«La homofobia oculta frena la normalidad»
‘Orgullo leonés’, una nueva asociación LGTB que trabaja en León por la aceptación de la orientación sexual El 80% de los gais, lesbianas, bisexuales y transexuales siguen en el armario.
Tomás Arconada y Alejandro Martins, presidente y vicepresidente de ‘Orgullo Leonés’, ayer en el Musac. F. OTERO PERANDONES
carmen Tapia | león
«Hasta que salí del armario llevé una doble vida, parecía un espía». Tomás Arconada es el presidente de la asociación LGTB ‘Orgullo leonés’ un equipo que nace con el propósito de llenar un espacio que no acaba de dar respuestas a las expectativas de homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales de la provincia. La diversidad propia del colectivo acaba siempre con la desunión e impide consolidar políticas de visibilización y normalización. El miedo y la falta de proyectos compartidos frenan la participación común. «La normalización no ha llegado. Hay mucha homofobia oculta». El miedo al rechazo obliga todavía a muchas personas a mantener en secreto su orientación sexual. ‘Orgullo leonés’ pretende acabar definitivamente con los complejos con un programa ambicioso que busca la unión de otras asociaciones que trabajan en León.
Son pocos los que se atreven a dar la cara. «Nuestro objetivo principal es restaurar el Día del Orgullo en León y Ponferrada». Para conseguir el objetivo ya han presentado un plan en varias instituciones, entre ellas el Ayuntamiento de León. Entre las propuestas está la creación de una escuela de padres y la organización de talleres y charlas en los colegios. También se han ofrecido al Teléfono de la Esperanza para atender las llamadas de las personas LGTB que recurren a este servicio por problemas psicológicos, sociales o familiares.
«El miedo al qué dirán pesa todavía muchísimo e impide que muchas personas reconozcan socialmente su orientación sexual», asegura Alejandro Martins Paniagua, vicepresidente de la asociación. «En el colegio sufrí acoso», recuerda. «Me decían que iban a colgar mi cabeza de una estaca. Mi madre sufrió mucho. Por suerte tuve todo el apoyo de los profesores del Colegio Leonés, donde estudiaba. Me ayudaron mucho». Martins echó de menos una asociación fuerte que le apoyara a él y su familia. Ahora tiene 22 años, estudia Derecho y está dispuesto a aconsejar a los adolescentes que están en el proceso de reafirmar su identidad.
«El debate interno que cada uno tiene es muy grande. Primero tienes que aceptarte a ti mismo. Mucha gente tarda mucho en aceptarse. Luego viene la segunda parte, la de salir del armario. No aceptarse puede acarrear problemas psicológicos toda la vida. El debate interno lleva a la depresión».
La prueba del miedo es la dificultad de visibilización. Las personas transexuales son las más reticentes. «Algo falla. Vamos a intentar que esto cambie».
El 80% de las personas LGTB nunca da el paso para reconocer su orientación sexual. «El 57% de las personas del colectivo han sufrido insultos por su orientación sexual y no sólo ataques verbales sino violencia física. Sólo el 10% presenta denuncia. En nuestro país la homofobia y el bullying acampan a sus anchas en la educación secundaria y primaria», asegura Martins.
¿Cómo combatirlo?. Las asociaciones apuestan por actuar «desde la infancia, desde la escuela, desde el lenguaje, desde los movimientos sociales y políticos, desde los medios de comunicación y desde las propias personas homosexuales», aseguran.
Entre las propuestas de la asociación está la de organizar en León un encuentro de singles LGTB para visibilizar al colectivo. «Tenemos página en Facebook, grupos de wasap, estamos en contacto con mucha gente que interactúa con nosotros y nos preguntan cosas, pero a la hora de dar la cara todo el mundo se echa para atrás, la gente tiene miedo, mucho miedo al rechazo y al aislamiento».