓN.

 

A las once de la mañana sale del Ayuntamiento la Comitiva que va a trasladar los féretros hasta la Catedral. El periódico local la califica de «gloriosa y triunfal». «Precede la Patria con sus banderas enrolladas entre crespones; luego las Cruces parroquiales con sus respectivas asistencias; después los féretros llevados a hombros de familiares, miembros de la Cruz Roja, de camaradas de la F.E.T con escolta de damas enfermeras, por fin el duelo familiar en el que formaba parte el General Ibañez como presidente de la Asamblea provincial de la Cruz Roja y el duelo de honor formado por el Rdmo.Prelado, Gobernadores Militar y Civil, jefe provincial de F.E.T., presidente de la Diputación, Comandante Militar de la Plaza, alcaldes de León, Astorga y demás autoridades; y por último cierra la marcha la banda municipal de música interpretando marchas fúnebres. La multitud es inmensa, apiñándose en todas partes ocupa totalmente la Plaza Mayor».

Llega a la Catedral la comitiva y el Cabildo se hace cargo de los féretros. En el atrio se pronuncian emotivos discursos de las distintas autoridades religiosas, civiles, humanitarias y militares. Se reza una misa en el altar mayor y un responso final acompañado con la música sacra de Lorenzo Perosi, y al fin son depositadas en los nichos.

En julio de 1948 se procede a realizar el traslado de los restos de las «mártires astorganas» al mausoleo erigido para ellas por «la Asamblea Suprema de la Cruz Roja», y proyectado por el arquitecto Cárdenas, en la Capilla de San Juan de la Catedral.

Este acontecimiento estuvo revestido de la mayor relevancia y boato al ser presidido por Doña Carmen Polo de Franco que llego a la ciudad con todo su séquito expresamente para este acto de exhumación y homenaje.

El pasado 11 de junio (ya 2019) el Papa rubrica con su firma que fueron asesinadas por odio a la fe. La iglesia las eleva al culto como mártires y beatas. El domingo 15 de septiembre el Arzobispo metropolitano y obispo de Oviedo, ofició un acto litúrgico de acción de gracias, en la Catedral de Astorga, en el que se hizo lectura pública del Decreto del Papa por el que se elevaba a las mártires de Somiedo a la categoría de beatas y ya se las puede venerar.

 

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