Diario de León

Religión

Revolución en la Iglesia española: planteará a Roma que la mujer tenga más poder y debatir el celibato opcional

Frente a ese papel de las mujeres -de hecho en los debates han participado más que hombres-, el documento recoge una "patente preocupación": la "escasa" presencia y participación de los jóvenes en la vida y misión de la Iglesia

El presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella, conversa con el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro (d), durante la presentación de la síntesis de las propuestas recibidas en la fase diocesana del Sínodo en la que han participado 215.000 personas -laicos y religiosos- con aportaciones que plantean, entre otras medidas, abrir el debate sobre el celibato opcional o el sacerdocio femenino.. VÍCTOR LERENA

El presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella, conversa con el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro (d), durante la presentación de la síntesis de las propuestas recibidas en la fase diocesana del Sínodo en la que han participado 215.000 personas -laicos y religiosos- con aportaciones que plantean, entre otras medidas, abrir el debate sobre el celibato opcional o el sacerdocio femenino.. VÍCTOR LERENA

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La Iglesia española elevará al Vaticano la necesidad de dotar de más poder y responsabilidad a la mujer, una de las propuestas que la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha incluido en la síntesis de las propuestas recibidas en la fase diocesana del Sínodo en la que han participado 215.000 personas -laicos y religiosos-.

Una síntesis que se ha presentado este sábado en Madrid en un encuentro al que asisten unas 600 personas para escuchar las propuestas que se han recogido desde octubre del año pasado y que ha abierto el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella.

Reconoce la síntesis, o conclusiones del sínodo, que en los debates que han llevado a cabo 14.000 grupos sinodales "han resonado con fuerza" algunos asuntos, entre ellos la referencia al papel de la mujer en la Iglesia "como inquietud, necesidad y oportunidad".

Así, se ha visto como "imprescindible" la presencia de la mujer "en los órganos de responsabilidad y decisión de la Iglesia", propuesta que la CEE tendrá que llevar al Sínodo 2021-2023 convocado por el papa Francisco.

No ha sido tan mayoritaria la propuesta de que las mujeres puedan acceder al sacerdocio, un asunto que ha surgido en los debates "en menor medida" pero que, no obstante, se ha incluido en la síntesis, como también la ordenación de los casados.

Frente a ese papel de las mujeres -de hecho en los debates han participado más que hombres-, el documento recoge una "patente preocupación": la "escasa" presencia y participación de los jóvenes en la vida y misión de la Iglesia.

Quizá por ello, el documento considera la familia como el ámbito prioritario de evangelización.

El celibato opcional, también a debate

Solo se ha suscitado en algunas diócesis y por un número reducido de grupos o personas, según la síntesis, pero la propuesta que se elevará al Vaticano incluye la conveniencia de abrir un debate sobre el celibato opcional en el caso de los presbíteros.

También ha tenido un eco importante entre los grupos de debate "el tema de los abusos sexuales, de poder y de conciencia en la Iglesia, evidenciando la necesidad de perdón, acompañamiento y reparación", recalca el documento.

La Iglesia entiende que los cristianos no pueden vivir como si fueran "una realidad social ajena a este mundo", sino que deben caminar junto con la sociedad actual. "Y ello implica esforzarnos por abrirnos a todos", dice la síntesis.

"Debemos mostrarnos como Iglesia que escucha y acompaña, también que anima y llega a la vida real de las personas", como han reclamado mayoritariamente los participantes en las asambleas.

Así, se ha puesto de manifiesto la necesidad de que la acogida "esté más cuidada en el caso de las personas que necesitan de un mayor acompañamiento en sus circunstancias personales por razón de su situación familiar –se muestra con fuerza la preocupación por las personas divorciadas y vueltas a casar– o de su orientación sexual".

Porque como Iglesia, los participantes creen que se ha de "mirar, acoger y acompañar a cada persona en su situación concreta".

Mayor presencia en el mundo rural

El documento recoge también la necesidad de potenciar una presencia cualificada de la Iglesia en el mundo rural y aboga por la religiosidad popular como cauce de evangelización en un mundo secularizado.

La necesidad de fomentar la pastoral de los mayores y la conveniencia de incrementar la atención de determinados colectivos como presos, enfermos o inmigrantes, son otras de las propuestas.

Y todas ellas incluidas en una síntesis que reconoce que aún se percibe "una clara fractura entre Iglesia y sociedad", porque la primera es vista como una institución "reaccionaria y poco propositiva, alejada del mundo de hoy".

"En parte, consideramos que la responsabilidad es nuestra porque no sabemos comunicar bien todo lo que somos y hacemos. Esta imagen de la Iglesia nos duele (...). La sensación de que no llegamos a la sociedad y de que los prejuicios contra la Iglesia son insalvables, nos conduce a un profundo desánimo que dificulta la presencia evangelizadora y transformadora de la realidad", añade.

Por ello, insta a la Iglesia a "acercarse a los hombres y mujeres de hoy, sin renunciar a su naturaleza ni a la fidelidad al Evangelio, estableciendo un diálogo con otros actores sociales, con el fin de mostrar su rostro misericordioso y contribuir a la realización del bien común", concluye.

215.000 participantes en los debates

En el camino hacia el Sínodo propuesto por el papa han participado en España 14.000 grupos sinodales que han implicado a más de 215.000 personas, en su mayor parte laicos, también consagrados, religiosos, sacerdotes y obispos.

Se han involucrado las 70 diócesis, con 13.500 grupos parroquiales, numerosas congregaciones religiosas, 215 monasterios de clausura, 20 Cáritas diocesanas o presos de 19 cárceles, entre otros.

La participación ha sido principalmente de personas ya implicadas en la vida de la Iglesia, mayoritariamente mujeres, en tanto que ha sido escasa la respuesta de los jóvenes y las familias, según el documento, que ha querido destacar también la participación e integración en el proceso de los inmigrantes católicos. 

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