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«El hombre siempre va a querer ser un poco más alto que la mujer»

El leonés Andrés Ferreras, fundador de masaltos.com, recibe el domingo la Pulchra Leonina de la Casa de León en Sevilla

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Andrés Ferreras, leonés de Cofiñal, hace crecer a los hombres sin que nadie se dé cuenta. El fundador de masaltos.com, la primera tienda online de Andalucía y una de las primeras de España, recibe el domingo el premio Pulchra Leonina de la Casa de León en Sevilla en reconocimiento a su labor y espíritu emprendedor.

Este hombre que salió de su pueblo siendo un crío de 15 años, se lanzó a la aldea global en 1994, cuando la red era una entelequia incomprensible y casi no se conocía ni el correo electrónico. Un cuarto de siglo después, el negocio de los tacones va viento en popa y uno de los factores que juega en su favor es que «el hombre siempre va a querer ser un poco más alto que la mujer», asegura.

Andrés Ferreras pone altura a los hombres, hasta siete centímetros, y lo hace con discreción. El anonimato de la red, asegura, es otra de las piedras de toque de este negocio. De hecho, entre los ficheros que guarda en su empresa de los 15.000 o 16.000 pares de zapatos que se encargan cada año, hay una gran cantidad de nombres de mujer que compran los zapatos para sus maridos. Que un hombre lleve tacón, apostilla, «es el secreto mejor guardado del mundo». Tanto que si le pregunta por nombres propios, como el expresidente francés Sarkozy, no tiene más remedio que negar. «No es el caso, pero los tiros van por ahí», aclara.

Masaltos.com no es un negocio solo para bajitos. «Ni mucho menos», comenta. Entre la clientela que tiene abundan los hombres que usan del 41 al 44 e incluso al 45. Son muy pocos los clientes que encargan un 38 o 39, afirma.

«Tengo un cliente danés de Vitoria que mide 1,82 y gasta un 45. Me encarga los zapatos porque su mujer es modelo y dice que si se pone tacones él es más bajo». Y el danés, comenta, no está dispuesto a pasar por ahí.

"De Cofiñal, ese lugar donde las boñigas huelen bien, tengo grandes recuerdos y familia"

Si ésta es una actitud machista o no, Andrés Ferreras prefiere no entrar. Por la cuenta que le tiene y por aquello de que el cliente siempre tiene razón. Hasta siete centímetros de altura ganan los caballeros, o los chicos, que calzan los zapatos de masaltos.com.

El emprendedor leonés hizo de la necesidad, y de la coquetería masculina, que también existe, un negocio próspero y original en el que está involucrada la familia. Aquel chaval de 15 años que bajó a Sevilla para trabajar en el hotel de sus hermanos en los años 50, se fue Alemania «por amor» después de cumplir el servicio militar.

Estudió y trabajó y con una beca que le dieron en Bremen se graduó en Ciencias de la Educación. En aquellos tiempos, recuerda, «España era un país en vías de desarrollo, como se dice ahora, y un 10% de las plazas eran para emigrantes», explica.

Por la misma razón, no pudo hacerse funcionario y empezó a trabajar en Cáritas. Luego le contrataron en el consulado general de España en Stuttgart. Hasta que un buen día regresó a Sevilla. Y empezó una nueva vida.

Jugando al tenis, una de sus aficiones, sufrió una lesión en el nervio isias y tuvo que recurrir a una plantilla para caminar bien. Fue entonces cuando se dio cuenta de que las soluciones ortopédicas estaban lejos de la estética. «Aquello me frustraba, tuve que buscarme la vida y di con unos zapatos en Italia», recuerda. Solucionó su problema y se le encendió la bombilla de emprendedor que llevan dentro las gentes de la montaña de tanto emigrar.

Con los conocimientos que había adquirido en Alemania se puso en marcha para hacer un plan de negocio y puso en el mercado un zapato totalmente convencional, duradero y elegante cuya parte exterior oculta una cuña en forma de plantilla de 3 a 3,25 centímetros. El tacón exterior suma entre 3 o 3,15 centímetros y con la plantilla de montaje se alcanzan los 7 centímetros.

Andrés Ferreras está orgulloso de su trayectoria y agradecido del reconocimiento que le hace la Casa de León en Sevilla. «No me lo esperaba. Pero es cierto que llevo bastantes años en este mundo de la venta por internet», comenta.

El presidente de la Diputación, Eduardo Morán, es el encargado de entregarle el domingo el símbolo leonés en la ciudad de la Giralda, donde la colonia de medio millar de leoneses da fe que en el sur «también se trabaja y mucho» y del espíritu emprendedor que a veces se echa en falta en la provincia. Andrés Ferreras vulve cada verano a Cofiñal, ese «lugar donde las boñigas huelen bien» y aún le espera casa y familia.

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