Diario de León

LOS SANANDRESINOS QUE QUISIERON PARAR EL GOLPE DE FRANCO

Una historia de amor y 48 nombres en busca de memoria

Decenas de personas fueron detenidas y procesadas, y algunas condenadas a muerte o a cárcel por requisar armas para frenar a los militares golpistas en julio de 1936 en León. En San Andrés una historia de amor busca reparar su memoria.

Camino Alonso, con documentos de los consejos de guerra que ha manejado rastreando a los represaliados de San Andrés del Rabanedo. RAMIRO

Camino Alonso, con documentos de los consejos de guerra que ha manejado rastreando a los represaliados de San Andrés del Rabanedo. RAMIRO

León

Creado:

Actualizado:

Esta historia no se habría tejido si en 2007 unos vándalos no hubieran profanado el cementerio de Trobajo del Camino del Rabanedo. Cuando Luis Alonso vio los restos de su madre, Nicolasa, recordó que su padre seguía en alguna cuneta... y quiso reunirlos.El deseo de Luis se cruzaba con el ímpetu de su hija, Camino Alonso, que ya llevaba tiempo con la idea de iniciar la búsqueda del abuelo. Francisco Alonso, carnicero de San Andrés del Rabanedo, casado y con dos hijos, huyó de casa a los pocos días de producirse el golpe de Estado de julio de 1936.

En casa se había contado que algún vecino le avisó de que venían a por él. La abuela Nicolasa anduvo tras su rastro y supo que había sido paseado en la zona de Gordón. Su defunción quedó inscrita en el Registro Civil de La Pola de Gordón el 25 de noviembre de 1937. Tenía 29 años.

Prisión fortaleza

La mayoría de los detenidos en San Andrés fueron enviados al duro penal de Pamplon

En el registro ponía que había muerto en Geras «a consecuencia de la guerra». «La suerte me acompañó a través de la técnica de Medio Ambiente de La Pola, Beni, que de forma providencial me llevó a Salomé, Antonia y Sofía y compusimos toda la historia», explica la nieta. Con los datos recabados sobre el lugar del paseo, en la Revuelta de Linares, en una curva de la carretera de Geras a Aralla, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) inició la búsqueda el 18 de septiembre de 2018. Al día siguiente aparecieron los primeros restos en el kilómetro 11. En diciembre de ese año Francisco y Nicolasa volvieron a estar juntos y Luis Alonso Luengos quedó en paz. «Mi padre fue el hombre más feliz de la tierra el día que se encontró la primera vértebra y el día que llegaron los resultados del ADN».

No era un punto y final. Acababa de empezar otro capítulo de esta «historia de amor protagonizada por un hijo cuyo deseo era encontrar a su padre y reunir sus restos con los de su madre». .

En la investigación que emprendió Camino Alonso aparece el nombre de Gregorio Alonso, hermano pequeño de Francisco, del que su padre no tenía memoria. Empezó a tirar del hilo. «Me pongo a leer y en los archivos, encuentro un consejo de guerra (59/36) en el municipio de San Andrés, pero veo que no se le condena ahí. Se le saca de ese sumario, le meten en otro (211/36) y le condenan a muerte», explica.

En estos documentos descubre que hubo consejos de guerra a personas acusadas de rebelión por haber participado en requisas de armas para defender la República frente a los golpistas. San Andrés, Puente Castro , San Miguel del Camino son algunas de las localidades que aparecen ligadas por estas causas en los consejos de guerra que ha rastreado.

Llamamiento

Camino Alonso ha conseguido contactar ya con 17 familias de los represaliados

El consejo de guerra 211/36 dio por demostrado «que los procesados en esta causa, conocedores de haberse iniciado el glorioso Movimiento Militar salvador de España, en unión de otros rojos y en connivencia con las autoridades del Frente Popular, directivos de esta ciudad de León, se opusieron a la causa Nacional por medio de las armas, apoderándose a tal efecto del pueblo de Puente Castro, inmediato a esta ciudad, San Andrés del Rabanedo, Armunia y otros».

Son acusados también de practicar registros «en domicilios de personas de orden, cacheos e incautaciones de armas de las personas de derechas». Otro de los hechos que les imputan es haber detenido en Puente Castro a la Guardia Civil «que venía a reforzar la guarnición de la capital, si bien esta continuó su marcha después de hacer fuego contra los rebeldes que tiroteaban desde el Alto del Portillo». El consejo de guerra, que llama rebeldes a las personas leales a la República, deja constancia de que tomaron la central Telefónica «para comunicarse con la Casa del Pueblo de la capital», hecho que protagoniza Julián Tazón, de la CNT, entre otros.

