Diario de León

MARÍA GARCÍA ÁLVAREZ | PRESIDENTA FFM ISADORA DUNCAN

«Hacen falta políticas reales de familia para acabar con la pobreza»

La FFM Isadora Duncan tiene hoy la palabra en las jornadas de Divulgación de la Labor Social de Diario de León. María García, fundadora y presidenta de la fundación, y voluntarias históricas como la psicóloga Mercedes Rodilla y la abogada Ana Isabel Zamarriego. Exige contemplar la diversidad de las familias monoparentales y baremos para ayudas.

María García, fundadora y presidenta de la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan. MARCIANO PÉREZ

María García, fundadora y presidenta de la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan. MARCIANO PÉREZ

Publicado por
ana gaitero | león
León

Creado:

Actualizado:

A principios de los años 80, una joven madre soltera que trabajaba en una tienda de Santa Ana descubrió cómo eran tratadas otras mujeres en su situación. «Llegó una chica a la que sus hermanos habían dado una paliza por ‘manchar’ el honor familiar al quedarse embarazada», explica María García Álvarez, presidenta de la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan. Aquello fue un aldabonazo en su «burbuja privilegiada» de madre soltera. María García había sido rescatada por sus padres del preventorio para madres solteras de Peñagrande, institución franquista que controlaba a las «madres solteras y otras descarriadas», pero que vivía con normalidad la maternidad: «Yo llevaba a mi hijo a la tienda a hacer los deberes. No lo ocultaba». «Empezamos con mil pesetas y la sede social en casa de mis padres», relata. Hoy la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan tiene un presupuesto anual cercano a los 400.000 euros y 12 personas empleadas.

Lugar: Club de Prensa. C/ Gran Vía de San Marcos, 8, entrada por Fajeros. A las 20.00 horas.

—¿Qué significaba ser madre soltera cuando fundó la asociación en 1984?

—Las madres solteras representaban el pecado y se nos excluía socialmente, se nos podía agredir sexualmente. Se le podía impedir trabajar porque daba mal ejemplo o echar de la escuela. El lugar que hoy ocupan los inmigrantes lo ocupaban las madres solteras y separadas. El lugar de la trata y la prostitución que ocupan hoy las jóvenes inmigrantes lo que ocupaban entonces las madres solteras, separadas. Este es nuestro pasado que tenemos que asumir. Como dice Vetusta Morla en una canción a veces hay que pararse y mirar para atrás para recordar de dónde venimos y volver la cabeza y decir a dónde quiero ir.

—¿Ha cambiado mucho la situación de las madres solteras?

—No existe aparentemente el estigma. Pero las adolescentes y jóvenes siguen pasando lo mismo que yo hace 40 años. Tienen trabas para seguir con los estudios (hemos tenido un caso de Murcia), tienen que vivir con la familia de origen, sufren la soledad y se les tacha de tontas por quedarse embarazadas. No cuentan en las políticas de familia.

—El INE dice que hay 24.200 hogares monoparentales. ¿Están todas las familias que son?

—Es que el INE habla de hogares, pero al no hacer un censo de familias excluye a todas las mujeres que, por necesidad económica, viven con la familia de origen o comparten piso. En cuanto a los hombres, me gustaría saber la edad de los hijos que viven en hogares monoparentales encabezados por hombres y si se considera también a los que tienen custodia compartida, que evidentemente no están en las mismas condiciones que una persona sola con hijos porque comparten todos los gastos. En cuanto a las viudas, que son la mayoría, generalmente, aunque no siempre, por edad ya no tienen hijos a cargo. Hay 8.300 hogares monoparentales con viudas mayores de 65 años.

—Hoy día son muchas las madres solteras con los hijos reconocidos y que viven en pareja. ¿Están en igualdad de condiciones a las casadas?

—Ahora hay dos tipos de madres solteras, la del hijo sin reconocer y la del hijo reconocido. Pero cuando se separan son madres solteras y además la pensión de alimentos es más baja que la del matrimonio. El Consejo del Poder Judicial tiene dos tablas para las pensiones, una para matrimonios y otro para parejas de hecho. Hay diferencias de 300 a 100 euros e incluso 50. Con las pensiones orfandad pasa lo mismo.

—Una de sus reivindicaciones es la ley de familias monoparentales. ¿Por qué es necesaria?

