Diario de León

Medidas económicas

Hungría y Polonia bloquean el fondo de recuperación y lo condenan a otro retraso

-Vetan su ratificación por el vinculo del paquete total de 1,8 billones con el respeto al Estado de Derecho 

Banderas de la Unión Europea ondeaban este jueves ante el edificio del Parlamento en Londres. HALL

Banderas de la Unión Europea ondeaban este jueves ante el edificio del Parlamento en Londres. HALL

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Salvador Arroyo | Colpisa

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Era una opción temida. Y se ha cumplido. Hungría y Polonia pusieron este lunes el palo en la rueda que impide a la UE ratificar el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros para combatir los efectos de la pandemia, así como el presupuesto comunitario plurianual 2021-2027.

Un paquete que asciende en el global a 1,8 billones de euros. Durante semanas, Budapest y Varsovia habían amenazado con hacerlo por una cláusula de condicionalidad que vincula estas cuentas históricas con el respeto al Estado de Derecho.

O lo que es lo mismo, con una lógica aplastante: el dinero de la UE solo debe llegar a aquellos Gobiernos que no vulneran los estándares en libertades de la propia UE.

Pero las políticas regresivas en materia de migración, independencia judicial, libertad de prensa y derechos del colectivo LGTBIQ -por citar solo algunos ejemplos- han llevado a las instituciones comunitarias (Comisión y Parlamento Europeo) a colocar el foco sobre estos dos países del Este durante años.

Y se han dado por aludidos. Así que responden con un veto que obliga de nuevo a Europa a ponerse en 'modo crisis' y que, si no se remedia, tendrá un efecto práctico inquietante: un retraso aún mayor en la entrada en vigor del 'fondo anticovid', del que dependen países como España (que espera 140.000 millones y ya ha presupuestado más de 27.000), Italia o Francia, los más golpeados por las andanadas del patógeno.

El bloqueo se formalizaba durante la reunión de los embajadores permanentes en Bruselas. El portavoz alemán Sebastian Fischer confirmaba primero que el mecanismo del Estado de Derecho había sido "aprobado por mayoría cualificada" (el 55 % de los Estados miembros con una representación superior al 65% de la población de la UE).

Luego hablaba de "reservas" sobre "algún elemento del paquete global, pero no del fondo de recuperación". Y finalmente anunciaba que "los embajadores de la UE no pudieron alcanzar la unanimidad necesaria para iniciar el procedimiento escrito debido a las reservas expresadas por dos miembros", a los que no identificaba.

Buscar la financiación El procedimiento escrito, en la práctica, debía marcar el arranque del proceso de ratificación en los distintos parlamentos nacionales para que la Comisión Europea pueda acudir a los mercados de capitales y conseguir el dinero que dará cuerpo al fondo de 750.000 millones de euros y que no se espera se reparta hasta avanzado 2021.

La luz verde a ese endeudamiento requiere la unanimidad de los Veintisiete. Y Hungría y Polonia dijeron ayer que no. Así que bloqueo en toda regla, que eleva el problema a la reunión de alto nivel que se celebrará el próximo jueves. Una videocumbre de líderes que iba a dedicarse exclusivamente a la coordinación en la lucha contra la pandemia.

Zoltan Kovacs, portavoz del primer ministro húngaro, Viktor Orban, justificó el veto de Hungría con el argumento de que "no podemos apoyar el plan en su forma actual por ser contrario" a lo acordado por los líderes en el Consejo Europeo de julio. "La responsabilidad es de los que han dado pie a esta situación", añadía.

Desde Polonia, el ministro de Justicia Zbigniew Ziobro, viene sosteniendo que la vinculación al Estado de derecho es un "ataque a la identidad" e incluso "a la soberanía" de Polonia.

Y tanto Orban como su homólogo polaco Mateusz Morawiecki han dirigido cartas tanto a la Comisión Europea como al Consejo Europeo como a Angela Merkel, en calidad de presidenta 'temporal' de la UE, advirtiendo del movimiento.

Pero, ¿cómo se ha llegado a este punto. Rápido repaso. Presupuesto y Fondo 'anticovid' salieron adelante en la cumbre de cinco días celebrada a finales de julio. Allí ya se habló de la cláusula del Estado de Derecho (incluso hubo un choque dialéctico entre Orban y el primer ministro holandés Mark Rutte).

En el texto del acuerdo la mención quedó descafeinada. Ha sido en las intensas (y tensas) negociaciones entre el Consejo y el Parlamento Europeo -que lo viene reclamando desde hace más de dos años- cuando esa cláusula ha ganado consistencia. La Eurocámara logró, además, un incremento de 16.000 millones de euros al presupuesto original. Esos frentes se han cerrado este mes.

El que se abre ahora va sin fecha. "Urjo a todos los Estados miembros a asumir su responsabilidad política y a dar los pasos necesarios" para concluir el proceso. "¡Esto no va de ideologías sino de ayudar a nuestros ciudadanos en la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial!", afirmaba decepcionado el comisario de Presupuestos, Johannes Hahn, tras confirmarse el veto. En todo caso, las salidas no están claras.

La improbable, una renegociación del proyecto de reglamento con la Eurocámara. Improbable, se insiste. Entre las probables, una negociación contrarreloj capitaneada por Merkel que pueda concretarse en algún tipo de "declaración interpretativa" que no afecte a la esencia del pacto.

Varsovia y Budapest 'venderían' el logro para consumo interno. El daño ya está hecho. Pero ninguno de esos dos países se puede permitirse tener mucho tiempo como 'rehén' un plan de recuperación que necesitan tanto como los demás.

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