A Gregorio Alonso Alonso, a quien llaman Cantabria, es señalado como uno de los agitadores de San Andrés del Rabanedo, al liderar las requisas de armas y «una vez sofocada la rebelión hace propaganda entre diversos jóvenes para que no se incorporaran a los llamamientos a filas del Gobierno de Burgos». A José Oblanca se le acusa de requisar armas en Villabalter y de haber participado en la revolución del 34, así como haber intentado tomar el aeródromo de La Virgen del Camino junto con Alfredo Nistal, de Astorga.

Camino Alonso ha entresacado de estos consejos de guerra los nombres de 47 vecinos de San Andrés que fueron acusados y condenados con la idea de reunir a sus familiares en torno a un homenaje que el Ayuntamiento de San Andrés está dispuesto a realizar en 2023. Ya ha contactado con 17. Su tío abuelo Gregorio Alonso fue condenado a muerte junto con otros 12 hombres procesados en la causa de Puente Castro. «Perdonamos, pero no olvidamos para que no se vuelva a repetir», sentencia.

Esposas, madres o hijas pidieron clemencia y la consiguieron 10, pero no Gregorio. Corrieron suertes distintas. Fue fusilado el 18 de mayo de 1937 en Puente Castro; a Aurelio Villa Laiz le conmutaron la pena por cadena perpetua. Pero fue abatido en la fuga masiva de la prisión fortaleza de Pamplona que protagonizaron el 22 de mayo de 1938

En esta fuga participó también , y con éxito, José Oblanca, a quien también le habían conmutado la pena a cadena perpetua. Los sanandresinos que habían sido procesado por la requisa de armas en San Andrés fueron enviados a este penal que destacó por la dureza de sus condiciones y fue clausurado en 1945, Vicente Álvarez García, condenado a cadena perpetua, fue otro de los que intentó fugarse, pero no lo logró.

Tomás Rodríguez Tascón, natural de San Andrés y jornalero de 25 años, fue condenado a muerte y ejecutado tras el consejo de guerra de San Andrés (97/36), el 13 de enero de 1937. Manuel Fernández Alegre, de 25 años, fue otro de los condenados a muerte entre los procesados en el sumario de San Andrés 97/36, aunque también le conmutaron la pena a prisión perpetua. Este joven logró huir inicialmente y fue apresado en Ujo (Asturias) en noviembre de 1937.

A prisión perpetua fueron condenados Rogelio Álvarez García, Vicente Álvarez García, Amadeo Oblanca Pardo, Vicente García Blanco, Antonio Fernández García, Joaquín Fernández García, Baldomero Cela Jiménez y Vicente Casares. Eran jornaleros, labradores, albañiles, tipógrafos, carpinteros. A todos ellos se les conmutó la condena.

También a los que recibieron menos penas como el menor Lázaro Álvarez Gutiérrez, de 17 años, condenado inicialmente a 20 años y el barbero de Trobajo del Camino Bernardo Centeno Fresno, que había sido condenado a 12 años de prisión.

En la lista de homenajeados ha incluido a 25 personas, en su mayoría hombres pero también alguna mujer, que figuran en el Boletín Oficial de la Provincia en una requisitoria para que se personen en el Juzgado Militar número 2 de León so pena de ser declarados en rebeldía. «Se trata de personas que habían huido y cuyo destino desconocemos, por ahora», subraya Camino Alonso. «Habrá más represaliados en el municipio, pero son los que hemos podido encontrar en estas causas», señala.

Su buceo en los acontecimientos posteriores al golpe militar en León «es una experiencia que recomendaría a todo el mundo». Por un lado, ha visto la arbitrariedad de los procedimientos, a los que tilda de «teatrillo» y por otro se ha visto sorprendida por la «impresionante» defensa de los acusados que realizan Carlos Fernández Cadórniga, quien llegaría a ser director del PROA y apartado por el gobernador Carlos Pinilla «por blando», y de Rafael Castellanos.

Hubo testigos que declararon que eran buenas personas y no les vieron con armas y hubo otros que adujeron que fueron a sus propias casas a registrarlas aunque no podían reconocer a los acusados porque no se encontraban presentes. Todo ello sucedió entre los días 19 y 20 de julio de 1936 y las referencias de obreros en busca de armas en la provincia se extienden por la geografía de la provincia. Ahora intenta que su memoria perdure y que las familias que tengan entre sus ascendientes a personas represaliadas de San Andrés sumen sus nombres al homenaje y el recuerdo. «Todo esto se lo debemos a Salomé, Sofía y Antonia por guardar su recuerdo», concluye Camino Alonso.

tracking