Diario de León

La depuradora de aguas de Trijueque no había sido inspeccionada antes por falta de medios y autorización

Hallan el cadáver de Dónovan en una fosa séptica a 50 metros de su casa

Dónovan Párraga nunca salió de su pueblo, Trijueque (Guadalajara). Millares de voluntarios y familiares recorrieron una y otra vez las carre

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M. Sáiz-Pardo - GUADALAJARA.
León

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Los restos del niño estaban en el fondo de una piscina de aguas fecales de quince por quince metros de la planta depuradora de la urbanización La Beltraneja de Trijueque, donde el pequeño vivía en la casa de su madre, Gloria Martínez, y adonde tenía que haber regresado la tarde del 27 de febrero de 2002, tras su habitual clase de judo de después del colegio. En un principio, familiares y policías albergaron la esperanza que la desaparición de Dónovan sólo fuera una fuga temporal debido a una regañina de sus profesores, las discusiones con su madre y las recientes segundas nupcias de su padre con otra mujer. La zona donde aparecieron los huesos del pequeño había sido batida «mil veces» por los equipos de búsqueda, según fuentes de la investigación, que explicaron que el pozo donde yacía el cadáver, de 2,5 metros de profundidad, nunca había sido inspeccionado más allá de introducir palos para tratar de localizar algún bulto en el fondo. Además, la zona donde se ubica la depuradora, que dista unos 500 metros de la parada de autobús donde los vecinos vieron al menor con vida por última vez, se encuentra vallada al ser una propiedad privada, y ni los voluntarios ni las fuerzas de Seguridad habían pasado de hacer inspecciones someras del depósito a falta de una autorización judicial. El pasado fin de semana, la Guardia Civil pidió a la juez del caso que ordenara a la alcaldesa de Trijueque, Josefina Pastor, que vaciara el depósito de aguas fecales, algo que no se había hecho antes por falta de maquinaria adecuada. El pozo -explicaron fuentes del caso- era uno de los cien puntos que la Guardia Civil tenía pendientes de revisar «en profundidad» a la espera de obtener el preceptivo permiso judicial. A comienzos de esta semana, los funcionarios obtuvieron la autorización y desde entonces los especialistas del cuerpo trabajaban en la planta depuradora y en algunos de sus profundos conductos. Sobre las 12.00 horas de ayer uno de los agentes localizó los restos, muy deteriorados, de un cadáver humano. Los funcionarios no tardaron en constatar, por el tamaño de los huesos, que se trataba del cuerpo de un niño, varón, de 1''65 metros de altura, de entre diez y doce años. La ropa del cadáver, a la espera de la autopsia, confirmó la peor de las sospechas. El cuerpo vestía el vaquero azul, el jersey blanco y una de las zapatillas Nike que Dónovan portaba cuando desapareció.

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