—La ley es necesaria para la justicia y la equidad social de todas nuestras familias. Y también para cambiar la imagen de las madres solteras, que ofrezca una imagen de familia normalizada y no se nos considere, que nos contemplen en la ley de conciliación y en la de igualdad de trato. A nivel autonómico se hacen cosas en prestaciones, pero cada una legisla lo que quiere. No hay un marco de mínimos para todas las comunidades, como se hizo para el tabaco. ¿O es que valemos menos que el tabaco?

—¿Hay que tratar a todas las familias monoparentales igual?

—Hay que definir todo el arco de la monoparentalidad, que es muy diverso, y hacer un baremo para acceder a las prestaciones sociales. Ahora se da el caso de familias monoparentales con dos hijos que tienen ingresos y como son consideradas familias numerosas tienen la matrícula gratis en la universidad. Las de un hijo, con recursos o sin ellos, tienen que pagar el 50%. Es una discriminación porque las que tienen pocos recursos no van a poder pagarle ese 50% de matrícula. Tiene que haber baremos muy rigurosos y políticas de familia reales para acabar con la pobreza de las familias. Hay que desterrar la idea de que monoparentalidad es igual a pobreza.

—¿Y las más vulnerables?

—Las que trabajan en sectores fuertemente feminizados (ayuda a domicilio, limpieza...). Trabajan pero no pueden salir de la pobreza. La mayoría son magas, pues cobran sueldos bajos —contratos de 3-4 horas y salarios de 400 euros en ayuda a domicilio o de 700 en guarderías— y como tienen trabajo no tienen derecho a las ayudas sociales. Tenemos mujeres licenciadas trabajando en ayuda a domicilio. Y si se convierten en víctimas de violencia no tienen derecho más que a atención psicológica porque trabajan. Un salario es la mejor ayuda social, pero si es digno. Te hacen pobre.

—Empezaron de la nada...

—Fregando escaleras Presen y yo para comprar comida para las mujeres. Nuestra primera sede fue en el sexto piso del Emperador, hasta que nos echó Carrasco, que fuimos al Condado. Después conseguimos una ayuda de Madrid para un local en Bernardo del Carpio y en el 95 compramos este local (Reino de León, 12) que lo acabamos de pagar con nuestros recursos. Nos ha dado independencia ante las instituciones.

—Los servicios que prestan también han crecido desde que abrieron la casa de acogida.

—Empezamos con clases de graduado escolar. La casa de acogida es de 1991 que, por cierto, ahora solo tiene plazas para víctimas de violencia de género porque así lo decidió la Junta. Y es muy gratificante escuchar, como dijo el otro día la responsable del Ministerio, que somos la entidad de referencia en educación financiera familia. Desarrollamos la ideología de familia.

—La fundación tiene la sede en León, pero tiene una gran proyección exterior.

—Sí, como yo digo: De León al mundo, como Durruti. Es duro abrirse camino desde provincias pero lo hemos logrado. Tenemos mucho impacto en América Latina y ayudamos a crear asociaciones allí. También somos organismo asesor de la ONU y Ahora estamos también en Valencia. Hemos firmado un convenio con una asociación de mujeres migrantes. Compartimos gastos y desarrollamos actividades de emigración y de economía financiera.

—¿Qué reto tienen ahora?

—Hay un problema muy serio a la vista a nivel europeo. Todos los censos se van a hacer a partir de registros y aquí no hay o no son reales. Eso significa que seremos invisibles para Eurostat y para las políticas europeas. Además en Europa, a pesar de que en sitios como Noruega las mujeres pasan el 90% de su vida como monoparentales no existen. España es el único país que reivindica la ideología de familia.

—¿Los hombres tienen iguales problemas que las mujeres?

—Hay de todo. Pero lo cierto es que a los hombres, las familias les ayudan más, son más reconocidos socialmente (se suele decir, pobrecito...) y muchas veces se incluye en al monoparentalidad a los hombres de la custodia compartida. Eso no es monoparentalidad, pues comparten gastos de casa y de todo.

—Usted que sufrió el Patronato de la Mujer en Peñagrande, ¿qué cree que hay reivindicar?

—En el resto de Europa también se traficó con las madres solteras. No sólo en Irlanda, también en Holanda y otros países protestantes. Reivindico la memoria histórica de las mujeres y en particular de las madres solteras porque fuimos las más masacradas.

tracking