Feijóo alerta de que pueden volver los viajes para abortar a Francia o Portugal

Alberto Núñez Feijóo es uno de los barones populares que, como el extremeño José Antonio Monago, no va a atender la llamada de Mariano Rajoy para que los dirigentes del partido dejen de airear en público sus discrepancias con el anteproyecto de reforma de la ley del aborto elaborado por Alberto Ruiz-Gallardón. El presidente de la Xunta señaló que el texto dado a conocer por el ministro de Justicia es bastante más restrictivo que la primera ley socialista de 1985, porque, además de mayores dificultades para autorizar la interrupción del embarazo, ni siquiera contempla el supuesto de malformaciones del feto.

Por este motivo, en una entrevista en RNE, no descartó que, como ocurría en España antes de la primera ley del aborto, las españolas 25 años después tengan que viajar al extranjero para interrumpir un embarazo no deseado. El presidente gallego recordó que los españoles viven «pegados» a Portugal y Francia y avisó al Gobierno de que «no me gustaría que haya personas en España que crucen la frontera para realizar actos que en mi país no se admiten». Cosa que, en su opinión, «no se puede tener la seguridad de que no volverá a producirse si se hace una legislación muy restrictiva».

Feijóo no desveló cuál es su modelo de ley del aborto, pero, sea el que sea, sí dio a entender que se podría conformar con una regulación de supuestos similar a la de 1985, en su opinión «un antecedente que no se puede desaprovechar». Las características que pidió el presidente gallego son que se trate de una ley «para el conjunto de los españoles», que «tenga vocación de permanencia» -con lo que le debe servir a la oposición- y que sea acorde «con el contexto europeo». Perfil que ni siquiera excluye a la actual legislación de plazos.

La vicepresidenta del Gobierno, sin embargo, sigue callada cuando se le pregunta por esta reforma. Ayer en la Moncloa, como ya ocurrió el miércoles en el Congreso, no hizo valoraciones.