Las lágrimas de San Lorenzo con truenos

Agosto no es agosto sin Lágrimas de San Lorenzo, como se conoce popularmente a las Perseidas. Unas lágrimas que en realidad son los restos meteóricos de un cometa, el Swift-Tuttle, como explicó ayer en el Observatorio Astronómico Pedro el berciano Pablo Rodríguez Ovalle en su exposición sobre los objetos del sistema silar. Su conferencia fue el plato entrante para el visionado de las Perseidas en su día grande, porque, en realidad, este fenómeno se puede observar desde finales de julio hasta mediados de agosto. La noche, con truenos y algo de lluvia, no fue la más propicia para ver llorar a San Lorenzo, pero sí refrescó un poco el ambiente y la convocatoria de la Asociación Leonesa de Astronomía (ALA) fue todo un éxito de público, lleno de curiosidad y de emoción. Una ocasión para recordar que la especie humana es muy pequeña en el universo. | a. g.