Diario de León

Víctimas

Explotación laboral y mendicidad, otras caras de la trata en España

La organización de ayuda a Accem alerta de  la incidencia de varios factores que afectan especialmente a las mujeres

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Efe | Madrid

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La trata va más allá de la explotación sexual o la prostitución forzada, también la sufren empleadas del hogar o del sector del calzado, mujeres obligadas a mendigar, a delinquir o a casarse, situaciones que se dan en España y que en ocasiones se suman en una misma víctima.

En el informe La Otra Cara de la Trata , la organización de ayuda a personas vulnerables Accem alerta de la incidencia de la «trata combinada», que se da cuando una misma mujer es explotada con diferentes finalidades a lo largo de su vida, y pide mejorar su detección para evitar que sean condenadas o deportadas por delitos que han cometido a la fuerza.  

«Sólo se detectan las víctimas cuando las propias víctimas reconocen que lo son, es importante activar mecanismos para que las víctimas emerjan», ha reclamado la coordinadora del estudio Teresa De Gasperis, además de avanzar hacia la integración real de las víctimas y darles alternativas reales para que no recaigan en la prostitución y en situaciones de explotación.  

Las modalidades de la trata que dan en España dependen del contexto social y económico de cada región, destaca la investigación realizada con datos y entrevistas a profesionales, víctimas y otras personas vinculadas a este fenómeno.  

«La trata es un fenómeno global, pero a la vez muy local, y va cambiando», señala. Por ejemplo, en el sur de España es más habitual encontrar víctimas de trata con fines de explotación laboral en la agricultura.  

Las nacionalidades también varían según la región de España a la que son destinadas las víctimas. Así se ha encontrado que en Vigo las víctimas de trata son de Perú, Guatemala, Honduras y Bolivia.  

Las edades de las mujeres atrapadas en las redes de trata laboral suelen superar los 40 años, mientras que las más jóvenes son más a menudo destinadas a trata con fines de explotación sexual, mendicidad o comisión de actividades delictivas.  

En la industria textil y, especialmente en el servicio doméstico, son las mujeres quienes son explotadas fundamentalmente. El hecho de que esta forma de trata esté relegada a la esfera privada influye en la dificultad de detección; otros sectores invisibilizados donde se ha detectado trata con fines de explotación laboral son el del calzado y el de las conservas, donde las víctimas son también hombres.  

En la trata con fines de mendicidad, la mayoría de las víctimas son de etnias minoritarias y de países de origen como Rumanía y Bulgaria.

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